El libro de las épicas nazaríes vivió el año pasado otro capítulo del sueño. Tras cosechar un total de 79 puntos en 42 partidos jugados -22 victorias, 13 empates y 7 derrotas-, el Granada CF entrenado por Diego Martínez ocupó la segunda plaza en la clasificación de la Liga 123 –actual Liga SmartBank- en la edición 2018-2019. Y logró así el ascenso directo a Primera División.

Regularidad

La regularidad de los rojiblancos habilitó dichas cifras y obtuvieron de la misma forma una plaza directa para poder estar en Primera División en la actual temporada.  Como viene marcado en la filosofía del Granada CF, el sufrimiento estuvo presente hasta en los últimos coletazos de la campaña. Con una 'final' agónica donde el Granada venció al Albacete en el Carlos Belmonte, la entidad andaluza ya tenía que esperar y conseguir una victoria más que hiciera factible ese anhelado sueño de volver a la categoría del oro del fútbol español.

Como bien recordaba el técnico andaluz en sus comparecencias, la clave de este Granada, además de la regularidad y el trabajo, fue la filosofía marcada por el vigués, donde el tan famoso “pasito a pasito” condujo al Granada, sin prisa pero sin pausa, a la gloria.

El partido del ascenso en Son Moix

Tras no poder certificar el ascenso en casa frente al Cádiz, los rojiblancos horizontales tenían otra oportunidad en tierras baleares, concretamente en casa del RCD Mallorca, en el estadio Son Moix. Tras adelantarse en el 69´el equipo balear con un tanto de Salva Sevilla, el Granada replicó en los últimos minutos del choque con un remate de Fede San Emeterio que entró en la portería de Manolo Reina, no pudiendo hacer este nada.

El partido concluyó así, pero este resultado no valía para consumar el ascenso. Sin embargo, el Málaga venció al Albacete –rival directo del Granada en la tabla- y, del mismo modo, el Granada certificó el ascenso a Primera División tras no poder superar el conjunto manchego matemáticamente a los nazaríes.

Euforia y celebración

Tras todo lo vivido, minutos después las calles de Granada fueron tomadas por miles de aficionados rojiblancos que, con euforia, satisfacción y emoción, recorrían los caminos principales de la ciudad que acoge a la Alhambra. Con destino a la fuente de las batallas, los hinchas terminaron ese jornal con un colofón dorado para celebrar el más que merecido ascenso de un grupo de jugadores que, con ilusión y garra, volvieron a marcar historia en Granada.