El CD Tenerife había finalizado la temporada 1992/1993, en quinta posición, clasificándose para la Copa de la UEFA de la mano de Jorge Valdano. El sorteo de la primera eliminatoria deparó el emparejamiento entre el CD Tenerife y la AS Mónaco, aunque finalmente el conjunto monegasco compitió en la Copa de Europa (ocupando la plaza del sancionado Olympique de Marsella) y el AJ Auxerre, ocupó su plaza, midiéndose por lo tanto al conjunto tinerfeño.

La eliminatoria era toda una incógnita, ya que el CD Tenerife conoció oficialmente a su rival, apenas seis días antes del enfrentamiento en el Heliodoro Rodríguez López. El 15 de septiembre de 1993, con el arbitraje de Mario van der Ende, el conjunto tinerfeño hacía su puesta de largo en el continente europeo. Aquella noche, Jorge Valdano alineó a Agustín; Aguilera, Antonio Mata, César Gómez, Toño; Redondo, Chano, Felipe, Ezequiel Castillo; Latorre y Pinilla. En la segunda mitad, participaron Conte y Dertycia.

Tres goles en apenas cuatro minutos

El partido no comenzó de la mejor forma para los blanquiazules, ya que Vahirua adelantó a los franceses muy pronto (17’), pero poco duró la alegría visitante, al trasformar Pinilla, un penalti, tan solo dos minutos después, logrando así el primer gol tinerfeñista en una competición europea. Los franceses volvieron a responder rápido, y Saib, también dos minutos después del gol tinerfeñista, volvía a poner por delante a los suyos (21’).

Tras el descanso, el CD Tenerife dominó la segunda mitad y encontró el premio del empate con un gol de Felipe, que superó a Martini, estableciendo el empate a dos definitivo (73’). Con ese resultado, se llegó al final del partido, con las espadas en alto para el choque de vuelta. Lo que sucedió en el Abbé-Deschamps fue una auténtica proeza, que será recordada por siempre en el corazón de los aficionados tinerfeños, con nueve futbolistas y el delantero Pier bajo palos.