El final del mercado de fichajes para el Atlético de Madrid ha sido especialmente traumático. Se produjo en el último día, en el último momento, la salida de unos de los pilares fundamentales del equipo, el ghanés Thomas Partey, quien se marchó al Arsenal tras abonar su cláusula de rescisión.

Esta salida supone un agujero en el equipo no tan fácil de reponer, puesto que se trataba de uno de los jugadores titulares en el once, un jugador en el cuál la temporada pasada pudimos ver que no tenía recambio natural, ya que en los partidos en los que Thomas faltaba, notablemente el equipo jugaba peor.

La labor que Thomas aportaba era la de sacar el balón jugado, desde la defensa, transitando por el medio campo, hasta llegar a los atacantes, siendo en esta labor apoyo de Saúl y Koke. Sin embargo, estos dos no eran el principal jugador del pivote como sí Partey. Ambos canteranos españoles intentaron jugar sin éxito en esta posición del ghanés, que tras la marcha de Rodri asumió este papel a la perfección. Se fichó a Herrera para darle un posible descanso o complemento a Thomas, pero el mexicano nunca terminó de aportar, y Marcos Llorente se destapó como interior-extremo, brillando por su poderío físico más en el ataque que en el medio, para donde se le fichó.

Esta situación deja un agujero en el medio campo, donde la transición del balón en este Atlético de Madrid peligra, ya que Lucas Torreira, pivote fichado del Arsenal, curiosamente, destaca más por su aspecto defensivo que por el organizador, por lo que se sigue cojo en este aspecto. De modo que el Atlético, ante la espera de que tanto Koke como Saúl den un paso adelante en este sentido, se ha lanzado al mercado en busca de un sustituto de Thomas. El  pago de la cláusula permite al club disponer de un mes más para fichar. Dos son los nombres que han sonado con más fuerza entre otros, y son José Campaña y Geoffrey Kondogbia.

Antes del cierre de mercado y ante el pago de la cláusula del canterano, el Atlético preguntó fuerte por el español, cerrándose el Levante a negociar. Los azulgranas se niegan a vender a uno de sus jugadores más importantes, por lo que exigen, al menos, el pago de 30 millones por el jugador, cantidad a la que el club rojiblanco no puede llegar. Recordemos que de los 50 millones, el Atlético sólo puede disponer de una cantidad bastante reducida.

Respecto al francés, si hay un equipo que venda a un jugador sin tener la oportunidad de reponer su puesto, ése es el Valencia. La situación que está atravesando el club, con ausencia de fichajes, sumada a la posible salida de uno de sus titulares, podría precipitar la salida de Javi Gracia. De momento, el Valencia se ciñe a la cláusula del jugador, cantidad a la que el Atlético no puede llegar.

Sea como fuere está claro que el club necesita un jugador organizador en el doble pivote, que debe reunir una serie de requisitos muy concretos. Debe ser libre o jugar en la Liga Española, y además ha de estar en los márgenes de presupuestos del club. Veremos si Levante o Valencia se sientan a negociar, o si se opta por otras opciones. Una cosa está clara, el clausulazo ha dejado un agujero en el medio campo.