La profecía del parón de selecciones ha vuelto a cumplirse. Tras una semana de parón en la competición de clubes, el Fútbol Club Barcelona dejó de sumar puntos por primera vez en esta campaña liguera. El conjunto azulón, descansado y bien preparado para recibir al equipo blaugrana salió con sus mejores guerreros para derribar a sus visitantes. Por su parte, el equipo culé presentó rotaciones para dar descanso a alguno de sus jugadores internacionales; Pedri, Dembelé y Dest fueron las grandes novedades del choque, donde sólo pudo brillar el joven futbolista canario de 17 años.

Batalla sobre el tapiz

Hacía días que se venía hablando acerca de la posición ideal de Antoine Griezmann encima del terreno de juego con el Barcelona. Esta vez jugó en una posición híbrida entre el extremo derecho y la punta de ataque, dejando la media punta para Pedri y la banda izquierda a Dembelé. El primer tiempo se desarrolló de manera extraña, puesto que ninguno de los dos equipos conseguía establecer su dominio en el verde.

Por su parte, el FC Barcelona jugaba con unas líneas demasiado largas y estiradas entre sí, dificultando así las vías de progreso en ataque para un conjunto que no conseguía su propósito con el esquema del 1-4-2-3-1. La única nota positiva del primer tiempo fue la actuación del joven Pedri, haciendo una “masterclass” de cómo moverse por delante de la línea de balón y a espaldas del medio campo rival, pese a jugar la gran mayoría del tiempo de manera solitaria entre el ataque y la defensa.

Por su parte, el Getafe de Pepe Bordalás hizo lo que mejor sabe hacer. Todos y cada uno de sus futbolistas presionaban a los azulgranas, empezando por los delanteros -quienes incomodaban la salida de balón desde atrás-, siguiendo por el valiente y correoso trabajo del imperial doble pivote formado por Maksimovic y Arambarri, que mantuvieron segura la medular azulona. La defensa, agresiva como siempre, contuvo los movimientos de Dembelé y Griezmann, dejando únicamente disparar al poste a Leo Messi en los primeros 45 minutos de juego. El partido estaba abierto y todo podía suceder en la siguiente mitad.

El Barça deambula y el Getafe dispara

Tras ver los problemas en la circulación en ataque que sufría el Barcelona en el partido, la segunda mitad del Getafe la dedicó a hacer grande el campo, sumando muchos efectivos tanto en bandas como en jugadas ensayadas. Fue después de un córner cuando, Frenkie de Jong, en la disputa de un balón, cometió un penalti absurdo sobre Djené, que lo aprovechó Jaime Mata para establecer el gol que le iba a dar el triunfo final a los azulones. Pese a mover el banquillo y probar fortuna con Ansu Fati, Coutinho y Trincao, no hubo reacción alguna. Los cambios produjeron el mismo efecto que los propios titulares, es decir, un espesor y un juego grisáceo que se reflejó en la total desaparición de Leo Messi en los últimos 45 minutos de partido.

El Barcelona despobló la medular en los instantes finales, introduciendo delanteros en el campo para conseguir rédito en alguna jugada aislada. La jugada no salió bien, puesto que es un sistema que, en realidad, pocas veces funciona y tiene éxito. Por ende, se volvió a ver a un Barça falto de ideas y que constantemente se atascaba en ataque, sobre poblando la zona central e incapaz de hacer daño de manera exterior.

Todo lo contrario que el Getafe, que aprovechó a las mil maravillas el despliegue físico tanto de Cucurella como de Nyom, cogiendo las espaldas de los laterales y provocando contraataques peligrosos al rival. El que más se benefició de los espacios cedidos por la zaga azulgrana fue el “Cucho” Hernández, sacando tajada de su potencia y velocidad pudo finiquitar el partido en un par de ocasiones, pero no tuvo la fortuna necesaria para derribar el arco rival.

Así pues, el Barcelona vuelve de vacío por primera vez esta campaña, con dudas sobre su juego y ante una semana dura y exigente, con el estreno en Liga de Campeones frente al Ferencváros y el Clásico ante el Real Madrid en Liga.

 

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