Tras 11 jornadas disputadas (a falta de un encuentro pendiente ante la AD Alcorcón), el Sabadell se encuentra en la penúltima posición de la tabla, sumido en un particular viacrucis del que no consigue salir. 

No es, precisamente, falta de ganas o actitud, lo que le ha faltado al conjunto vallesano en este tortuoso inicio liguero. Nada más lejos de la realidad. Y es que ha cosechado grandes actuaciones contra los 'cocos' de la categoría, poniendo contra las cuerdas a Rayo Vallecano, Mallorca, Espanyol o Almería. Partidos, pese a todo, que acabarían en derrota por la falta de acierto en ataque y las concesiones defensivas en los minutos finales, propias de una plantilla que todavía tiene que adaptarse a la categoría. 

Las dos últimas derrotas en casa golpean con fuerza la moral de la parroquia arlequinada, que ve como su barco vuelve a zozobrar cuando más cerca estaba el final de la tormenta. Tras la exhibición de contraataque en El Toralín de Ponferrada, una nueva semana negra lleva a los más impacientes a alzar la voz pidiendo que rueden cabezas. Pero... ¿Cuáles? Y lo más importante: ¿A qué precio?

Seguramente, aquellos seguidores más 'cortoplacistas' aboguen por un cambio de entrenador, alegando una imperiosa necesidad de apostar por nuevas ideas, sistemas tácticos o, simplemente, aferrándose a la esperanza de encontrar algo diferente que mejore lo actual. Muchos no piensan, quizá dejándose llevar por los sentimientos más viscerales, que dichas decisiones condicionan todo el trabajo de planificación deportiva llevado a cabo entre la secretaria técnica y el actual 'staff', que en abril de 2019 cogió a un Sabadell al borde del abismo y lo devolvió al fútbol profesional.

Entre tanto, un neologismo sale a la luz en redes sociales: "Hidalguismo". Se desconoce quién lo usa por primera vez, pero señala a la perfección el camino a seguir para no cometer errores del pasado, teniendo muy presente lo sucedido en la temporada 2014/15.

Precedentes: de la destitución de Olmo al pozo de Segunda B

En el fútbol profesional, por fortuna o por desgracia, todo sucede a una velocidad estratosférica. La inmediatez y la exigencia de resultados a corto plazo, en demasiadas ocasiones, impide a un proyecto deportivo gozar del tiempo necesario para sembrar sus semillas y, posteriormente, cosechar sus frutos. 

Así, en noviembre de 2014, la entonces dirección deportiva sabadellense decidió prescindir de los servicios de Miquel Olmo, que la campaña anterior (2013/14) había llevado al equipo a las puertas del play-off de ascenso, en el (seguramente) mejor año futbolístico del Sabadell en lo que va de milenio. La causa: un inicio de curso irregular de una plantilla con varias caras nuevas y jugadores determinantes lesionados

En la jornada 14, los arlequinados se encontraban en posiciones de descenso, pero a tan sólo 3 puntos del 13º clasificado.

El que conozca la categoría sabe que encadenando una racha de resultados positivos se escala posiciones con facilidad, pero la deriva deportiva provocada por dicho giro de guion desencadenaría un final fatal: el descenso a Segunda B.

"Hidalguismo" como filosofía de club: el proyecto del retorno 

Si bien el término "Hidalguismo" tiene relación directa con la figura de Antonio Hidalgo, no debe confundirse con la condición imperativa de su persona en el cargo de entrenador. Como él mismo ha afirmado en varias ocasiones, esto trasciende mucho más allá de un individuo concreto.

El "Hidalguismo" es el sentimiento de pertenencia al Centre d'Esports Sabadell como entidad y, de igual manera, a la ciudad y a su gente. Un afecto que sólo se entiende viviendo la experiencia en primera persona. Es así como el técnico de Canovelles, afincado en Sabadell, se auto-describe como sabadellense de corazón, después de 8 años ligado física y sentimentalmente al municipio. 

Hidalgo llega al Sabadell, en su etapa como jugador, durante el mercado invernal de la temporada 2011/12. Pronto se erige como uno de los líderes del vestuario, llegando a ser elegido capitán. Su experiencia, su entrega, su implicación con la ciudad y la gran calidad humana y futbolística que atesora, lo conectan rápidamente con la afición. 

Dichas características son, precisamente, la esencia sobre la cual se vertebra el actual proyecto deportivo del club; con técnicos y jugadores cuyo paso por la entidad no es casual o temporal, sino algo más profundoafectivo, siguiendo el ejemplo de la figura encargada de liderarlos: Antonio Hidalgo.

Se entiende así, pues, que le acompañe en esta andadura Juvenal Edjogo-Owono, como segundo entrenador. Nacido en Sabadell, el también ex-jugador y capitán del equipo tiene un protagonismo clave, dentro y fuera del campo, en el retorno del club a Segunda División en el año 2011. Su visión de juego y su enorme calidad narran efemérides de grandes tardes de alegría y disfrute en la Nova Creu Alta. 

Hidalgo y Juve, el tándem técnico del Sabadell | Foto: Roger Benet
Hidalgo y Juve, el tándem técnico del Sabadell | Foto: Roger Benet

Olot, símbolo del "Hidalguismo"

Para entender correctamente lo que significa el término "Hidalguismo" hay que remontarse al período comprendido entre abril y mayo de 2019. El Sabadell se encuentra, en ese momento, en una situación deportiva y financiera crítica: a 7 jornadas del final de liga, en posiciones de descenso a Tercera y con una realidad económica grave en caso de consumarse el desastre. 

La actual junta directiva, liderada por Esteve Calzada, decide entonces apostar por un entrenador joven, de corta trayectoria en los banquillos pero con algo que pocos poseen: la tremenda ilusión de volver a casa y reencontrarse con su gente (aquella que tantas tardes había coreado su nombre), sin importar cuan difícil sea el reto. 

La energía, la pasión y el carácter que demuestra poco tarda en calar hondo en una plantilla frustrada por los resultados adversos. La inyección de adrenalina que Hidalgo insufla a sus jugadores los lleva a salir del descenso y depender de sí mismos en una última jornada recordada para la posteridad. La afición se encarga de poner el resto.

En la localidad de Olot, ante más de 1.500 arlequinados desplazados para apoyar al equipo, el Sabadell logra ganar por 0-2 y salvar la categoría, con todo lo que ello significa, deportiva y (en especial) económicamente.

Más de 1.500 arlequinados acompañaron al Sabadell en Olot | Fuente: Lluís Franco (Diari Sabadell)
Más de 1.500 arlequinados acompañaron al Sabadell en Olot | Fuente: Lluís Franco (Diari Sabadell)

 

El espíritu de ese proyecto que justo empezaba, bajo la batuta de Hidalgo y su 'staff', llevaría en volandas a la entidad hacia el punto en que se encuentra a día de hoy. En descenso, sí, pero más viva que nunca: con el primer equipo de vuelta en Segunda División, con un proyecto deportivo compacto y con una total sintonía entre cuerpo técnico, junta directiva y gran parte de la parroquia arlequinada. 

Vísteme despacio que tengo prisa

Nadie debe menoscabar las voces de la discordia, pues la disonancia desde el respeto es la base de un club sano. Más lo es la ambición de aquellos que quieren mirar hacia arriba. Pero la realidad actual del CE Sabadell invita a la paciencia y a confiar en este equipo con perseverancia

Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, la dirección deportiva ha logrado confeccionar una plantilla acorde con la idiosincrasia del proyecto y las circunstancias económicas de la entidad. Caras nuevas, jugadores que han tenido que adaptarse a la categoría en muy poco tiempo y, lo más importante, la falta de público en la Nova Creu Alta a causa de la pandemia, hacen vislumbrar una temporada laboriosa. Es tiempo de sosiego y firmeza, de disfrutar y confiar en lo que tanto ha costado tener.