Este domingo último, la Sociedad Deportiva Eibar visitaba el territorio de la Real Sociedad, el Reale Arena, en una nueva edición del derbi guipuzcoano por la jornada número 13 de Liga que concluyó en empate (1-1). Se repartieron un tiempo para cada equipo: en la inicial, los de Imanol Alguacil se adelantaron mediante Ander Barrenetxea (19') y realizaron una labor en la que impusieron su fútbol. No obstante, entre el último cuarto de la primera parte y el entretiempo, las tres modificaciones y el vuelco positivo que le otorgaba José Luis Mendilibar a sus pupilos, fueron claves para que los azulgranas mejoraran ostensiblemente su versión, empatándolo mediante Sergi Enrich (65') que volvió a ver la portería tras un año en el dique seco. Por eso, con un tiempo para cada equipo el resultado termina justo.

A diferencia de los once futbolistas que consiguieron la clasificación a la siguiente instancia de la UEFA Eurpa League, Alguacil, optaba por las rotaciones en las que cambió su dibujo y seis nombres: Modibo Sagnan, Ahien Muñoz, Roberto López, Ander Barrenetxea, Martin Merquelanz y Alexander Isak en reemplazo de Igor Zubeldia, Nacho Monreal, Martin Zubimendi, Adnan Januzaj, Portu y Willian José. Pasaba del 4-3-3 al 4-2-3-1 con Respecto de su último partido en Liga, Mendilibar realizaba dos variantes: Pape Diop y Alejandro Pozo ingresaron al titular en lugar de Sergio Álvarez y Takashi Inui.  A diferencia del cuadro txuri urdin, se mantuvo el mismo dibujo.

Variantes de ambos bandos

En consecuencia, el cuadro realista salió con Álex Remiro bajo palo. Por delante del cancerbero local se ubicaron Modibo Sagnan (centro-derecha) y Robin Le Normand (centro-izquierda), teniendo a los costados a Joseba Zaldúa (derecha) y Ahien Muñoz (izquierda). Mientras tanto, la zona de máquinas se conformaba con Ander Guevara (centro derecha) y Mikel Merino (centro izquierda), presentándose en la línea de las tres mediapuntas Ander Barrenetxea (derecha), Roberto López (centro) y Martin Merquelanz (izquierda). En punta, Alexander Isak. Por su parte, los azulgranas con un once que salvo las variantes repite jornada a jornada siete u ocho futbolistas. En portería se ubicaba Marko Dmitrovic. Por delante del cancerbero serbio, Esteban Burgos (centro-derecha) y Pedro Bigas (centro-izquierda), que estuvieron respaldados por Róber Correa (derecha) y Anaitz Arbilla (izquierda). En la sala del doble pivote, Pape Diop y Edu Expósito, mientras que Alejandro Pozo (derecha) y Bryan Gil (izquierda) completaron la línea de centrocampistas. En punta, el doble '9': Kike García y Yoshinori Muto.

Isak de falso '9' y pase al espacio. Fuente: Livetv.sx
Isak de falso '9' y pase al espacio. Fuente: Livetv.sx

De arranque, los azulgrana presentaban una propuesta con la intención de asentarse en campo rival a través de la presión. Afín a este propósito, el equipo de la comunidad vasca colocó a sus dos delanteros (Kike, Muto) en las proximidades de la frontal para impedir la conducción mientras que Pozo (derecha) y Gil (izquierda) formaron parejas junto a los laterales blanquiazules (Zaldúa por derecha y Muñoz en la izquierda). A su vez, los arietes contaban por detrás con el eje del mediocampo. Sin embargo, ante la imposibilidad de que Guevara saliera con un pase limpio hacia adelante, el cuadro realista salteó esa presión con un pase diagonal al lateral a espaldas de Pozo y al espacio ante Correa. También otra herramiente fue, el retroceso de Isak como falso '9' con la automática apertura (o descarga hacia Merino-Guevara) de banda atrayendo al central y dejando el hueco libre para tocar e ir a buscar. Como lo habíamos adelantado, ese aprovechamiento de Merino sumergiéndose por delante de las espaldas del eje, provocó daño a la última línea armera.

Las pérdidas, un problema

Al igual que estas dificultades que se presentaban de modo más frecuente en la primera parte, ellas se sumaron a otras como los pases imprecisos en construcción, sobre todo desde la zona de máquinas a banda cuando en una intercepción, esto encontraba inerme a los azulgranas. También, la falta de precisión en el último pase fue una circunstancia similar. Además, como ocurrió en el gol de Real Sociedad la ocupación tardía de la frontal ante un eventual rebote sucedió en dos oportunidades.

Merino por delante del eje del mediocampo. Fuente: Livetv.sx
Merino por delante del eje del mediocampo. Fuente: Livetv.sx

En cuanto a la construcción del juego, hallamos diferencias entre un período y otro. En la etapa inicial, el posicionamiento de Edu Expósito por detrás del eje rival impidió que tuviese injerencia sobre el tercio superior con esas colgaditas del centro al extremo o posibles conexiones junto a Bryan en la izquierda. En consecuencia, el de Cubellas apareció en una ubicación atrasada comparándole con la segunda parte. En sintonía con estas dificultades, en la primera etapa no se observaron contactos desde el tercio superior entre el lateral-extremo e internos, por lo que mayormente los desbordes tuvieron como consecuencia el desequilibrio de los externos, como tampoco sucedió intercambio de pases con los delanteros. En tanto, no se observaba una conducción ni pases largos cruzados desde la defensiva

Tres cambios, el giro del timón

Los ingresos de Kevin Rodrigues, Takashi Inui y Sergi Enrich significaban una reubicación diferente. Desde lo posicional, Arbilla pasó del lateral zurdo al centro-izquierda de la zaga para que Kevin ocupase la demarcación en el costado izquierdo. Mientras tanto, Pozo se atrasaba unos metros cambiando de volante a defensa en el ála derecha, siendo compañero de banda Inui en la línea de centrocampistas. Por último, Enrich en el doble '9'. Esos ingreso, cambiaron también la manera en que los armeros configuraban su salida (la importancia de Arbilla), la gestión de la construcción del juego (Expósito más influyente), equipo más ancho (más participación de los laterales y combinaciones de banda) y los apoyos del doble '9' (que Eibar acorte sus líneas y Real Sociedad tenga sus líneas más separadas).

Amplitud de banda, cierre de extremos y equipo adelantado. Fuente: Livetv.sx
Amplitud de banda, cierre de extremos y equipo adelantado. Fuente: Livetv.sx

Entonces, el conjunto guipuzcoano se asentaba mejor en el campo sin cambiar drásticamente su forma de juego. La introducción de Arbilla, le permitió más conducción con el balón (una salida más limpia) y el plus que posee el navarro con su golpeo de balón en sus botas explotando al máximo una de sus virtudes el pase cruzado a los extremos.  Con dos laterales de proyección como Pozo y Rodrigues en ambos costados, el equipo se hizo más ancho, porque ambos que tienen en su cabeza el irse hacia adelante (pueden desempeñarse sin problemas como extremos), lo cual permitió que pudiesen compaginarse con los extremos y los delanteros, apoyarse con el doble pivote. En cuanto al doble eje, se les observaba en una posición más adelantada, encastre clave para que la presión surta efecto, la cual fue más agresiva (no en el sentido de violento sino que tuvo más énfasis en sentido de bloque). Por su parte, los dos extremos como la tendencia de los laterales fue la de vincularse más en lo ofensivo, solían cerrarse dependiendo de la situación aunque también se utilizaba como arma el pase diagonal en profundidad. Por su parte, los dos delanteros fueron más laboriosos, en el que destacaba el trabajo de Sergi Enrich. El ariete aguantó, se tiraba a banda, descargaba, obligó a desplazarse a los centrales atraerlos, tocar con Expósito por delante de la zona de máquinas rival y que este pase entre líneas para provocar daño.

Versión mejorada de la presión

Si bien la intensidad era la misma entre la primera parte y la segunda, lo ocurrió fue que se sucedió una ocupación de los espacios más exigente y cercana al rival. Una de las diferencias fue una presión más en bloque. Por ejemplo, cuando el balón caía a merced de Remiro este se encontró con la proximidad de Kike, una vez que pasaba a la izquierda, Muñoz se encontró con Inui, Merkelanz con Pozo. Es decir, no se observaba esa "presión" de los futbolistas más adelantados. Asimismo, al irse Pozo a la altura de los volantes cuando la Real jugaba largo, quien ocupó circunstancialmente el carril derecho fue Burgos y lo mismo ocurrió con la izquierda con Arbilla.

2 vs 3 en banda con el desborde por individualidad. Fuente: Livetv.sx
2 vs 3 en banda con el desborde por individualidad. Fuente: Livetv.sx

Otra circunstancia, fueron las posesiones más prolongadas y las recuperaciones más en alto. Esta última, se dio sobre todo con los balones que contenían Enrich y Kike descargando y yendo a buscar. En conjunción aunque formaban un tres (Gil, Kevin, Kike) contra tres (Zaldúa, Barrenetxea, Guevara o Merino), la capacidad de Gil de irse del uno contra uno desestabilizó ese "balance".  Esta posición, sobre todo en banda fijaba al central o lateral y la descarga repentina dejó de cara al extremo o lateral. También, concedieron, los armeros, menor cantidad de balones erráticos en construcción y sólo en esas oportunidades sufrió sobresaltos. Al igual que en el primer período, el cuadro de San Sebastián buscaba explotar las espaldas de Pozo.