José Antonio Reyes, tristemente fallecido el 1 de junio de 2019 en un accidente de tráfico, sigue siendo recordado como una leyenda  en el mundo del fútbol, especialmente en Sevilla. En el día de hoy se cumplen 20 años de uno de los días más importantes de su exitosa carrera, aquel en el que anotó su primer gol con el equipo de sus amores.

Antes de su estreno goleador, cabe rememorar otra gran cita: la de su debut en Primera División. Se produjo en la jornada 22 de la liga 1999/00, el 30 de enero del año 2000. Aquella noche, La Romareda vio los primeros minutos de un chaval de solo 16 años con el 34 a la espalda. 

Marcos Alonso (padre del actual futbolista del Chelsea e hijo del mítico Marquitos del Real Madrid de las cinco Copas de Europa) fue el técnico responsable de darle sus primeros cinco minutos en el fútbol profesional.

Dos temporadas después, con Joaquín Caparrós en el banquillo y solo 18 años, fue muy importante en el equipo. Aquella temporada 2001/2002 fue clave en el octavo puesto conseguido, con ocho goles en veintinueve partidos de liga. 

El primero de estos tantos llegó el 16 de septiembre de 2001, en Montjuic. Era su tercer partido en Primera División, pero ya se le veían unas cualidades magníficas. Sobre el minuto quince, con 0-0 en el marcador, realizó una arrancada espectacular desde su propia mitad del terreno de juego.

Ningún futbolista periquito pudo frenarle. Ya en las proximidades del área rival, tiró una fantástica pared con Moisés y culminó definiendo con su pierna izquierda y batiendo a Juan Luis Mora.

Así, tras convertirse poco más de un año antes en el futbolista más joven en debutar con el Sevilla, se convertía también en el goleador más precoz de la historia del conjunto hispalense.

Aquel sería el primero de los cuarenta y uno que marcó con el club de su ciudad, y de los cien que anotó a lo largo de toda su carrera. Una carrera en la que alzó, entre otros títulos, cinco veces la Europa League. Será siempre recordado en el Ramón Sánchez Pizjuán.

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