El Madrid logró hacerse con la victoria en un partido bastante plano, y ante un Granada que no hizo méritos para puntuar en el Bernabéu. Los andaluces renegaron del balón durante gran parte del partido, confiando en los contraataques liderados por Luis Suárez. Lo que no tuvo en cuenta Robert Moreno es que su delantero es rapidísimo, pero Militao y Alaba lo son, como mínimo, igual. El Madrid anuló esa baza de los nazaríes y al Granada tan solo le quedaron los grandes espacios que dejaba Marcelo a la espalda. 

Ancelotti partió de inicio con Camavinga como pivote. El francés llegó al encuentro muy cuestionado y se fue aún más. Ya en el primer minuto de partido perdió un balón muy comprometido y estuvo perdido durante toda la primera mitad. El técnico blanco dio un claro mensaje al joven mediocentro y al mundo entero cambiándole en el descanso por Fede Valverde. Con el uruguayo, el Madrid mejoró considerablemente en el centro del campo. Si el francés no mejora, su futuro en el Madrid puede estar muy pero que muy complicado.

Ancelotti partió de nuevo con Isco como falso nueve, dejando claro que su confianza en Jovic es escasa. El malagueño cuajó un gran partido, pero Jovic acabó sustituyéndole debido a la urgencia de marcar gol. Le acompañaron en ataque un gris Rodrygo y un reivindicativo Asensio, que parece estar ganándole la partida al brasileño en la disputa por la banda derecha.

 

Marcelo, titular en el duelo frente al Granada. Foto: @realmadrid twitter
Marcelo, titular en el duelo frente al Granada. Foto: @realmadrid twitter

En el lateral izquierdo fue Marcelo el elegido en el once titular. El brasileño dejó detalles de la calidad que atesora, pero también unos espacios atrás que a punto estuvieron de costarle un susto al Madrid. Es evidente que una leyenda de su nivel tiene el apoyo y cariño incondicional de la afición (y así se demostró con la ovación en su cambio), pero ya sea por su edad o por su estado de forma, no puede continuar jugando en un club tan competitivo como el Madrid. Al menos como lateral.