El Sevilla FC tiene una gran plantilla, hasta ahí ninguna novedad, pero si por algo se caracteriza este equipo desde la llegada de Julen Lopetegui es la fiabilidad defensiva. Siempre se tiende a pensar en los Diego Carlos, Koundé y Fernando, pero entre palos hay un futbolista capital para que el Sevilla se encuentre a día de hoy donde está, Yassine Bono.

El meta internacional con el combinado marroquí es actualmente es uno de los mejores porteros de LaLiga, y también de Europa, sus números así lo demuestran. Llegó hace tres temporadas cedido del Girona y su participación no fue muy amplia en su comienzo como sevillista hasta aquel día en el que el conjunto hispalense se enfrentó al CFR Cluj en Nervión. Ese día cometió un error que bien pudo haberle costado la sexta Europa League al Sevilla, pero una mano previa lo impidió, después de aquello llegaría la pandemia y el parón en todas las competiciones.

A la vuelta del futbol, la historia de Bono ya todo el mundo la conoce, fue uno de los jugadores capitales junto con los Ocampos, Luuk de Jong, etc.. que hicieron campeonar en Colonia al equipo sevillista. Desde entonces Bono ha sido titular indiscutible y solo alguna lesión o la reciente Copa de África han podido desplazarlo del arco sevillista. En el último mercado de verano se fichó a un portero contrastado en LaLiga como es Marko Dmitrovic que llegó del Eibar con la carta de libertad bajo el brazo.

Pero el estado de forma de Bono ha relegado al serbio a un segundo plano debido a la cantidad de puntos que da al equipo y las porterías a cero que suma. Quedan 11 jornadas por delante más la Europa League al conjunto sevillista y si sigue el maravilloso estado de forma de Bono y las lesiones respetan de una vez al conjunto hispalense, el equipo sevillista tiene muchas opciones de competir y conseguir todos sus objetivos.