El contundente triunfo ante el Mallorca supone un pleno de victorias en la competición liguera que alzan al cuadro dirigido por Carlo Ancelotti a la cima de la clasificación.

Así se planteó el choque desde los banquillos

Comenzando por el conjunto local, con Carletto a los mandos, salió con un clarísimo 1-4-3-3 formado por Courtois bajo palos; línea de cuatro para Lucas Vázquez en el lateral derecho, Rüdiger y Alaba como pareja de centrales, Mendy en el lateral izquierdo; en la sala de máquinas, Kroos tuvo que hacer de pivote ante la ausencia de Tchouaméni en el once, mientras que Valverde y Ceballos partieron como interiores; y, por último, el tridente ofensivo estaba compuesto por Rodrygo, Hazard y Vinícius.

Rüdiger, Lucas Vázquez, Ceballos y Hazard fueron las grandes novedades de un once prácticamente inédito en el Real Madrid. Ancelotti apostó por poner en un lado de la balanza la potencia, la resistencia y la lucha de Valverde y, en el otro, la calidad y el toque de Ceballos en la medular, acompañados por un Kroos que sería el encargado de poner la clase, los desplazamientos en largo y, sobre todo, de hundirse entre centrales para la salida de balón. En ataque, el técnico italiano decidió alinear a sus dos extremos más verticales e incisivos por banda para, de este modo, sopesar la falta de una referencia arriba que sería suplida por un Eden Hazard que caería mucho a recibir y buscaría su espacio entre líneas.

Por su parte, el R. C. D. Mallorca llegó al Santiago Bernabéu con las esperanzas de poder asaltar o al menos plantar cara en el feudo del líder. Para ello, Javier Aguirre formó con Rajkovic en meta; línea de cinco para Jaume Costa y Pablo Maffeo en los carriles, acompañados por Nastasic, Raíllo y Valjent en el centro de la zaga; en la medular, Battaglia escoltó a Ruiz de Galarreta y Dani Rodríguez que fueron los interiores; y, en la punta de ataque, la dupla ofensiva fue para Muriqi y Kang-in Lee.

El sistema de juego propuesto por “El Vasco” Aguirre pretendía poblar la medular entre los centrocampistas y los carrileros que se incorporarán a esas posiciones intermedias. Además, el hecho de partir con una línea de cinco en faceta defensiva responde a una necesidad de tratar de achicar aguas ante el potencial del conjunto madridista en los extremos. Tanto Rodrygo como Vini Jr son dos futbolistas auténticamente diferenciales que pueden inclinar la balanza de un partido en cualquier momento, y así lo hicieron, por lo que el técnico mexicano quiso reforzar esa parcela del campo.

Cómo transcurrió el choque

El pitido inicial del colegiado dio comienzo a un encuentro en el que al conjunto blanco le costó mucho entrar. Los primeros minutos fueron de incertidumbre y descolocación el cuadro local, dado que el Mallorca había saltado muy bien al terreno de juego, con las ideas muy claras y teniendo claro lo que debían hacer. Asimismo, conforme iban pasando los minutos, el dominio mallorquín se fue disipando; mientras que los merengues comenzaron a tomar el mando el partido.

Sin embargo, ya se sabe que el fútbol, si por algo se caracteriza, es por ser absolutamente impredecible. En uno de los peores momentos del cuadro balear, cuando el Real Madrid parecía haber entrado de lleno al encuentro y comenzaba a dominarlo de cabo a rabo, llegó el varapalo del conjunto visitante. Una acción individual de Pablo Maffeo por banda derecha culminó con una falta lateral realizada por Fede Valverde. Kang-in Lee asumió la responsabilidad del lanzamiento, la puso con mimo sobre el verde del Bernabéu y, posteriormente, golpeó el esférico milimetradamente hacia la testa de Muriqi. Su compañero en la doble punta de ataque hizo lo propio y cabeceó el centro haciendo imposible la llegada del guardameta belga. 1-0, el Mallorca estaba consiguiendo poner contra las cuerdas a un líder que parecía no estar en su mejor día tras los cambios en el once habitual.

No obstante, los minutos fueron pasando y, con ellos, el conjunto blanco fue creciendo en el partido hasta hacerse claro dominador del encuentro. Así pues, corría prácticamente el último minuto de juego del primer tiempo cuando se asistió a una de las mayores obras de arte del fútbol contemporáneo. Courtois blocó, se la pasó a Ceballos, el utrerano asistió a Valverde y, justo en ese preciso instante, comenzó el vuelo del halcón. Valverde condujo hasta encontrarse a los primeros rivales y tener la capacidad de dividir, pero al ver espacio para correr no se lo pensó dos veces y comenzó una carrera infinita hacia el que será, sin duda, el gol de la temporada. Fede, como él mismo reconoció en la entrevista postpartido, tan solo huía de las camisetas rojas en busca de un único objetivo, la meta defendida por Rajkovic. Valverde corrió y corrió, los defensores visitantes tan solo podían tratar de alcanzar o seguir con la mirada el vuelo de un pajarito que a cada zancada iba adquiriendo más bien el aspecto de un halcón. Cuando el uruguayo se acercó al balcón del área, observó como Vinícius le hacía un desmarque cayendo a banda que, en realidad, lo que suponía era la liberación de dos defensores y la creación de un espacio para abrir la posibilidad a Fede de culminar una jugada para la historia. Valverde no se lo pensó y, al ver el hueco, se la orientó hacia su pierna izquierda y soltó un latigazo para quitar las telarañas de la escuadra del Bernabéu. El templo blanco enloqueció, las caras de asombro y las manos en las cabezas inundaban el graderío y, sobre el verde, sus compañeros asistían aún incrédulos a la celebración del golazo del uruguayo. En ese momento ya era una realidad, había ocurrido, aquel pajarito que se formó en las categorías inferiores del Real Madrid acababa de convertirse en un halcón auténticamente imparable.

Golazo Fede Valverde I Imagen: Getty Images
Golazo Fede Valverde I Imagen: Getty Images

El golazo de Fede puso fin a los primeros 45 minutos y, con las tablas en el luminoso, sendos conjuntos enfilaron el túnel de vestuarios. Tras la reanudación del partido, el Real Madrid continuó mostrándose superior ante un Mallorca que saltó en la segunda parte sabiendo que ni siquiera habiendo completado una primera parte prácticamente perfecta habían logrado irse con el premio de ir por delante al descanso. La poca convicción de los muchachos de Aguirre sumada al hambre de los chicos de Carletto por seguir sumando de tres en una competición a la que parecen haberle tomado la medida, desequilibró la balanza en favor del vigente campeón.

El 2-1 lo hizo él, quién si no, el brasileño, el niño maravilla, el mejor futbolista del mundo, el jugador con más proyección de cara al futuro del panorama mundial… lo hizo Vini Jr. El extremo madridista recibió una asistencia de Rodrygo, que en la tarde de ayer estuvo pletórico, hizo un control orientado que dejó sin posibilidades al defensor visitante y definió con calma ante el guardameta para volver a poner el Bernabéu, su Bernabéu patas arriba. Y, por si a alguien no le había quedado claro Vinícius bailó o, más bien, volvió a bailar, bailó para hacer saber a todo el mundo del fútbol que este joven talento de tan solo 22 años se ha propuesto bailar en cada campo de Europa; bailó por Maffeo y Raíllo, para que tomaran consciencia de que su baile acababa de comenzar; bailó ante su gente para ponerles en pie y decirles en voz en grito que con él van a tener samba para rato… en definitiva, bailó porque el baile del gran Vini Jr no ha hecho nada más que empezar. Pero antes de bailar, Vini quiso imitar en la celebración a un ídolo, al mejor jugador de la historia de este deporte y al máximo goleador de la historia del Real Madrid, el brasileño hizo la mítica celebración de Cristiano Ronaldo para dejar claro a todo el madridismo que no hace falta que busquen sustituto para el legendario 7 porque ya está en casa.

A partir del gol de Vinícius, llegaron los tantos de Rodrygo y Rüdiger que pusieron el colofón final a una goleada que hace del conjunto blanco un líder muy solvente. Cabe hacer mención especial, en primer lugar, a la auténtica obra de arte que realizó Rodrygo en el tercer tanto madridista. Si el de Valverde fue el gol de la temporada, el del brasileño poco tiene que envidiarle porque también lo tiene todo: pausa, regate, frialdad y una definición digna de los mejores delanteros del mundo. Por otra parte, cabe destacar el estreno goleador de Rüdiger con el Real Madrid. El zaguero germano estaba realizando un partido bastante discreto teniendo en cuenta que erró en uno de los primeros enfrentamientos ante Muriqi, aunque, posteriormente, el delantero del Mallorca no lograra materializar la ocasión. Asimismo, en los instantes finales del encuentro, una falta lateral botada por Kroos, le llegó al alemán para que pusiera la guinda al pastel. Tras el gol, Rüdiger se arrodilló y besó el césped del Bernabéu como pensando: ''Qué bien lo vamos a pasar aquí''.

Las dos caras de la moneda

El resultado, los golazos y el gran partido que completaron muchos de los futbolistas blancos no son el único aspecto a destacar en el Real Madrid. En la cara inversa de la moneda encontramos a dos futbolistas: Hazard y Marco Asensio.

El belga estrenó titularidad con el conjunto blanco, pero, para desánimo y desilusión de todos los madridistas, Eden volvió a ser el Hazard que ya conocían por Chamartín de las pasadas campañas. Los minutos disputados en la tarde de ayer por el ex del Chelsea evidencian que su gran partido ante el Celtic no fue más que un espejismo, dado que su estado de forma y su falta de ritmo le hacen estar muy lejos de su nivel óptimo para ser importante en este Real Madrid.

Por su parte, el mallorquín estuvo gran parte de la segunda mitad calentando para que, finalmente, la desafortunada lesión de Lucas Vázquez obligara a Carletto a gastar la tercera ventana de cambios y, por tanto, Asensio volviera a quedarse sin disputar ni un solo minuto. El cabreo y el disgusto de Marco quedó patente en sus gestos y su actitud en el banquillo del Real Madrid, pero, para ser honestos, cabe resaltar que Ancelotti fue totalmente sincero con el futbolista y le hizo saber que contaría con muy pocos minutos esta temporada.

Enfado Marco Asensio I Imagen: Getty Images
Enfado Marco Asensio I Imagen: Getty Images

Dejando de lado los desaires, cabreos y la falta de rendimiento de algunos futbolistas del conjunto blanco, el Real Madrid continúa intratable tanto en LaLiga como en Champions. Desde que comenzó de manera oficial la temporada, el club merengue cuenta sus partidos por victorias y, esta dinámica ganadora llevará al cuadro dirigido por Carlo Ancelotti a lograr los máximos éxitos posibles.