Un 2017 para rememorar una y otra vez en la cabeza de Francisco Román Alarcón Suárez, más conocido como Isco. Por su empeño, trucos de magia y goles, el Real Madrid finaliza el año con cinco trofeos en sus vitrinas. El nivel del mediapunta blanco ha sido tan alto que incluso se coló entre los primeros clasificados para el Balón de Oro, cuyo dueño le tendrá mucho que agradecer.

Porque el de Arroyo de la Miel ha aparecido cuando más le necesitaba el conjunto madridista. Fueron varios los partidos en los que se puso la capa para rescatar puntos. Varita y sombrero. Truco por aquí, 'detallisco' por allá. Asistencias, tantos o simplemente un espectáculo para pagar cara la entrada. Sobre el verde, actuó el mejor mago de todos los tiempos: Isco.

La Liga de Isco

Así, tal cual. No hay mejor frase para definir lo que caracterizó la temporada liguera del equipo blanco. El malagueño se erigió como líder, derrochó todo el talento que su míster ya desprendió en sus tiempos mozos y alzó al Real Madrid a levantar su Liga número 33.

Zidane le pidió que aportase más goles. Isco recibió el mensaje con todas sus letras y en mayúsculas. Su campaña 2016/2017 fue la más anotadora para él, pues sumó un total de diez dianas, algunas de ellas valieron puntos muy valiosos. Además, sus prestaciones en el aspecto ofensivo no minimizaron su trabajo defensivo, intensidad o pases de oro para el resto de atacantes.

Comenzó el año con un doblete ante el Granada, jugando solamente cincuenta minutos. Volvió a ver puerta contra Osasuna y encuentro seguido, brindó dos asistencias notorias para el triunfo frente al Espanyol. Sin ser titular ni disputar todo el tiempo de juego, cada vez que saltaba al campo ofrecía una versión cautivadora.

El conjunto madridista perdió solo dos duelos entre enero y marzo. En ellos, Isco no se vistió de corto. Nada de casualidades. Con su magia en el verde, era otra historia. Recital contra el Alavés, gol y noventa minutos jugados. También diana a Las Palmas.

La estadística no engaña, Zidane

Sin embargo, las dos exhibiciones de Isco llegaron a partir de la jornada 32 y porque ‘Zizou’ no quiso que fuesen más. Tras remontar él solito en El Molinón con dos brillantes goles, al francés se le ocurrió dejarle fuera en el clásico. El resultado fue de derrota, como era de esperar.

De los errores se aprende, pensaría el galo. Goleada y otro chicharro de Isco en Riazor, además de asistencia. En las dos últimas jornadas ligueras, tres pases de gol más para ayudar a su equipo a levantar el título. Encima, en su propia casa, Málaga.

Para esas últimas fechas, Zidane ya se había dado cuenta de que la estadística no engañaba. En Champions, el malagueño apenas jugó en una irregular fase de grupos por resultados y tampoco lo hizo contra el Nápoles después.

No obstante, las mejores actuaciones del mediapunta en la competición de la regularidad llevaron al entrenador a repensar las cosas. Isco debía ser titular indiscutible, ya que con él, el juego madridista mejora una barbaridad.

Un gol para Cardiff y otro para ser súper campeones

Saltando ya desde el inicio en la vuelta de cuartos, los blancos se clasificaron para verse las caras con Simeone. Otra vez, por Isco y su magia dejaron casi sentenciada la eliminatoria para que en el Vicente Calderón fuese el 22 quien silenciase a unos colchoneros que creían en la hazaña.

La duodécima fue la guinda a una sensacional temporada, que el mago andaluz disfrutó enamorando con su mejor fútbol. Además, en varios partidos de Liga superó los diez kilómetros recorridos y en total, recuperó unos 126 balones. Intachable su actitud, compromiso y entrega.

Tras las vacaciones veraniegas, al internacional español aún le quedaba una tarea más por cumplir. No porque fuese obligado, sí porque quería volver a ser decisivo en otro título. Contra el Manchester United, Isco deleitó durante los noventa minutos y por si fuera poco, anotó el gol de la victoria con un disparo ajustado al palo derecho de De Gea. Magia.

Y por ese arte, su míster no cayó en malas decisiones. Le alineó frente al Barça y en la ida de Supercopa, los vikingos dieron un baño de juego. El mediapunta asistió en uno de los tres goles. Algo que no ha podido hacer en este último mes de competición, pues Zidane decidió no darle minutos en el primer clásico de la temporada. El Real Madrid salió vapuleado.

Isco I de España

Si su 2017 con el club madrileño ha sido el mejor de su carrera deportiva, con la Selección Española ha vuelto a vivir momentos de auténtico ensueño. La desilusión que recibió tras quedarse fuera de la última gran cita con Del Bosque ya forma parte del pasado.

El cambio generacional en ‘La Roja’ tenía que llevar el sello de Isco. Así lo quiso Lopetegui desde que llegó al banquillo. El técnico vasco conocía y muy bien al mago malagueño de la Sub-21. Estaba llamado a ser el líder de la nueva España.

Así ha sido. El 2 de septiembre el fútbol internacional vio a un joven andaluz dar un recital exquisito ante Italia. Dos goles para enmarcar y una capacidad inédita de llevar la manija. Las portadas europeas se hicieron eco de Isco I de España.

En los siguientes partidos también mojó. Su particular fase de clasificación para Rusia acaba con cinco goles en nueve encuentros más dos asistencias. Un inicio brillante, el próximo mundial será su momento para enamorar al mundo entero y alzarse al cielo con ‘la Roja’.