2016 arrancó en el seno del equipo carbayón bajo la máxima de prolongar el mayor tiempo posible la gran racha que habían iniciado en la primera fecha del mes de diciembre.

El comienzo de un año ilusionante

El primer choque de este año fue un duro escollo, el Real Oviedo se desplazaba hasta Leganés para medirse en Butarque a un equipo que estaba instalado en la zona alta y que finalmente sería uno de los conjuntos que lograse ascender a Primera División, de manera directa además. El choque en tierras madrileñas se saldó con empate a un gol, pero la principal noticia de este partido se produjo en el minuto 11' cuando el central Borja Gómez caía lesionado y tenía que despedirse de la temporada.

El primer partido del nuevo año en el Carlos Tartiere trajo consigo un fuerte olor a historia y a Primera División, el Zaragoza visitaba el feudo azul en otro partido de altos vuelos. Uno de los partidos más completos de la temporada de los de la capital del Principado de Asturias tuvo su premio poco antes del descanso gracias a un gol de Toché que sería suficiente para que los tres puntos se quedasen en casa.

Los jugadores del Oviedo celebran el gol de Toché ante el Zaragoza | Foto: La Liga

El calendario apretaba y la clásica igualdad de la Segunda División provocaba que la visita a Pamplona para medirse en El Sadar a Osasuna también fuese catalogada de enfrentamiento de altos duelos. Los carbayones afrontaban este partido con varios jugadores lesionados pero consiguieron sacar un empate sin goles en un gran ejercicio de juego defensivo, ya que la parcela ofensiva fue casi inexistente ya que Nauzet, portero rival, estuvo inédito.

Con el empate en tierras navarras se ponía fin a la primera parte de la temporada y tocaba comenzar la segunda vuelta, siendo Lugo el escenario donde arrancase. Este partido llegó envuelto en una gran polémica debido al alto precio de las entradas que los directivos del club lucense impusieron a la afición azul que decidieron abortar el viaje en masa que estaba previsto como medida de protesta. En lo meramente deportivo, el enfrentamiento no pudo empezar mejor, a los ochos minutos el marcador reflejaba un 0-2. Pero los de Egea no supieron administrar su renta y antes del descanso el empate ya estaba reflejado en el electrónico. En el segundo tiempo no hubo más goles, lo que pareció un milagro, ante los constantes ataques del cuadro gallego.

Un día después de este partido, se produjo una noticia que llenó de alegría al aficionado azul. Diegui Johannenson, futbolista nacido en Villaviciosa pero con ascendencia islandesa y formado en El Requexón, era llamado a filas para la concentración de Islandia. El lateral derecho debutó ante Estados Unidos, pero finalmente no acudió a la Eurocopa debido a la mala suerte que tuvo con las lesiones y las decisiones de Generelo de no apostar por él.

Diegui Johannesson posa con la camiseta de Islandia tras su primera convocatoria | Foto: Real Oviedo

Enero, en lo futbolístico, se cerraría con la visita del líder de la categoría de plata del fútbol español, la Sociedad Deportiva Alavés en un partido que en caso de triunfo azul supondría acercarse considerablemente al sueño del ascenso directo. Los locales salieron muy fuertes, con plena decisión y a los 12 minutos Borja Valle adelantaba al Oviedo. Solo una "caraja" tras el descanso que aprovechó Toquero para equilibrar el resultado impidió que los tres puntos fuesen para los del Tartiere.

Borja Valle celebra su gol ante el Alavés | Foto: Real Oviedo

El 31 de enero supuso el cierre del mercado de fichajes. Los asturianos realizaron dos incorporaciones en el mercado invernal: el primero de ellos fue Josete, central procedente del Cádiz que había jugado unos meses antes con los gaditanos en el Tartiere la fase de ascenso. Durante su estancia en el club azul, que abandonó al acabar la temporada, dejó buenas sensaciones formando pareja junto a David Fernández.

La otra incorporación fue Michel Herrero, procedente del fútbol chino, concretamente del Guangzhou. Su fichaje parecía que iba a dar el salto de calidad que los azules necesitaban en el medio del campo, sus dos primeras actuaciones sembraron la ilusión, pero nada más lejos de la realidad. El papel del mediocentro fue un claro fracaso.

El primer partido del mes de febrero se disputaría ante un Albacete en horas bajas, los del Carlos Belmonte, mucho más necesitados que los azules, salieron como un vendaval y que en 16 minutos de juego ya ganaban por 2-0. La presencia de los azules parecía inexistente, pero en el último cuarto de hora se reactivó un consiguieron arrancar un empate gracias a un doblete de Toché.

El miércoles 10 de febrero el Real Oviedo consiguió uno de los objetivos que se habían impuesto para esta temporada, los 20.000 socios. Arturo Elías Slim, se convertía en el encargado de representar el llegar a esta cifra que supuso superar el récord histórico de abonados azules.

Arturo Elías Slim, nieto del máximo accionista carbayón, posa con el abono 20.000 | Foto: Real Oviedo

Para celebrar esto, los futbolistas de la escuadra carbayona se enfundaron el mono de trabajo para superar por 1-0 al CD Tenerife en un partido marcado por el mal estado del terreno de juego y la adversa climatología que estuvo presente durante todo el choque en la ciudad de Vetusta. El gol de Toché provocaba que los ovetenses siguiesen encaramados en los puestos de privilegio de la clasificación.

La última visita del mes de febrero sería a uno de los campos más complicados de la categoría. Montilivi esperaba al Real Oviedo con un Girona en dinámica claramente ascendente. Tras los 90 minutos disputados hubo reparto de puntos debido a los goles de Alcalá para los locales y Susaeta para los azules. Aunque si mirásemos los méritos de ambos conjuntos, los tres puntos deberían haberse quedado en tierras catalanas, aunque gracias a este empate los asturianos sumaban una nueva semana sin conocer la derrota.

El Elche sería el último rival de los azules en el segundo mes del calendario. La visita de los ilicitanos al Carlos Tartiere se tradujo en un gran partido de los azules que se lograron imponer con una sorprendente facilidad. El partido estuvo igualado, la mejor muestra de ellos es que el primero de los tres goles no llegaría hasta el minuto 76' cuando Koné ponía el 1-0 en el marcador, un gol en propia meta nueve minutos después sentenciaba un partido que cerraría Hervías en el tiempo de descuento.

Los jugadores del Real Oviedo celebran uno de los goles ante el Elche | Foto: Real Oviedo

12 partidos consecutivos sin conocer la derrota, con esta cifra se cerraba el mes de febrero. Aquí comenzaría el principio del fin, el club que parecía una balsa de aceite era realmente un volcán cerca de la erupción. El mes de marzo trajo consigo importantes cambios y noticias que acabarían por romper todos los sueños de un ascenso a la máxima categoría.

Y en marzo, todo se desvaneció

Arrancaba marzo con el Real Oviedo en el mejor momento de la temporada, marchando en tercera posición a tan solo dos puntos de los puestos de ascenso directo que marcaba el Alavés, segundo, y a tres del líder, el Leganés. Además el conjunto de Sergio Egea disfrutaba por aquel entonces de una envidiable racha de 12 partidos sin conocer la derrota.

En el primer partido del mes los azules visitaban a un RCD Mallorca que deambulaba por la zona baja de la tabla en el día que los bermellomes celebraban el centenario de su fundación. 

El duelo comenzó igualado, con el Mallorca espoleado por su afición buscando con insistencia la portería carbayona, hasta que al borde del descanso una dura entrada de Bautista le costaba la tarjeta roja directa e iba a decantar buena parte del encuentro. A partir de aquí los mallorquines iban a ser muy superiores y solo hubo que esperar algunos minutos y varias claras ocasiones para que se abriera el marcador con un autogol de David Fernández. El partido no iba a tener más historia y el Oviedo acababa con su racha triunfal. Pero lo peor estaba por llegar, las consecuencias del choque iban a ser nefastas para los asturianos, era el punto de inflexión de la temporada. 

Mucho se ha especulado sobre lo que pudo acontecer después de aquel partido entre plantilla y cuerpo técnico, la única certeza es que nadie dijo nunca la verdad y que muy poco se supo desde fuera.

Jon Erice trataba de mandar un mensaje de ánimo y recordaba que su equipo no había perdido dos partidos seguidos en la temporada y que debían vencer al Valladolid. Pero estas palabras no sirvieron de nada y el Oviedo salía derrotado ante el Valladolid (2-4) en un partido con un ambiente realmente enrarecido en el que surgían cánticos de apoyo a Egea con los goles visitantes y reproches a los jugadores que fueron captados en televisión discutiendo con el argentino. Este partido supuso la 'gota que colmó el vaso' y provocó la dimisión de Egea tras la actitud de los jugadores en esta última derrota.

Sergio Egea dirigiendo su último partido, frente al Valladolid | Foto: Real Oviedo

La bomba iba a explotar en el primer entrenamiento de la semana. Las cámaras de la televisión pública asturiana captaban a Sergio Egea visiblemente enfadado durante el final de la sesión, tenía lugar un cruce de reproches con los reservas en Mallorca cuando los que sí habían participado ya se encontraban en el vestuario. Tras el partidillo, varios futbolistas del equipo que había salido derrotado en el mismo recriminaron al preparador argentino alguna de las decisiones que había tomado como improvisado director del juego y fue cuando se produjo un diálogo bastante subido de tono. Egea, harto de ser cuestionado sacó a relucir su carácter y reprendió a varios de los suyos, dejando además una frase que ya es historia para el aficionado carbayón: "¡Entrenen, jueguen y compitan! ¡Y ya está! ¡Y cállense la boca!".

Sergio Egea, durante la rueda de prensa de su despedida | Foto: Real Oviedo

Esa misma tarde el técnico presentaba su dimisión por motivos personales siendo aceptaba instantáneamente por el club. "Son problemas de vestidor", apostillaba Arturo Elías. Al día siguiente los jugadores ofrecían una rueda de prensa en la que Cervero, como capitán y en nombre de todos sus compañeros decía: "La plantilla del Real Oviedo no toma ninguna decisión, ni somos responsables de la no continuidad del entrenador". 

En aquel momento el club decide sentar en el banquillo de forma provisional a David Generelo para que dirija el futuro más inmediato y el partido del fin de semana ante el Alcorcón

El seguidor oviedista se toma de muy mala manera esta sucesión de acontecimientos, especialmente la marcha de Egea, al que respeta enormemente. Y así lo hace saber a través de las redes sociales. La ruptura entre plantilla y afición es evidente.

David Generelo dirigiendo una de las sesiones como entrenador | Foto: Real Oviedo

Y como no hay dos sin tres, llegó la tercera semana del mes con visita a Alcorcón y el Real Oviedo cosechó la tercera derrota consecutiva. David Rodríguez hacía de penalti el gol del partido en una tarde en la que los azules fueron borrados del campo por su rival y ofrecieron una muy pobre imagen.

Pese a todo, tras la derrota en Santo Domingo y habiendo caído al sexto puesto al límite de abandonar de la zona de 'playoff', David Generelo era ratificado como entrenador hasta final de temporada.
En la trigésimoprimera jornada de liga, 26 de marzo de 2016, el Real Oviedo celebraba su 90 aniversario de existencia midiéndose a la Ponferradina. La afición, orgullosa de cumplir años tras ver poco tiempo atrás al club de sus amores al borde de la desaparición, preparó una serie de festejos que solo serían empañados por la incesante lluvia que no dejó de caer durante aquel día. Hummel diseñó una camiseta conmmemorativa negra que incluía los escudos de los dos clubes predecesores del Oviedo, el Real Stadium y el Real Club Deportivo Oviedo. El partido, ante un muy flojo rival, terminaría con una contundente victoria carbayona (3-0) con goles de David Fernández y de Toché por partida doble. 

Los jugadores del Real Oviedo en el 90 aniversario del club | Foto: Real Oviedo

Y llegó abril y el Oviedo tuvo que viajar al nuevo San Mamés, a visitar al colista de la categoría, el Bilbao Athletic. Pese a jugarse un lunes, lo atractivo del escenario supuso un desplazamiento masivo de aficionados azules. Si el Oviedo conseguía la victoria dormiría a dos puntos del ascenso directo. Arrancó bien el partido con un gol de Toché en el primer cuarto de hora con cánticos de la torcida asturiana de fondo. Pero a partir de aquí, el equipo carbayón pasó a ser una pantomima y sufrió un baño futbolístico hasta el final del encuentro que le valió una nueva derrota y un enfado descomunal de su afición. En el viaje de vuelta a Asturias hubo decenas de aficionados azules cabizbajos bajo la lluvia porque no había sitio para todos en el interior del área de servicio de Solares, era el monstruo azul devorándose a sí mismo.

El siguiente encuentro fue en casa ante el Numancia. Un sector de la afición azul se mostraba ya directamente enfrentada con algunos de los futbolistas de su equipo, a los que pitaba con saña cuando entraban en contacto con la pelota. En un partido de ambiente helado y juego pobre, Toché hizo el gol de la victoria en los últimos compases, y extrañamente no hubo alegría en el triunfo, más bien gestos de desaprobación y caras largas.

Los jugadores del Real Oviedo celebran enrabietados el gol de Toché al Numancia | Foto: Real Oviedo

El siguiente reto tuvo lugar en Tarragona, ante un Nàstic asentado en la zona noble de la tabla y con la firme intención de presentar su candidatura al ascenso. El partido finalizó con empate a cero con escasas ocasiones de gol para los oviedistas.

Para la última jornada de abril, la trigésimo quinta de la Liga Adelante, los de la capital del Principado recibían al SD Huesca. Los azulgranas cuajarían una brillante actuación en el que volvieron loca a la defensa local a través de jugadores como Samu Sáiz, Darwin Machís y Fran Mérida, autor del gol que les daba los tres puntos en el Carlos Tartiere.

Edu Bedia lamenta una ocasión en la derrota frente al Huesca | Foto: Real Oviedo

El día 25 de abril el club anuncia que Carmelo del Pozo era apartado de sus funciones como director deportivo, ya que habían decidido que no iba a formar parte de la planificación de la siguiente campaña, y así se borraba de un plumazo a uno de los responsables del "caso Egea". En poco menos de dos meses se tiró por la borda el buen trabajo de gran parte de la temporada. La moral y el optimismo de plantilla y aficionados del Real Oviedo se había esfumado como arena entre las manos.

Demasiado fácil para ser verdad...sin Egea

Con la llegada del mes de mayo, el Real Oviedo encaraba la recta final de la temporada. El equipo seguía en zona de 'playoff' y ya solo restaban siete partidos.

El primero de ellos era un enfrentamiento ante un rival directo como el Córdoba en el Tartiere, en lo que era el segundo partido consecutivo que los carbayones jugaban en su feudo. En aquella soleada mañana de primero de mayo, un gol de Josete aprovechando un rechace del meta Razak que se quedó muerto en el área pequeña, daba la victoria a los carbayones. Sin embargo, el conjunto azul sufrió mucho durante el choque, debido a la expulsión de Verdés a comienzos de la segunda parte. El Córdoba lo intentó, pero un espléndido Rubén Miño dejaba a cero su portería y dejaba los tres puntos en casa.

Los jugadores del Oviedo celebran el gol de Josete | Foto: Real Oviedo

El siguiente encuentro, disputado en Palamós, era un partido engañoso. El rival, el Llagostera, estaba hundido en la clasificación en puestos de descenso, pero la práctica totalidad de los puntos que llevaba los había conseguido en su feudo. Mientras, el Real Oviedo no conocía la victoria fuera de casa en 2016. El Llagostera se adelantaba al cuarto de hora de partido y se mostró muy superior en el primer tiempo. La reacción visitante llegó en una buena segunda mitad, en la que el Real Oviedo generó más ocasiones de las que acostumbraba fuera de casa, pero nadó para morir en la orilla, puesto que Natalio ponía la puntilla a diez minutos para el final.

Como venía siendo la tónica habitual durante la temporada, tras un mal partido fuera de casa, tocaba lavar la imagen en el Tartiere. Y esta vez se consiguió con creces, en un buen partido del conjunto carbayón que le endosó cuatro goles al Mirandés, luciendo una gran pegada, y de esta forma vengaba la polémica eliminación copera ante los rojillos en el Carlos Tartiere, en la que los azules forzaban la prórroga con nueve jugadores para caer eliminados con un gol en fuera de juego.

Borja Valle celebra su gol ante el Mirandés | Foto: La Liga

La semana siguiente llegaba un partido clave que iba a marcar el final de temporada para los ovetenses. Tocaba visitar al Almería, recién descendido de Primera, pero luchando por no descender de nuevo a Segunda B. El Real Oviedo tenía la oportunidad de colocarse en disposición de luchar por el ascenso directo con una victoria, dado que la jornada siguiente recibía al Leganés. Y las cosas no se pudieron poner mejor, ya que tras llegar con empate a cero al descanso, Linares adelantaba a su equipo en el minuto 60' y provocaba que la afición almeriense, muy descontenta con la marcha de su equipo, la tomara con sus jugadores. Sin embargo, el Real Oviedo, lejos de aprovechar esta circunstancia, veía como su rival no solo le remontaba, sino que se llevaba el encuentro con claridad por 3-1. Un mazazo para los carbayones que ya no levantarían cabeza.

El varapalo de Almería fue muy serio, y dejaba a las claras que el conjunto asturiano podría luchar ya como máximo por entrar en 'playoff'. El partido contra el Leganés se esperaba con gran ilusión en la capital del Principado, porque podría haber servido para colocarse en puestos de ascenso directo a solo dos jornadas para el final. Sin embargo, eso ya no era posible y además el Leganés mostró en el feudo carbayón una gran superioridad física y táctica, que se reflejaría en el 0-1 final. A pesar de la superioridad visitante, el Real Oviedo tuvo la oportunidad de empatar con un penalti que lanzó Susaeta pero que detuvo Serantes. Nada salía bien para los azules y las sensaciones eran pésimas, pero aún quedaba una bala en la recámara.

Los jugadores del Real Oviedo abandonan cabizbajos el campo tras perder ante el Leganés | Foto: Real Oviedo

En la penúltima jornada, el Real Oviedo visitaba al Zaragoza en La Romareda con la obligación de ganar para seguir vivo en la lucha por entrar en el 'playoff'. Sin embargo, las sensaciones dejadas en los dos anteriores partidos no invitaban ni mucho menos al optimismo y un solitario gol del exsportinguista Guitián, le sirvió al Zaragoza para amarrar la victoria, en un partido en el que los carbayones ni siquiera tiraron a puerta. Con esta nueva derrota, la tercera consecutiva, el Real Oviedo ya se quedaba sin opciones de 'playoff'. Pero lo peor estaba por llegar aún.

Con la afición encrispada, pidiendo la cabeza de Generelo desde hacía varias semanas, el conjunto carbayón despedía la temporada en su feudo ante el Osasuna, que aún tenía opciones de meterse en 'playoff'. Para este último partido, Generelo optó por una alineación de jugadores que no habían contado para él, pese a que la afición los reclamaba, como eran Esteban u Omgba. Además fueron titulares canteranos como Nacho López, Héctor Nespral, Viti y sobre todo Diego Cervero, que se iba a despedir del Tartiere de una manera tan triste como inmerecida. El Osasuna se adelantaba en la primera parte y a los cinco minutos de la segunda, el centra juvenil Josín, que acababa de entrar al césped en su debut con el primer equipo, veía la roja directa tras cometer un penalti. De ahí al final del partido, todo fue coser y cantar para los rojillos, que se llevaron el partido por 0-5 ante la sonora pitada del Tartiere y se metían en un 'playoff', que a la postre los llevaría a Primera.

Josín abandona el terreno de juego tras su expulsión ante Osasuna | Foto: Real Oviedo

Hacía tiempo que no se vivía un clima de tanta crispación en el Tartiere y era necesario tomar medidas. El experimento de Generelo resultó ser un fracaso y tocaba asumir responsabilidades por parte de la dirección deportiva, que prometió un entrenador con experiencia y de primer nivel. Sin embargo, tras sonar técnicos como Caparrós o Paco Jémez, el Real Oviedo sorprendía a todos anunciando la contratación de Fernando Hierro para el banquillo, en la que iba ser la primera experiencia para el malagueño como entrenador. Con él, se iniciaba un nuevo proyecto ilusionante, pero lleno de incógnitas.

Una nuevo capitán para un mismo objetivo

Consciente Ángel Martín González de la necesidad de confeccionar una plantilla de primer nivel, fue necesaria paciencia para lograr el plantel que posee el Real Oviedo. A pesar de que los que llegaron no fueron ni tantos, ni tan ilusionantes como se esperaba, analizado en frío y con varios meses de competición uno se da cuenta de los errores y aciertos de la dirección deportiva.

El Real Oviedo pecó de grandeza, retrasó la firma de varios jugadores con la esperanza de que estos se decantaran por jugar en uno de los equipos con mayor proyección de futuro en el fútbol español. Jugadores como Becerra o Saúl Berjón se escaparon de las manos del conjunto carbayón por la excesiva paciencia que tuvo la dirección deportiva. Sin embargo, esa espera fue un arma de doble filo. Los azules tuvieron la oportunidad de rastrear el mercado y analizar con paciencia todas las opciones, escogiendo siempre la más adecuada. Jugadores de la talla de Varela, Rocha o la juventud y ganas de triunfar de Lucas Torró, recaían en el Real Oviedo. Sin tiempo para llevar a cabo la “revolución” ansiada y esperada por la afición, jugadores que 'a priori' estaban descartados, pasaron a ser pieza clave en el esquema de Hierro.

Fernando Hierro durante su presentación como técnico del Real Oviedo | Foto: Real Oviedo

La renovación que el club quiso imponer se “llevó por delante” a uno de los iconos más importantes del oviedismo durante esta última década, Diego Cervero. El eterno capitán cambiaba El Requexón por Fuenlabrada. Junto a él, la marcha de Nacho López a Fuenlabrada supuso la casi desaparición de la “raza” canterana en el primer equipo.

La llegada de Michu supuso el colofón final a una plantilla hecha por y para ascender, el que fuera internacional con La Roja, declinó ofertas de equipos de primer nivel europeo para volver a su casa. Recuperado tras su lesión en el tobillo, el delantero asturiano estamparía su firma junto a las letras RO tras su fugaz paso por el UP de Langreo.

Michu, en su regreso al Carlos Tartiere | Foto: Real Oviedo

“Al final todo se reduce a sentirse querido”, decía el delantero asturiano

Con el paso de los días, comenzamos a ver el planteamiento que Fernando Hierro iba a imponer a su equipo durante la temporada. Un juego basado en la eficacia goleadora del equipo y sobre todo en la defensa. En una categoría donde suele ganar quien menos encaja, la disposición del equipo durante el juego dista bastante del “jogo bonito” pero a la larga, puede ser eficaz. La condición suficiente, necesaria y por ende regla universal del fútbol para ascender es no encajar o, en su defecto, encajar menos que el rival. Si no encajamos sumamos siempre, sumamos todos.

En una cálida tarde de agosto, el Real Oviedo comenzaba a escribir el 91 capítulo de su historia, lo haría ante el Valladolid y en Pucela. La suerte no acompañó aquel domingo, un fallo defensivo de Peña en los primeros instantes del choque bajó de la nube en la que se había instalado la afición en pretemporada, fue un golpe duro para toda la afición que llevaba esperando ese partido desde que el colegiado hizo sonar por tercera vez su silbato en el Carlos Tartiere ante Osasuna.

Real Oviedo y Valladolid guardaban un minuto de silencio en el primer partido liguero | Foto: La Liga

El sistema de Fernando Hierro no funcionaba, un planteamiento excesivamente defensivo que en mas de una ocasión igualó el número de goles encajados con los tiros realizados, cero. La eliminación copera ante el UCAM y la inesperada derrota en casa ante el Reus no hizo más que caldear los ánimos de una grada cansada de ver jugadores cabizbajos al final de los 90 minutos.

En ese momento y cuando el equipo mas lo necesitaba, los azules lograron una victoria de las que quedan para la historia. Tocaba volver al Carranza, estadio donde se abandonó el infierno de la Segunda “B”. Esta vez con Symmachiarii en la grada alentando a los suyos y con mas fortuna que en otras ocasiones, el Real Oviedo tiró de efectividad para vencer a un Cádiz que, a pesar de que fue superior, no logró traspasar la infranqueable defensa carbayona, 0-2.

Linares dedica el segundo gol a los '155 de Cádiz' |Foto: La Liga

Desde ese momento el cambio se evidenció, la comunión grada-equipo se intensificó y aquel equipo del que todos dudaban pasó de estar en la zona baja a codearse con el Levante, el efecto Hierro funcionaba.

La ilusión volvió...pero no para quedarse

El mes de octubre comenzaba para el Real Oviedo cargado de ilusión y optimismo. Tras finalizar septiembre venciendo en un lugar adorado por el oviedismo, aquella victoria en Cádiz serviría para encontrar un modelo de juego que permitiría a los de Fernando Hierro encadenar siete partidos sin conocer la derrota. El primer encuentro de este mes sería ante el Numancia, en un partido en el que el Real Oviedo consiguió dar la vuelta a los arreones numantinos para igualar el choque y quedarse con un punto en el Carlos Tartiere.

Toché celebra su gol ante el Numancia | Foto: Real Oviedo

La victoria de Cádiz con el cambio de esquema que hizo jugar a Lucas Torró por detrás de los centrocampistas y a Miguel Linares escorado a la banda izquierda fue, a lo largo del mes de octubre, consolidándose a base de buenos resultados. Uno de los grandes resultados del club carbayón en este mes sería la victoria matutina en el feudo oviedista por 2-0 ante un Rayo Vallecano necesitado de puntos y que dejó prácticamente sentenciado a José Ramón Sandoval. Esta victoria supuso un gran impulso para los oviedistas que se acercaron a las posiciones de ‘play-off’. Una semana más tarde, el Real Oviedo conseguía un gran punto en uno de los campos más complicados de la categoría, pues visitaba al Girona y consiguió rascar un empate mostrando una gran solidez defensiva. Este partido marcaría aún más las características que quería el técnico malagueño en su equipo: un juego basado en la defensa y en lograr marcar en las pocas oportunidades ofensivas.

Michu celebra enrabietado el penalti ante el Rayo Vallecano | Foto: Real Oviedo

Con la vuelta al Carlos Tartiere, el cambio del club asturiano era una realidad, pues el equipo no mostraba un juego vistoso, pero no concedía y materializaba el poco peligro que creaba. En el encuentro ante el Tenerife se vio una de las recompensas de este cambio de estilo: el regreso de Linares. El delantero maño, reconvertido a extremo izquierdo, firmó su mejor partido del año en esa posición. Mostrándose muy participativo, anotó los dos únicos goles del encuentro haciendo gala de ese olfato goleador que tanto echaba de menos la afición carbayona y que tanto necesitaba su equipo. Esta victoria permitió a los de Fernando Hierro entrar en posiciones de promoción y alargar su buena racha. Solo faltaba conseguir encadenar los buenos partidos en casa con una victoria como visitante. Esta llegaría en la visita a La Condomina, jornada con la que se ponía fin al mes de octubre. Teniendo muy pocas ocasiones de peligro, el Real Oviedo consiguió llevarse de las tierras murcianas una valiosa victoria gracias a un solitario gol de Héctor Verdés. Los asturianos ya eran cuartos, y el principal motivo de ello sería su férrea defensa, pues serían los menos goleados de la categoría con seis goles en 12 partidos disputados, lo que hizo a Juan Carlos situarse en lo más alto del trofeo Zamora.

Linares señala al cielo celebrando uno de sus goles al Tenerife | Foto: Real Oviedo

Con la esperanza de poder continuar esta buena dinámica de partidos y la ilusión cargada prácticamente en su totalidad, el Real Oviedo afrontaba un duro mes de noviembre que comenzaría con la visita del CD Lugo al Carlos Tartiere. Los de Luis César Sampedro hicieron esforzarse hasta el último minuto de encuentro a la plantilla azul para no llevarse la victoria. El club gallego fue ganando todo el partido, pero la extraordinaria segunda mitad de los asturianos hizo rescatar un punto en los minutos finales gracias a otro gol de Héctor Verdés. La siguiente semana el club carbayón visitaría El Alcoraz, donde ya sufrirían la pasada campaña para lograr la victoria. Allí esperaba la SD Huesca de un Anquela que había logrado un buen inicio de temporada logrando tener al conjunto aragonés en la primera mitad de la tabla. Un muy mal día en defensa hizo a los asturianos salir con una sonrojante goleada de las tierras aragonesas saltando las dudas en cuanto al sistema defensivo al recibir cuatro goles en un mismo partido, cuando hasta la fecha apenas llevaban seis encajados. El Real Oviedo mostraba su peor cara de la temporada apenas una semana antes de recibir al líder en el Carlos Tartiere.

Los jugadores del Oviedo celebran el empate ante el Lugo | Foto: Real Oviedo

Con la esperanza de lograr frenar al Levante afrontaba el club de Fernando Hierro el partido más importante y complicado de este mes. El conjunto dirigido por Muñiz solo había concedido una derrota, la cosechada al principio de la temporada frente al Córdoba. Los carbayones comenzaron el partido al igual que lo hicieron frente al Lugo, siendo muy inferiores a su rival. Sin embargo, un larguero de Linares al fin de la primera mitad hizo despertar al Real Oviedo y en la segunda mitad lograron una hazaña llena de ilusión para su hinchada. Los goles de Michu y de Jonathan Pereira desataron la locura en el Carlos Tartiere. El Real Oviedo lograba presentar sus opciones de ascenso venciendo al “todopoderoso” líder valenciano cuando pocos lo pronosticaban.

Michu celebra su primer gol en su regreso al Oviedo | Foto: Real Oviedo

La siguiente semana tocaba confirmar estas sensaciones en una salida también muy complicada como sería la visita al estadio de Santo Domingo donde la pasada temporada no lograron puntuar. Con la última salida y última derrota en Huesca en la memoria de muchos de los oviedistas, el Real Oviedo volvió a tropezar con la misma piedra y encajó otra goleada plagada de fallos individuales y dejando mucho que desear en cuanto a actitud se refiere. Esta derrota hizo mucho daño en el club asturiano y supuso el comienzo de la peor racha de lo que llevaban de temporada. Además, con la derrota en tierras madrileñas, el Real Oviedo cerraba el mes de noviembre con apenas una victoria y con la sensación de que la actitud en los jugadores es la piedra en la que se apoya su sistema de juego.

El mes de diciembre no se presentaba mucho más fácil que el anterior, sobre todo si mirando el nombre de los rivales del equipo de Fernando Hierro. El primer asalto sería regresar al Carlos Tartiere tras caer goleado en Alcorcón. Su rival sería el Nàstic, colista de la competición que buscaba seguir logrando puntos tras sus primeras victorias de la temporada. Un solitario gol de Toché hizo sumar tres puntos más al casillero asturiano sin mostrar una versión suficiente para recuperar esa ilusión y ese optimismo presente en el mes de octubre.

Héctor Verdés y Toché celebran el único gol al Nàstic | Foto: Real Oviedo

La visita a La Romareda venía acompañada de aires pesimistas en la capital asturiana, pues las dos últimas salidas del club carbayón, como repasábamos antes, habían traído dos goleadas. De nuevo un fallo individual, esta vez de David Fernández, hizo comenzar el encuentro perdiendo al club carbayón. Además, en Zaragoza se volvió a ver la peor versión de Héctor Verdés, que fue expulsado tras una absurda entrada a Lanzarote y dejó a su equipo con un hombre menos prácticamente todo el partido. Su sustituto, Óscar Gil, cometió otro fallo que supuso el segundo gol del Zaragoza, pues al comienzo de la segunda parte el árbitro pitó un penalti claro del defensa oviedista. Quién sabe lo que hubiera ocurrido en Zaragoza de no suceder estos fallos, pues en el 86’ Varela logró recortar distancias gracias a un gran golpeo de falta. La sensación de los jugadores y del cuerpo técnico fue positiva en cuanto a la reacción del equipo con un hombre menos; y en general, la impresión fue de que el Real Oviedo pudo llevarse algo más de La Romareda.

El Real Oviedo cerraría 2016 con solo dos victorias en 21 partidos lejos del Carlos Tartiere

La última cita de este mes de diciembre y de este año 2016 sería la visita del Córdoba a la capital del Principado de Asturias. Este partido lo afrontaban con las ganas de lograr un resultado positivo para encarar las vacaciones navideñas desde el optimismo.

Los jugadores, acompañados de Fernando Hierro, aplauden a su afición tras la útlima derrota | Foto: Real Oviedo

Sin embargo, la buena racha del Córdoba desde que cambió de entrenador les hizo llevarse los tres puntos del Carlos Tartiere, algo que no sucedía desde el comienzo de la temporada, donde el Reus se llevó 'in-extremis' la victoria. Acompañando a esta derrota llegaron muchas críticas por parte de la afición carbayona que veía cómo su equipo se desinflaba al finalizar el año y, por supuesto, abandonaba los puestos de ‘play-off’ para caer hasta la duodécima posición, un lugar complicado para encarar el próximo año 2017, en el que desde luego los de Fernando Hierro tendrán que trabajar duro si quieren remontar el vuelo y estar en las posiciones más altas al final de la primavera.  

 

Realizado por todos los miembros de la sección del Real Oviedo:

- Santiago Serrano

- Javier Fernández

- Pedro López

- Diego González

- Manu Gutiérrez