Por si alguien dudaba de la selección, por si todavía quedaba alguno que pensara que el empate ante Italia iba a lastrar al equipo de Lopetegui, estaba equivocado, totalmente, y de aquello se encargaron de demostrarlo los 14 jugadores que ayer disputaron el partido ante Albania en Shkodër, ciudad que albergó el partido con el estadio Loro-Boriçi Stadium como sede para el encuentro.

Julen Lopetegui salió arriesgado, consciente de la importancia del encuentro y sabedor del estilo de juego habitual de De Biasi, el vasco quiso innovar saliendo con una defensa de tres centrales (Ramos, Piqué y el recién convocado por la baja de Jordi Alba, Nacho Monreal, jugador del Arsenal que a parte de su posición natural de lateral izquierdo, también ha disputado varios partidos como central), cuatro hombres en el medio del campo y tres arriba, con Diego Costa como referencia pese a su discutido contra Italia y los rumores de suplencia previos al partido.

España desde el principio salió con las ideas claras de lo que tenía que hacer y, pese al mal estado del césped, los pupilos de Lopetegui consiguieron hacer mucho daño a los albaneses, que intentaban salir a la contra, pero magistralmente Piqué y Ramos sabían corregir rápidamente su posición y evitar problemas atrás. El balón lo tenía España, era amo y señor del encuentro, pero hubo escasez de ocasiones en el primer tiempo y eso se pagó con un cero en el marcador por parte de ambas escuadras, España, La Roja que hizo realmente méritos para marchar al descanso con  ventaja en el luminoso, se fue al descanso con un 0-0 que no valía de nada, un mal resultado que podía dificultar mucho la clasificación.

Tras el descanso, los jugadores salieron reforzados de energía y mentalizados de que había que ganar sí o sí y la intensidad se vio aumentada en ese sentido, aunque, como pasó con Italia, España se metió de lleno en el partido otra vez con el error del guardameta rival, en este caso fue Berisha que no acertó un pase dado con el pie izquierdo hacia su lado derecho, robó Vitolo, en profundidad para Silva que estuvo generoso en aquella acción y cedió el honor del gol a Diego Costa, que al primer toque batía al portero albanés y de esta manera la selección conseguía lo más difícil, abrir el marcador, y encima en un campo rival como el de anoche.

Al poco tiempo de avanzarse, el equipo sufrió una variante, entró Nolito por Vitolo para darle aire fresco a un ataque poco activo, con poco movimiento y que necesitaba algo de agitación, más regate y eso lo ofreció sin duda un Nolito que estaba tocado por la varita mágica y a los tres minutos de entrar marcó, tras un regate con suerte finalizó como solo sabe él, al palo largo, lejos del alcance del portero, eso sí, esta vez fue por abajo, suave, preciso, un tiro que hizo mucho daño.

Desde entonces España, que ya tenía el control del partido, podría decirse que bajó el ritmo, consciente de que el trabajo estaba prácticamente hecho, pero no por eso había que relajarse, porque ya se sabe cómo es el fútbol, cada segundo cuenta y había que ser profesional ante una selección como Albania, que, pese a sus dificultades tanto técnicas como de hablidades, cumplieron bien su cometido táctico hasta el error de uno de los suyos, que les costó el 0-1 y por ello el derrumbamiento del sistema defensivo ideado por Giovanni De Biasi, el italiano que no supo contrarrestar a los hombres de España, una selección que reafirma su candidatura al primer puesto del grupo por si alguien tenía dudas, una selección cada vez más reconocible con el nuevo seleccionador.

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