El '12' amarillo debutaba en Balaídos frente al Celta de Vigo, con Paco Herrera como técnico. El jugador africano no comenzó con muy buen pie en el club grancanario; entradas a destiempo provocaban que fuese amonestado en numerosas ocasiones, parecía jugar por su cuenta los partidos, en los que el orden y la templanza no entraban en su vocabulario.

Justo esos defectos con el paso del tiempo y conforme empezaba a contar con minutos, ya con Setien como entrenador, se iban transformando en virtudes para el aficionado. El Ghanés no medía bien los tiempos, pero no pasaba ni un minuto en estático, no era un "crack" driblando, pero a base de insistir en cada partido conseguía desbordar e incluso anotar goles de bella factura como el que hizo frente al Espanyol.

Pero sí hubo un antes y un después en la carrera de Wakaso en la UD Las Palmas, ese día llego en un partido entre semana de copa del rey, frente al Eibar. El centrocampista venía de haber conseguido un gran gol en la ida en Ipurúa. En la vuelta en el Gran Canaria, el ya ex  amarillo volvió a mostrar un alto nivel. Quedará para el recuerdo su gran asistencia de saque de banda que decantó la eliminatoria para los canarios.

Conforme avanzaban los partidos, el nivel de Wakaso aumentaba, al igual que la forma de sus compañeros. Solo las lesiones pudieron frenar al carismático centrocampista que se ganó el aplauso de la grada con cada acción en la que luchaba por disputar un balón. El club valoraba contar con sus servicios para la próxima temporada, pero el alto coste de la operación impidió que se alcanzara acuerdo alguno.

Entrega total, velocidad, imprecisiones, fuerza desmedida y coraje, sobre todo mucho coraje. Abandona el club un jugador que no pasará a los anales de la historia del mismo, pero sí que será recordado con mucho cariño por el aficionado amarillo.