Tanto Montreal como Boston planteaban una previa de partido como equipos dispares, pero con unas semejanzas obvias. Los de Massachusetts solventaron una primera ronda casi perfecta sin apenas sustos frente a Detroit. Por otra parte, Montreal, haciendo lo propio con Tampa, llegaba al partido con una primera ronda perfecta y unas sensaciones fantásticas. Choque de trenes en esta segunda ronda.

La meta de Carey Priece fue un muro durante los primeros instantes de partido, y es que la franquicia local atacaba con todas sus artes a los canadienses. Montreal sabía guardar las pautas de juego e impulsaba un control de pastilla directo que llegaba a descolocar con frecuencia la defensa de Boston. Pero no fue hasta el minuto 11 cuando un prodigioso P.K. Subban perforó la meta de Rask.

Después de un explosivo comienzo de partido, el segundo tercio se aventuraba agresivo y con dosis de tensión. Así fue, ninguno de los dos equipos titubeaba, dos planteamientos serios con intensidad e igualdad. El segundo gol visitante llegó tras una confusión defensiva y un pase desacertado que aprovechó Rene Bourque con auténtica solvencia. Boston ofrecía todo lo que estaba en su mano, pero frente al equipo estadounidense se encontraba un pletórico Carey Pierce en una de esas noches de gloria, aguantando dos periodos sin encajar un solo gol.

Los Bruins optaron por un tercer periodo en el que se fundamentó el ahora o nunca como bandera. Los de Zdeno Chara mostraron galones de eternos favoritos y en 6 minutos Boston había igualado el encuentro. Boullion respondió a los 12 minutos colando la pastilla en la portería defendida por Rask. El marcador se encontraba con un 3-2 para Montreal, con todo perdido para los locales, a falta de 2 minutos lograron lo imposible, volver a empatar el encuentro. Boychuk creó un letal disparo desde la línea azul para hacer estallar el TD Garden.

Una prórroga de vértigo

La pastilla se paseó hasta en dos ocasiones por la línea de gol de ambos equipos. Rask y Pierce denotaron el valor de cada uno para su respectiva franquicia. El partido ofrecía la sensación de estar a punto de explosionar para cualquiera de los dos equipos. A 4 minutos del segundo overtime apareció Subban, de nuevo en un powerplay, de nuevo estallando la portería rival. En un gol calcado al primero, clásico del defensa, P.K. firmó el punto final al primer partido de la segunda ronda de playoffs.