El 7 de febrero de 2010 se enfrentaron en Miami los New Orleans Saints y los Indianapolis Colts, dos de los mejores ataques (sino los mejores) de entonces. La clave de la victoria final parecía residir en qué defensa era capaz de contener mínimamente a la ofensiva rival.

Así llegaban Colts y Saints

Dos quarterbacks legendarios, Drew Brees y Peyton Manning, cara a cara en una Super Bowl donde los Colts eran ligeramente favoritos. Manning acababa de ganar su cuarto MVP de su carrera, y su sólido conjunto probablemente merecía esa etiqueta.

Pero ni mucho menos había una gran diferencia entre ambos equipos, y cualquier cosa podía pasar. Manning se enfrentaba al mejor ataque de la temporada, ya que los Saints fueron líderes en yardas por partido (casi 400) y en puntos por encuentro (más de 32). Además, New Orleans ganó sus 13 primeros partidos de la temporada. Un rodillo que acabó accediendo a la Super Bowl con un memorable partido de final de conferencia ante los Vikings de Brett Favre. Quizás ese partido se recuerda incluso más que la propia Super Bowl.

Los Saints nunca antes habían llegado a la finalísima; en cambio, los Colts buscaban su segundo título en cuatro años. Ese factor experiencia también influía a la hora de etiquetar a un equipo como favorito. Por contra, la mayor preocupación en Indianapolis era el esguince en el tobillo de Dwight Freeney, ya que sin él, el pass rush del equipo quedaba totalmente mermado. Afortunadamente, acabó estando presente en la cita.

Así arrancó el partido

El encuentro no pudo empezar mejor para los Colts. El ataque continuaba con la tónica fluida de toda la temporada e incluso funcionaba el juego de carrera, uno de los puntos débiles del equipo. De hecho, Indianapolis promedió el menor número de yardas de carrera de toda la liga, pero en la Super Bowl, Joseph Addai rompía líneas constantemente. Por su parte, la defensa era capaz de forzar dos veces a los Saints a chutar un punt. En resumen, la fórmula perfecta para adelantarse en el marcador. Primero, los Colts se tuvieron que conformar con un field goal de Matt Stover tras un buen drive, pero en la siguiente oportunidad no decepcionarían. Justo en la entrada de la redzone, Manning lanzó un gran pase profundo por el centro a Pierre Garçon, quien fue capaz de frenar su carrera para permanecer en la end zone y poner el 10-0. Ese segundo drive de los Colts fue de 96 yardas, igualando el récord ya establecido en una Super Bowl.

El segundo cuarto se desarrolló de forma diferente. El ataque de New Orleans permanecía más rato sobre el campo, pero se topaba con la rocosa defensa rival.  Grarret Harley tuvo que chutar un field goal después de que los Colts pararan a lo Saints antes de la red zone. En el siguiente drive (tras haber forzado a los Colts a despejar el balón), Sean Payton tuvo que tomar su primera difícil decisión de la noche. Cuarto down y goal a una yardita de la gloria… y se la jugó. Resultado: fracaso estrepitoso. Pierre Thomas se topó con dos muros: Gary Brackett y Clint Session. Por allí no. Y los Saints, tras una gran secuencia ofensiva, se quedaron sin anotar (10-3 abajo). Antes del descanso, la defensa de los de Lousiana volvió a demostrar que se les debía respetar, forzando un 'tres y fuera' que llevó a Hartley a anotar su segundo field goal de la noche y poner el 10-6.

Una segunda parte para la historia

Nunca en la historia de la Super Bowl un equipo había intentado un onside kick antes del cuarto período. Payton y sus Saints probaron fortuna al iniciarse el segundo tiempo. Era la segunda decisión controvertida del head coach¡y funcionó! Una jugada sin duda para la historia ya que ese drive terminaría en la end zone tras una espectacular jugada de screen con Pierre Thomas. New Orleans se ponía por delante y la cara que se le quedaba al entrenador de los Colts, Jim Caldwell, es digna de remarcar. ¡13-10 remontaban los Saints! Había que ponerse el mono de trabajo y los Colts respondieron como un equipo grande. Otro drive fluido que culminaba Joseph Addai con un touchdown de carrera volvía a poner por delante a Indianapolis en el ecuador del tercer período. Un buen retorno de kickoff permitió a New Orleans reducir distancias con el tercer field goal de Hartley (17-16), y así terminaría el tercer cuarto.

Máxima emoción, máxima igualdad, y temor a que un fallo pudiese decantar la balanza hacia el otro lado. Pero si los Saints habían demostrado tener unas agallas inmensas durante el partido, los Colts no querían ser menos. En cuarto down y dos tras apenas haber cruzado el medio del campo, Manning quería seguir sobre el césped, y con un gran pase a Reggie Wayne, conseguían el primer down. Aun así, los Saints forzaron a chutar el fiel goald de 51 yardas. Stover chutó y se le fue a la izquierda. La diferencia de un punto permanecía en el marcador.

New Orleans no desaprovecharía la buena posición de campo y Drew Brees empezó a repartir a todos sus receptores. Jeremy Shockey fue el encargado de coger el decisivo que significaría el segundo touchdown de la noche para su equipo y poner de nuevo enfrente en el marcador a unos Saints que, tras la conversión de dos, vencían por 24-17 a falta de menos de seis minutos para el final. Hay que decir que los árbitros determinaron, en primera instancia, que en esa conversión de dos puntos, Lance Moore no había sido capaz de capturar correctamente el pase de Brees. Como entonces no había revisión automática en jugadas de anotación, Payon lanzó el pañuelo rojo (una complicada decisión más) y los árbitros le dieron la razón. Los dos puntos subirían al marcador.

¿Pero qué son siete puntos en fútbol americano? Un simple touchdown empataría el marcador. Así que los Colts, evidentemente comandados por los pases de Manning, iban marchando por el campo hasta que se plantaron en la yarda 31. Y en tercer down y cinco, a falta de tres minutos y 24 segundos, el mundo se paró. Manning en shotgun, recibe un buen snap. Recula unos pasos, nota la presencia de un defensor rival. Mira a su izquierda y ve a Wayne libre. O eso creía. Lanza el pase. El defensor Tracy Porter lo intuye. Se anticipa. Pasa por delante de Wayne. ¡Atrapa el balón en la yarda 25! Vía libre. Manning cae al suelo bloqueado por un rival. Porter se cruza todo el campo. ¡Touchdown Saints y 31-17!

Si el onside kick ya fue una jugada histórica, lo más recordado de esa Super Bowl es la intercepción de Porter que mató a los Colts de Manning. New Orleans se alzó con el título por primera vez desde su existencia y Brees fue nombrado MVP del encuentro tras sus 32/39, 288 yardas y dos pases de touchdown. Manning terminaría con 31/45, 333 yardas, un touchdown y esa fatídica intercepción. Desde entonces, ninguno de los dos equipos ha vuelto a jugar una Super Bowl, aunque Manning sí que la disputó con los Broncos en 2014 (cayendo apalizado contra los Seahawks) y en 2016 (consiguiendo el título ante los Panthers). Brees sigue buscando su segundo anillo. Este año no podrá ser.