Robert Marvin Hull, más conocido como "Bobby Hull", demostró desde el principio de su carrera que se trataba de un jugador especial. El delantero nacido en Point Anne, Ontario, Canadá tenía como característica principal una velocidad endiablada, por la cual recibió el apodo de “The Golden Jet”, debido a su cabello rubio y sobre todo a que cruzaba la pista como un avión.

Debutó con los Chicago Blackhawks en 1957 y  no tardó nada en mostrar sus habilidades. No solo se trataba de un jugador rápido, también era extraordinariamente fuerte, y eso unido a un disparo desde el lado izquierdo que podía superar los 100 kilómetros por hora, hacían de Bobby Hull un jugador prácticamente imparable. En su año de rookie marcó trece goles y en poco tiempo pasó a ser el líder de la franquicia de Chicago en goles con 604, sin incluir 62 en los playoffs, cuatro de los cuales llegaron en la postemporada de 1961 ayudando a que los Blackhawks ganaran la Stanley Cup.

En 1960, Hull ganó el Trofeo Art Ross como líder anotador de la NHL (81 puntos, 39 goles). Dos años más tarde recibió este galardón por segunda vez, después de anotar 50 goles, empatando así el récord de la NHL compartido por Maurice Richard (1945) y Bernie Geoffrion (1961) de los Montreal Canadiens.

En 1965, Hull recibió el Trofeo Hart como el jugador más valioso y el Trofeo Lady Byng por deportividad (marcó 39 goles y 32 minutos de penalización). El 12 de marzo de 1966, Hull volvió a entrar en los libros de récords de la Liga marcando su gol número 51 de la temporada, superando a Cesare Maniago de los New York Rangers ante una multitud delirante en el estadio de Chicago. Terminó con 54 goles, ganando su tercer Trofeo Art Ross y el segundo Trofeo Hart.

Hull marcó 52 goles en 1966-67, 58 en 1968-69 y 50 en 1971-72, su última temporada con Chicago. Lideró la NHL en goles siete veces, fue elegido para el Primer Equipo All-Star de la NHL 10 veces y para el Segundo Equipo All-Star dos veces. Hull fue incluido en el Hall of Fame del Hockey en 1983. Recibió el Trofeo Lester Patrick, por su destacado servicio al hockey en los Estados Unidos, en 1969.

Se unió a los Winnipeg Jets de la Asociación Mundial de Hockey en 1972, anotando 303 goles en siete temporadas. Después de que los Jets se unieron a la NHL en 1979-80, marcó 4 goles en 18 partidos, y otros dos más en esa misma temporada con los Hartford Whalers, jugando con Gordie Howe en la última parada de cada uno.

Los números y las habilidades de Hull eran impresionantes, pero lo que hacía de Hull un jugador extraordinario era su mentalidad, la idea del Hockey del delantero canadiense, al que muchos consideran el mejor ala izquierda de la historia, era la de un juego vistoso y espectacular que atrajera a los aficionados a los pabellones, Bobby Hull quería jugar para el público, y el público le correspondió, especialmente durante las 15 temporadas en las que militó en los Chicago Blachawks.

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