Cuando uno se pregunta sobre el deporte neoyorquino, pocas veces aparece el nombre de los Rangers, Islanders o Devils. 

La irrupción de tres jóvenes como Kaapo Kakko, Jack Hughes y Matthew Barzal, obliga a echar la vista atrás hacia otras épocas pasadas en las que Nueva York era la referencia del deporte estadounidense, donde las grandes leyendas del béisbol, del baloncesto o del fútbol americano, convergían.

Buscando un giro de guión a la situación de la NHL en Nueva York

La poca rivalidad que existe entre las franquicias (provocado en gran parte por la falta de historias en series de playoffs por el título) también lleva a que la NHL no sea vivida de una manera tan pasional en Nueva York.

Los equipos jóvenes que están cimentando los Devils, Rangers e Islanders, pueden aguantar en la cima durante bastantes años si todas las promesas progresan adecuadamente y acaban convirtiéndose en emblemas de NY, y no en fracasos explotados por una ciudad que siempre pide la excelencia en términos deportivos.

Hughes, Barzal y Kakko, no son las únicas bazas que las franquicias neoyorquinas tienen en su baraja. Los Devils también tienen a otro número uno reciente como Nico Hischier, que pese a no acabar de despuntar y convertirse en un líder absoluto, aún tiene 21 años y puede llegar a ser todo lo que se le suponía antes del Draft

Los Rangers, quienes parecían no querer desprenderse de Henrik Lundqvist, el gran icono de la franquicia en esta década, ha encontrado no uno, sino dos porteros rusos como Georgiyev y Shestyorkin, para garantizar el futuro bajo la portería ranger, y con Panarin como capitán general y guía del joven Kakko.

Y los Islanders ya se destaparon el año pasado, venciendo 4-0 en la primera ronda de playoffs contra los Penguins pese a caer en la siguiente ronda. Han conseguido un equipo eficaz, fuerte en defensa y que ha sabido reponer la marcha de Robin Lehner, uno de los mejores porteros el año pasado. Barzal ha ido creciendo a pasos agigantados, y ya ha dado muchas muestras de su calidad, paso previo para dar el siguiente paso y llevar a su equipo a luchar por la Stanley Cup.

Nueva York quiere que su hockey también sea conocido en todo el mundo como lo son los Dodgers o los Knicks, y esta década tienen todos los mimbres para conseguirlo.