Aún falta exactamente una semana para que comiencen a rodar los equipos en el circuito de Montmeló y ya han empezado las presentaciones y el primero en dar a luz su máquina ha sido la escudería Sauber. Los colores del C36 son diferentes a los de la temporada pasada, debido a la pérdida del patrocinio del Banco do Brasil que traía tras la espalda Felipe Nasr, además de que esta temporada se cumplen 25 años de la llegada del equipo a la Fórmula Uno, de ahí probablemente el toque dorado.
El monoplaza de los de Hinwill, en comparación al del año pasado, destaca por varias facetas: en la zona del alerón delantero, es igual de ancho que su predecesor pero es mucho más largo y por consecuencia, provoca la creación de un mayor número de flaps, aunque mantiene el estilo de nariz del C35; por otro lado, la toma de aire es mucho mayor en este nuevo monoplaza además de hacer la cubierta del motor más estrecha que el del 2016, donde es reseñable la vuelta de la “aleta de tiburón”; por último y no menos importante, se observa un descenso notable en el alerón trasero.
La alineación de pilotos de los suizos estará formada por Marcus Ericsson y Pascal Wehrlein. Cabe destacar que el alemán no participará en la primera semana de test por un accidente con Felipe Massa en la Race Of Champions; por lo que, todo apunta a que Antonio Giovanazzi será su sustituto.
Monisha Kaltenborn, prioriza que tienen unos buenos cimientos y poder asentarse en la zona media de la clasificación: “Tenemos que mejorar. Con el Sauber C36-Ferrari tenemos una buena base y también tenemos los recursos para desarrollarlo a lo largo de la temporada. Será importante establecerse a mitad de parrilla”.
Además, la Team Principal de la escudería cree que con sus nuevos socios espera poder crear una formación sólida para volver a la senda de los buenos resultados: “Junto a Longbow Finance tenemos una gran oportunidad de ser competitivos de nuevo y regresar a los éxitos que se consiguieron en el pasado aquí en F1. Tenemos que posicionarnos con un nuevo planteamiento y hemos dado los primeros pasos para crear un buen equipo para el futuro”.
Jörg Zander, director técnico de Sauber, ha destacado la implicación puesta en el chasis, uno de los puntos débiles de los suizos: “Hemos dado énfasis a la estabilidad aerodinámica antes que a maximizar la carga aerodinámica. Ser capaces de empezar pronto y definir el ambiente en el que el motor funcionará es una ventaja porque el equipo está familiarizado con el motor y la transmisión, así como de la refrigeración necesaria para que este funcione”.
Expectativas para 2017
Los de Hinwill llevarán la unidad de potencia de Ferrari pero con la última especificación del 2016; es decir, la misma situación que sufrió Toro Rosso la temporada pasada en su transición tras dejar de tener de suministrador a Renault, que en este año ha vuelto con los franceses.
Sauber buscará mejorar los resultados del pasado campeonato en donde salvaron los muebles en el Gran Premio de Brasil gracias a los dos puntos de Felipe Nasr para quedar en décima posición y dejar fuera de combate a Manor que, finalmente, no estará en la parrilla del 2017 debido a que no llegó ninguna oferta de compra por el equipo.
Los pupilos de Monisha Kaltenborn querrán estar en los puntos a pesar de la pelea que existirá por estar entre los diez primeros con Haas, Toro Rosso, Williams, Force India, Mclaren, Renault... En este 2017 se antoja duro a la par que interesante para terminar los Grandes Premios con puntos.
Además, con la especificación que montarán en su nuevo C36, no podrán realizar ninguna mejora en su unidad de potencia como ocurrió con la escudería de Faenza, siendo relegados a medida que pasaba el tiempo a las posiciones de abajo mientras los otros equipos mejoraban. Ahora con el libre desarrollo de motores, los de Hinwill parece que lo van a tener peor y la distancia por estar entre los diez primeros va a ir en aumento. ¿Será la última temporada con propulsores Ferrari para unirse a Mercedes u Honda? Habrá que esperar para resolver la incógnita.