Decepcionante temporada la de Lance Stroll en este 2018. El canadiense  marcha antepenúltimo en el campeonato con tan solo cuatro puntos en su casillero. Este último GP de Hungría, Stroll quedó último a más de dos vueltas del ganador, un auténtico desastre para el joven piloto.

Desde Australia el panorama de Williams ya podía visualizarse en términos desoladores. La escudería británica ha sido la que más ha empeorado este año y sus pilotos no han sido capaces de dar la vuelta a la situación. Stroll ha combinado quejas y errores sucesivamente que le han hecho diluirse poco a poco en la tabla.

La trepidante carrera de Bakú le proporcionó los únicos puntos del campeonato hasta ahora. A pesar de su pobre rendimiento, se sitúa por delante de su compañero de equipo Sergey Sirotkin como líder del equipo. Aún llevando ocho carreras sin puntuar, Stroll parece ser la única esperanza del que un día fue el mejor equipo de toda la Fórmula 1.

Foto: Zimbio
Foto: Zimbio

Stroll llegó a la categoría reina de la mano del programa de jóvenes pilotos de Williams, donde fue fichado procedente de la academia de Ferrari. Su pilotaje agresivo y correoso llamó mucho la atención y ganó la Fórmula 3 Europea justo el año anterior a su aterrizaje en la Fórmula 1. Ese estilo que le hizo grande es el mismo que le hace cometer tantos errores. La F1 es algo más que pilotar agresivo o al límite, es también gestionar los neumáticos, gestionar la estrategia, saber cuándo defender y cuándo atacar, características que en Stroll parecen no haber calado.

Foto: Zimbio
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La segunda parte de la temporada se antoja complicada para el piloto canadiense. Williams mira a 2019 y los cantos de sirena de una posible compra de Force India por parte de su padre pueden hacer perder por completo el interés de Stroll en el resto de la temporada. Quizás esa sea la única vía para demostrar lo buen piloto que dice ser o para quedarse fuera del juego definitivamente. El tiempo dirá…