Jorge Lorenzo conseguía la tercera pole consecutiva de la temporada, que reivindicaba a Ducati que no era un simple piloto, sino un Campeón del Mundo de MotoGP. Pero el desastre no tardó en llegar, primera curva primera caída. Jorge peleaba con Márquez la primera posición nada más apagar el semáforo rojo, pero la moto del de Ducati le jugó una mala pasada derrapando la rueda trasera y despidiendo por los aires al balear.
Mal trago para la fábrica italiana, pero aún les quedaba la segunda baza. Dovizioso conseguía posicionarse cabeza de carrera tras el accidente pasando incluso a un fuerte Marc Márquez que se quedaba segundo estudiando cada movimiento del #04 sin intención de atacar. Andrea intentó tirar para abrir hueco, pero no conseguía descolgar al grupo que tenía pisándole los talones.
Mientras Márquez seguía la estela del piloto italiano, por detrás se estaba luchando una bonita batalla entre los dos compañeros del equipo Suzuki; Álex Rins y Andrea Iannone en la que el español conseguía ganar la partida. Pedrosa aparecía quinto peleando con Aleix Espargaró y salvo las caídas de Bautista y Crutchow todo se mantenía bastante estable.
Pero a falta de once vueltas Andrea Dovizioso empezó a apretar para preparar, a su favor, un final de carrera tranquilo. Después de tanto observar, Márquez se había percatado de la estrategia e impidió al de Forlimpopoli coger ventaja. No tardó en cambiar su táctica y pasar al ataque dedicando al público una serie de adelantamientos imponentes y con determinación rozando la precisión y la agresividad que dejaba entrever el nerviosismo dentro del box de las dos fábricas.
Por si faltaba emoción, esto permitía a Andrea Iannone llegar a la altura de sus dos rivales y unirse a la batalla con una dieciochoava vuelta que se podría calificar como sorprendente. Dovizioso intentó un por dentro a Márquez en el que no tenía apenas espacio y se abrió hasta lanzar al 93 a la zona verde, volviendo a pista por el interior de una curva en la que tuvo que coger una trayectoria un poco más abierta y los dos italianos le hicieron un “sandwich” dejándole en medio de sus dos motos como si de sardinas en lata se tratase.
Ya no era una batalla de tres sino de cuatro. Álex Rins consiguió darles caza para poder optar a un cajón del podio, pero la lucha seguía centrada en el 04 y el 93 dejando a los de Suzuki en segundo plano. Una última vuelta con neumáticos gastados que propiciaron que nadie pudiese con Marc Márquez, como si estuvieran de nuevo en los primeros giros, todo se mantenía estable, nadie consiguió consolidar un adelantamiento ni acercarse al piloto que se encontraba delante. Todas las cartas las habían echado a falta de cinco vueltas y ya no quedaba nada, ninguna estrategia, ningún cambio de mapa, ningún as bajo la manga.
Márquez ganaba en casa delante de la afición con un final de infarto que todos los seguidores deseaban que llegase de la mano de una victoria. A 67 puntos de diferencia, después del Gran Premio de Aragón, conseguía aumentar todavía más la diferencia con el segundo clasificado Andrea Dovizioso y estaba más cerca de ganar el título.
