Hoy se cumple un año de la muerte de Charlie Whiting, el director de carrera murió de una embolia pulmonar a los 66 años, en Melbourne, justo antes de dar inicio al primer fin de semana de carreras de la temporada 2019.
Whiting inició sus andaduras en la Fórmula 1 cuando entró en el equipo Hesketh Racing, en 1977.
Tras desaparecer el equipo se unió a Brabham, a las órdenes de Bernie Ecclestone, donde estuvo diez años, hasta que el magnate vendiera el equipo en 1988. Durante este tiempo ascendió a jefe de mecánicos y más tarde a jefe de ingenieros.
Tuvo un papel muy importante en el equipo para ayudar a alcanzar la gloria junto a Nelson Piquet, ganando los mundiales de pilotos de 1981 y de 1983.
Después de aquello se convirtió en delegado técnico de la FIA, con la ayuda de Ecclestone, y más tarde, en 1997, se convirtió Director de Carrera y Delegado de Seguridad de la FIA.
Su función incluía aspectos como la supervisión de la seguridad de la pista y de los coches, asuntos técnicos y de algunos procedimientos durante los Grandes Premios. Además se encargaba de dar el pistoletazo de salida y finalizar cada carrera.
Charlie Whiting fue una persona muy importante en la lucha por impulsar mejoras de seguridad en la F1. Una de las acciones más importantes que impulsó fue el Halo, introducido en 2018 tras el fatídico accidente de Jules Bianchi en Japón 2014, y que se demostró ser una gran medida después de salvar la vida de Charles Leclerc en el accidente del Gran Premio de Bélgica 2018.
Durante todo este tiempo solo hubo una situación polémica en la que se vio involucrado, y fue durante Indianápolis 2005, donde se presentó con unos neumáticos Michelín que no aportaban nada de seguridad al piloto. Aquella carrera se recuerda como uno de los momentos más vergonzosos de la historia de la F1.