DAZN hacía público hace tan solo una horas el segundo capítulo de la serie documental, RUTA 46- RUTA 93. El camino de dos mitos. En esta ocasión, se nos cuenta un poco los comienzos  de Marc Márquez.

De lo que estoy más orgulloso es que estoy viviendo como lo había soñado”. De este modo, Marc Márquez definía su infancia: desde que con apenas 4 años se montara por primera vez en una moto, hasta convertir aquel hobbie de fin de semana en su profesión.

  • LAS MOTOS COMO HOBBIE

Ha sido desde su hogar en Cervera, donde su madre Roser Alentà ha querido recordar numerosos momentos de los hermanos Márquez a través de fotos, como la de la comunión de Álex Márquez donde aparecía ya el propio Emilio Alzamora o, la foto de Márquez subido en una moto con apenas 3 años que los reyes magos le habían traído. Fue a los propios reyes magos, quien Márquez pidió en numerosas ocasiones “una moto de gasolina, para hacer saltos”, como comentaba su padre Julià Márquez.

Con tan solo 8 años y con su moto de gasolina, Márquez comenzaba a correr sus primeras carreras, con rivales que hoy en día conoce bastante bien como Pol Espargaró, Aleix Espargaró, Tito Rabat o Maverick Viñales. En la famosa caravana, la familia se desplazaba cada fin de semana para que tanto Marc, como más tarde Álex, disfrutaran de su hobbie: “La carrera era la excusa, de coger la caravana ir allí”, cuenta Marc.

  • SU PRIMER EQUIPO

Los hermanos Rojas, empresarios textiles, serían los primeros en fijarse en él. Pese a que no se dedicaban a las motos, ambos hermanos tenían una gran pasión por ellas y, es por ello, que decidieron apoyar al 93. “Siempre les estaré agradecido, ahí fue mi trampolín”, afirmaba Marc.

Para estos empresarios, haber trabajado con Marc Márquez de pequeño no les impidió continuar su pasión por las motos, ya que por el contrario hoy en día siguen apoyándolo. Entre los momentos más destacados, mencionan el Gran Premio de Portugal en el que se fue al suelo justo antes de comenzar la carrera y al llegar al box, numerosos mecánicos (de distintos equipos) le ayudaron a volver a pista. Admitiendo que este momento les emocionó tanto que llegaron incluso, uno de ellos a llorar.

  • POL ESPARGARÓ, SU COMPAÑERO DE EQUIPO

Los dos españoles llevan compitiendo bastantes años. Desde que tenían unos 5 o 6 años  competían juntos, pero no fue hasta 2010, cuando tuvieron una verdadera rivalidad, como describe Marc: “Había rivalidad, nos hablábamos lo justo y estoy seguro de que no nos podíamos ver, eso era así”. Pol recuerda esta rivalidad como un momento de diversión, pero sobre todo de aprendizaje: “Creo que soy mejor porque muchos momentos he podido estar luchando con Marc”.

Este año, ambos competirán para el mismo equipo, Honda. Pol admite que compartir equipo, era también uno de los motivos por los que decidió cambiar de equipo. Marc considera que al estar en MotoGP, ambos han madurado y mejorado, su rivalidad continuará en pista del mismo modo que ocurre con otros pilotos como Andrea Dovizioso o Maverick Viñales.

Como afirmaba Izaskun Ruiz, esta no es la primera vez que competirán juntos en el mismo equipo. Sería para un equipo de los empresarios textiles, hermanos Rojas, en el Campeonato de Catalunya de 125. “En su medida ya eran dos gallos, pero entre ellos se llevaban muy bien”, afirma uno de ellos.

  • DIFERENTE A LOS DEMÁS

Un punto clave característico de Márquez fue su altura. Desde pequeño, destacaba su baja altura en comparación con otros pilotos de la misma edad. Sin embargo, esto no le impidió en ningún momento lograr podios y victorias. Su padre Julià cuenta que es algo familiar, ya que él también le ocurrió: tardó tiempo en dar el estirón.

Como consecuencia de su altura y el establecimiento de un peso mínimo, Márquez necesitaba un mínimo de peso que no tenía. Es por ello, que decidieron lastrar con hasta 20 kilos de latre. “Para ello, agujereaban  el chasis y en el tubo del chasis lo llenaban con bolitas de cojinetes que pesaban más, e incluso, alguna vez se caían las bolitas por el camino” confesó su padre.

  • EL PAPEL DE JULIÁ Y ROSER

Jaume Curcó, amigo de la familia y director circuito de Rufea, ha querido sumarse para comentar su admiración por Julià y Roser: “la educación que le han dado a estos niños es espectacular”. Y es que como añade, ambos llevaban un poco en la sangre ese amor por el motociclismo. Desde solteros ya formaban parte del Motoclub Segre, como voluntarios.

Por su parte, Emilio Pérez de Rozas, periodista de El periódico de Catalunya, explicó que no solo Marc Márquez nació con las motos de fondo, sino que fue gracias al fútbol, por el que Marc vino al mundo. En concreto, la final de Wembley’92 en el que Ronald Koeman marcó un gol mítico para el FC Barcelona. Una pequeña anécdota, con la que sus padres se ríen al recordar viejos momentos.

Pese a estar siempre apoyando a su hijo, en el momento en el que Marc daba el paso al Mundial, Roser no se mostró demasiado de acuerdo, ya que como ella afirma “ya veía que esto iba en serio”. Fue su hijo Marc quien logró convencerla para que confiase en su paso a 125cc, al decirle: “Mamá son los mismos circuitos pero con otras motos”.

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