Hace un año más o menos, Claude Julien era despedido como entrenador de los Boston Bruins después de casi una década al frente del banquillo de los oseznos y una Stanley Cup (2011) en el bolsillo. Su sustituto sería Bruce Cassidy, en aquellos momentos entrenador del filial de la AHL (Providence Bruins). La situación era complicada, tras dos años sin clasificarse para playoffs, o mejor dicho, perder la clasificación en las dos últimas semanas de campaña regular, todo indicaba que se acercaba una tercera sin probar la postemporada y una reconstrucción de plantilla a la vista. Lejos de eso, los Bruins cogerían una gran racha y conseguirían entrar a las rondas eliminatorias de mano del nuevo coach. Un roster venido a más con la nueva dinámica se enfrentaría a unos rocosos Ottawa Senators de primeras, los americanos no podrían pasar la eliminatoria y finalmente tras unos duros enfrentamientos, caerían en seis choques, tres de ellos perdidos en la prórroga. Aún así, parecía que una nueva llama quería arder de nuevo bien alto tras un buen sabor de boca final junto con la irrupción del magnífico rookie Charlie McAvoy, jugador llegado directamente a los playoffs desde la universidad (NCAA).
Sin una gran revolución durante la offseason, el actual curso daba comienzo y el inicio no parecía seguir los últimos meses de la campaña anterior, registrando unos números mediocres. Todo eso cambiaría a partir de principios de diciembre de 2017, fecha en que despertarían unos Bruins poderosos como los del campeonato de 2011, perdiendo solamente tres partidos en tiempo regular hasta la actualidad, dicho de otra forma, casi dos meses y medio sumando puntos y más puntos, subiendo escalones en la clasificación hasta situarse en el top 3 de la liga juntamente a los talentosos Tampa Bay Lightning y los sorprendentes Vegas Golden Knights.
Matrícula de honor defensivamente hablando y excelente en cuanto a la ofensiva A día de hoy, lunes 19 de febrero de 2018, Boston se encuentra en tercera posición en la clasificación global y segundo en la conferencia Este (también segundo en la división del Atlántico), aún así tiene tres puntos menos que los Bolts pero con tres encuentros menos, disponiendo de una oportunidad real de ponerse en el primer lugar del Este en caso de sumar cuatro de los seis puntos correspondientes a dichos choques. Otro factor que hace de los de Massachusetts unos candidatos a todo son sus números: 139 goles en contra (con la media más baja de goles encajados por juego) y una de las cuatro ofensivas más productivas (una media anotador de 3'3 goles por partido) les hacen muy peligrosos pero además solamente han caído 13 veces durante el tiempo regular en los 56 choques que han disputado, el equipo que menos lo ha hecho de todos los 31 de la NHL.
Los Bolts, acusando la presión
Coincidiendo con la mejoría espectacular de los Bruins, los Lightning paralelamente empezaron a bajar el pistón (aún así tienen la mejor plantilla y más cualitativa de toda la liga), cediendo terreno y puntos en pistas no consideradas 'difíciles' juntamente en derrotas como locales. Seguramente la bajada sería fruto de una relajación inconsciente debido a la cómoda ventaja ante sus rivales más directos, aunque ahora mismo deberán luchar para continuar al frente de la conferencia Este con unos renacidos Bruins.
La mejor primera línea de la liga
Uno de los factores de la gran temporada que están haciendo los Bruins es al acierto de sus jugadores de cara a puerta, muy especialmente de su primera línea, la formada por Patrice Bergeron, Brad Marchand y David Pastrnak. Este trío es considerado por muchos expertos como la mejor 'tripleta' atacante de la liga, por su buen entendimiento y hacer además de su puntuaje espectacular una vez los tres se encuentran en la pista a la vez.
Suman 156 puntos combinados entre los tres delanteros El siempre polémico (y sancionado a veces) Marchand continúa en estado de gracia, sumando 54 puntos (21 goles) en 43 partidos y un +24, destaca también su media de puntos por choque (1'26), la segunda más elevada de todos los jugadores de la liga, solamente por detrás del líder anotador, Nikita Kucherov (Tampa Bay / 77 puntos / 1'30 de media puntuadora). Bergeron le sigue con 51 puntos en 51 juegos, sobresaliendo con 27 goles y un +23, acercándose a su mejores marcas goleadoras. El tercero en discordia es también más joven del trío, el checo Pastrnak, el cuál suma 51 puntos en 56 encuentros con 21 goles, siendo uno de los valores más seguros para el futuro de la franquicia. Sus 156 puntos combinados son de las más elevadas entre todas las líneas de la liga y seguramente no hay otra con mejor conexión y buen feeling dentro del hielo.
Únicamente otra línea en la liga les supera en números totales, la formada por Jonathan Marchessault (58 puntos y +27), William Karlsson (51 puntos y +34) y Reilly Smith (51 puntos y +29) en los Golden Knights, sumando entre los tres 160 puntos, aunque la media anotadora es inferior a los 'tres' de Boston ya que varios de sus miembros se han perdido algunos choques.
La defensa vuelve a coger protagonismo
Si la vanguardia ha dado un paso adelante, la defensa ha dado dos, siendo de nuevo una de las piezas básicas en un equipo sólido en todas sus vertientes. Varios de sus integrantes están rayando a un nivel espléndido, sea el caso de Torey Krug (letal en superioridad numérica), Charlie McAvoy haciendo oposiciones para liderar la defensa en un futuro próximo, jugando la mayoría de minutos contra las mejores delanteras rivales junto a un mejorado Zdeno Chara, el capitán de la franquicia a sus 40 años y tras bajar el nivel considerablemente en estos últimos dos años, está patinando de nuevo realmente bien, prueba de ello es su +25, la cuarta mejor marca de la liga, solamente por detrás del antes mencionado trío ofensivo de los Golden Knights.
Así pues, no es de extrañar que como antes se mencionaba, sean el equipo menos goleado y con una media de tan solo 2'4 goles encajados por choque.
Rask, de nuevo entre la élite de guardametas
Pero ningún gran equipo puede sobrevivir sin un gran portero, en este caso una dupla. Coincidiendo con la no clasificación para playoffs de los cursos 2014/15 y 2015/16, la portería empezó a generar desconfianza entre la parroquia local, sobre todo en la plaza reservada para el guardameta suplente (con idas y vueltas de goalies), aunque en el curso presente también da síntomas de haberse estabilizado el problema. Tuukka Rask y Anton Khudobin están jugando a un nivel realmente alto, el primero y titular está con unos grandes números, 92'1% en paradas y 2'2 goles encajados de media pero desde principios de diciembre estas cifras estarían a la altura de otros años en que Rask era la crema en cuanto a metas en la liga (estatus que parece haber recuperado).
La dupla Rask-Khudobin ha dado la estabilidad necesaria en cualquier sistema defensivo Por su parte, Khudobin ha dado la estabilidad y tranquilidad necesaria desde el backup, algo que no ocurría desde la temporada del campeonato (en 2011), cuando Tim Thomas y Rask eran los encargados de defender la portería de los Bruins. El veterano de 31 años está con unos registros de el 92'3% en paradas y una media de goles encajados por partido de 2'34. La pieza básica en todo sistema defensivo, el portero, también está rayando a una gran altura en Boston, cerrando el círculo maravilloso iniciado en la delantera, posando por la defensa y terminando en los tubos.
