Con el Bell MTS Place listo para la contienda, eléctrico como siempre, los Winnipeg Jets se disponían a ganar para no quedar eliminados mientras que los Vegas Golden Knights buscarían un nuevo capítulo dentro la historia particular que continúan escribiendo desde que pisarán el hielo allá por el mes de octubre.
El choque daba comienzo como no podía ser de otra forma, ritmo alto y finalización de cargas contra las vallas, poco a poco los visitantes empezaban a tomar el control del juego, llegando cada vez con más claridad a los terrenos de Connor Hellebuyck, en una de esas, Alex Tuch aprovecharía un puck suelto tras un rebote en un patín para poner a Vegas delante del marcador, golpe de agua fría para la animada parroquia local. A partir de ahí, Winnipeg empezaría a 'morder' en todas las zonas del hielo, revirtiendo el dominio inicial de los Golden Knights, así pues, después de ganar un saque neutral, Josh Morrisey de potente disparo pondría las tablas. Uno a uno al final del primer periodo.
Daban comienzo los segundos veinte minutos, la paridad se iba imponiendo pero con un ligero dominio por parte del equipo de Nevada, el cuál gracias a un juego físico muy efectivo crecía en el hielo. Ambos conjuntos irían desaprovechando sus respectivas superioridades numéricas de forma desesperante en algunos casos. Gracias a la presión física (forecheck) en todos los rincones llegaría el segundo gol visitante, Luca Sbisa dispararía desde la línea azul y el poderoso Ryan Reaves redireccionaría la pastilla fuera del alcance de Hellebuyck, a partir de ahí, los canadienses les costaría crear peligro hasta finalizar el acto. Ventaja para unos concentrados y mentalizados Golden Knights. Como curiosidad, al meta local se le estropearía momentáneamente la mascara, cambiándola por unos instantes por otra, momento en que recibiría un solo disparo que significaría el segundo gol del equipo estadounidense.
La que sería la última reanudación del choque comenzaba con Vegas muy entonado, maniatando a unos cada vez más nerviosos y ansiosos Jets, los cuáles no conseguían encerrar a los visitantes para intentar un asalto final para empatar o ganar el partido en condiciones. En cambio los de la ciudad del pecado montaban jugadas realmente peligrosas, algunas de ellas podrían haber significado la sentencia en caso de ser gol. Pero ninguno de los dos equipos acertaba en la portería rival, llegando al final del encuentro con el uno a dos a favor de los Golden Knights, los cuáles se clasificaban para la gran Final de la Stanley Cup en su temporada inaugural. Winnipeg, después de protagonizar unos playoffs fantásticos, vería como su maquinaria ofensiva se 'encallaba' contra Las Vegas, seguramente mérito de la defensa rival y de las estelares actuaciones de Marc-Andre Fleury.
Ahora los Knights deberán esperar a que termine la serie del Este entre Washington Capitals y Tampa Bay Lightning (con tres a dos para los de Florida actualmente) para ver que rival les tocará en la gran final. Cabe destacar que esta final será la tercera consecutiva para Fleury, las dos anteriores las ganó con los Pittsburgh Penguins.