Rafael Nadal ha tenido un debut plácido en Roma tras no tener que sufrir ningún desgaste sobre la pista por la retirada de su rival. Las lesiones nunca son buenas y más aun si son de un compatriota como es el caso de Nicolás Almagro. El murciano venía de ir recuperando sensaciones en los últimos torneos como en Estoril o Madrid, en donde estuvo a punto de dar la sorpresa venciendo al serbio Novak Djokovic. Almagro había conseguido ganar en la previa al local Lorenzo Sonego y al ucraniano Dolgopolov.

Ya en el cuadro final mostró que estaba preparado para competir contra el balear tras ganar en primera ronda al italiano Andreas Seppi de una manera cómoda. Esta vez una lesión no le permitió jugar un partido que iba a servir de examen al jugador para ver si estaba recuperando el nivel que le llevo a ser top ten.

Un bonito gesto deportivo

Poca historia tuvo el partido. Al tercer juego el murciano no podía continuar por los dolores en la rodilla izquierda, tras un mal apoyo al efectuar una volea. Nadal dio otra lección de deportividad con su amigo dentro y fuera de la pista tras cruzar el campo para interesarse de manera personal por la situación de su compatriota. Poco ha tenido que sudar el mallorquín que llegará cargado de energía frente al estadounidense Jack Sock, que ha jugado dos partidos a tres sets muy largos en lo que va de torneo. Seguro que el español sabe aprovechar el cansancio de su rival que no debería querer puntos largos que decanten la balanza del lado español. 

Rafa Nadal se mostró preocupado por la lesión de su compañero, "Salgo con una sensación desagradable, porque se lesionó un compañero. Sufrió una lesión que podría ser complicada. La manera de lesionarse no ha sido positiva, es peligrosa. Ojalá que sus condiciones sean mejores de lo que parece en este momento. Es difícil decir algo en este momento. Hay que esperar un par de horas y luego hará los exámenes", comentó a los medios de comunicación tras finalizar el encuentro.