El 2017 se convirtió en el segundo mejor año en la carrera de Sam Querrey, en cuenta al ranking y a galardones. El decimotercer (13°) puesto en la clasificación de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), la ubicación más alta que, hasta el momento, supo tocar desde su paso al profesionalismo, es el premio a un calendario con excelentes resultados. Pero su rendimiento inconsistente, que se vio reflejado en una mitad de temporada sobresaliente, en donde cosechó dos títulos y alcanzó las instancias decisivas de los eventos más relevantes, y en un último tramo que no fue semejante a lo realizado en el inicio, diluye las esperanzas de volverse una amenaza permanente para los personajes destacados del circuito, una vez más, dentro de un mar de dudas.

De vencer al, por ese entonces, número uno del escalafón mundial, el escocés Andy Murray, en los cuartos de final de Wimbledon, en cinco parciales, y situarse como uno de los cuatro tenistas con oportunidad de pelear el trofeo, a caer derrotado en la primera ronda en tres de los últimos cuatro certámenes en los que participó. Esa irregularidad es la particularidad que no le permite a Querrey establecerse en el planeta tenis como un escollo persistente y un candidato latente a levantar trofeos.

La posibilidad de doblegar a los jugadores que lideran las principales posiciones de la tabla, como lo hizo en la final del ATP 500 de Acapulco ante Rafael Nadal, quien en ese momento era el sexto preclasificado, es una realidad que el oriundo de San Francisco, Estados Unidos, supo concretar en diversas ocasiones. Pero sucumbir en las rondas inaugurales de los eventos, frente a tenistas no tan reconocidos, como ocurrió en el Masters 1000 de París, Francia, donde cayó contra el serbio Filip Krajinovic (N 77°), es otra faceta de su juego que deberá pulir, si desea ingresar, por primera vez, al Top-10 en 2018.

Un comienzo poco alentador

La puesta a punto para el primer Grand Slam del 2017, el Australian Open, empezó en el ATP 250 de Brisbane (Australia) y el resultado no fue el esperado. En el estreno, el argentino Diego Schwartzman (N 52°, en ese entonces) lo derrotó, en el que era el primer enfrentamiento entre ambos, por 2-6 y 4-6. Luego de los dos primeros triunfos de la temporada, frente a Quentin Halys (N 155°) y Alex de Minaur (N 301°), respectivamente, en las dos rondas iniciales del Abierto de Australia, Querrey tendría una despedida temprana a causa de que enfrentaría a Murray, contra quien cayó por 4-6, 4-6 y 4-6.

La próxima parada del norteamericano fue la serie del Grupo mundial de la Copa Davis frente a Suiza, en donde disputó el cuarto punto, con la victoria de su nación ya asegurada, y venció a Adrien Bossel por 6-3 y 7-5. A pesar de esa victoria, su periplo por el circuito de la ATP seguiría sin tomar un rumbo adecuado. En el ATP 250 de Memphis volvió a sucumbir en el encuentro inaugural ante su compatriota Ryan Harrison (N 62°, en ese entonces) por 3-6 y 1-6. No conseguía encontrar el ritmo de juego.

Batacazo y triunfo en Acapulco

En el ATP 250 de Delray Beach, Querrey logró encadenar dos éxitos consecutivos y empezó a elevar su desempeño. Luego de superar a Dudi Sela y a Jared Donalsond, en los cuartos de final se vería las caras ante Juan Martín del Potro, a quien había vencido en las semifinales de ese mismo torneo en el 2016. El partido fue áspero, pero se inclinó en favor del argentino. El siguiente vieja era hacia México, para participar en el ATP 500 de Acapulco. Querrey desplegó un fantástico nivel, que le permitió torcer a diferentes candidatos a llevarse el trofeo. En el duelo inaugural, Kyle Edmund (N 45°) fue su primera víctima. Lo derrotó por 6-2, 4-6 y 6-3. Sus adversarios de las instancias posteriores, eran los claros favoritos a vencerlo, pero siempre hay un espacio para las sorpresas.

David Goffin (N 11°) y Dominic Thiem (N 9°) fueron los primeros en caer. En las semifinales, Nick Kyrgios (N 17°), quien había superado a Novak Djokovic (N 2°), le propinó gran oposición al americano, que finalmente logró llevarse el partido en por 3-6, 6-1 y 7-5. En la final, Rafael Nadal (N 6°) buscaba su tercer título en el evento, después de los logrados en 2005 y 2013, mientras que Querrey pretendía alzar el trofeo por primera ocasión. El americano logró dar el batacazo. Venció al español, luego de cuatro derrotas al hilo ante él, por 6-3 y 7-6 (3) y levantó su segundo galardón en un certamen de esta categoría.

El impulso del triunfo no sirvió

La agenda continuó avanzando y era la hora del torneo que inaugura la temporada de los Masters 1000, Indian Wells. A pesar de haber ganado el título en México, Querrey volvió a caer en la ronda inicial al evento siguiente. Su compatriota Donald Young (N 60°) le ganó por 3-6, 6-3 y 3-6. De esta manera, la concentración ya estaba situada en Miami, el segundo Masters 1000. Después de vencer a Tommy Robredo (N 438°) por 6-2 y 6-3, otro español se cruzó en su camino. Roberto bautista Agut (N 18°) frenó todas sus intenciones de elevar sus ánimos debido a que lo doblegó por 6-3, 2-6 y 3-6.

Los cuartos de final de la Copa Davis ante Australia era la parada que seguía. En el cuarto punto, con los australianos con una ventaja de 2-1, Querrey se enfrentó ante Kyrgios, contra quien cayó por 6-7 (4), 3-6 y 4-6, y así selló la eliminación de su país en la competencia. La irregularidad se repetiría en el ATP 250 de Houston, en donde, a pesar de batir a Horacio Zeballos (N 87°) por doble 6-4, caería, una vez más, a la ronda posterior, ahora frente al brasileño Thomaz Belluci (N 65°) 4-6, 6-3 y 3-6. Las esperanzas estaban puestas en aumentar el rendimiento de cara al segundo "major" del 2017, Roland Garros.

Sin poder hacer pie en tierra batida

Tras saltearse los dos Masters 1000 inaugurales del periodo de arcilla, Montecarlo y Madrid, Querrey retornaría a la acción en Roma (Italia). Obtuvo dos triunfos consecutivos, frente al francés Lucas Pouille (N 16°) y el alemán Jan-Lenard Struff (N 52°), respectivamente, y fue derrotado por Thiem en los dieciseisavos de final por 6-3, 3-6 y 6-7 (7). Consiguió sellar otras dos victorias consecutivas en el ATP 250 de Geneva (Suiza) ante Daniel Altmaier (N 259°) y Franko Skugor (N 344°), que lo situaron en los cuartos de final, donde sería doblegado por Stanislas Wawrinka (N 3°) por 6-4, 5-7 y 2-6. Roland Garros fue, sin dudas, una real decepción. A pesar de que los resultados obtenidos con anterioridad no avalaban la posibilidad de llegar lejos en París, su calidad de jugador colocan sobre su espalda la presión de hacer un buen papel. Eso no sucedió, ya que cayó ante el joven coreano Hyeon Chung (N 67°) en la primera ronda por 4-6, 6-3, 3-6 y 3-6. Finalizó la temporada de tierra batida sin poder sobresalir en ningún evento.

Volar sobre la catedral del tenis

El turno de prepararse para el tercer Grand Slams del año había llegado. Faltaban sólo dos semanas para que Wimbledon abriera sus puertas. Y no hay mejor torneo para probar las primeras impresiones sobre césped que el ATP 500 de Queen's. Querrey demostró un buen nivel de juego luego de vencer a Cameron Norrie (N 235°), en el duelo inicial, y a Jordan Thompson (N 90°), en el segundo partido, pero eso no alcanzó y sucumbió ante Gilles Muller en los cuartos de final por 4-6 y 6-7 (5).

El próximo certamen era el ATP 250 de Eastbourne, al sur de Gran Bretaña. Pero en esta oportunidad, no pudo repetir en rendimiento destacado de la semana pasada y se despidió en el estreno ante Daniil Medvedev (N 52°). Esos resultados contrapuestos no dejaban suponer cual sería el rendimiento que el norteamericano sería capaz de desplegar en el All England Lawn Tennis and Croquet Club. En las dos rondas inaugurales, supo superar al italiano Thomas Fabbiano (N 91°) y al nacido en Georgia Nikoloz Basilashvili, respectivamente. A partir de la instancia de 32, se enfrentaría tres duros rivales que consiguió derrotar, a todos, en cinco parciales: el francés Jo-Wilfried Tsonga (N 10°) fue el primero por 6-2, 3-6, 7-6 (5), 1-6 y 7-5. Gracias a ese triunfo, se instaló en la segunda semana. El sudafricano Kevin Anderson fue su siguiente adversario, en los octavos de final. Logró derrotarlo por 5-7, 7-6 (5), 6-3, 6-7 (11) y 6-3.

En los cuartos de final, se encontraría nuevamente con el número uno del mundo, Andy Murray, quien lo había vencido en la tercer ronda del Australian Open. Pero en este ocasión, el triunfo se declinó a favor del por 3-6, 6-4, 6-7 (4), 6-1 y 6-1, fue el segundo batacazo del americano en el año, tras el partido decisivo frente a Nadal en Acapulco. El objetivo era claro, meterse en su primera final de Grand Slam. Para obtenerlo, debería vencer a Marin Cilic, pero no se dio. El cansancio y el desgaste de tres partidos seguidos a cinco sets le jugaron en contra. A pesar de robarle la manga inicial, el croata se impuso por 6-7 (6), 6-4, 7-6 (3) y 7-5. Ese fue el mejor resultado, hasta la actualidad, que Querrey conquistó en cualquiera de los cuatro grandes.

El segundo título y desempeño en el US Open Series

Las tierras mexicanas se convirtieron en una locación privilegiada para Sam. En el ATP 250 de Los Cabos, luego de derrotar a Evan King (N 347°), a Vincent Millot (N 165°), a Damir Dzumhur (N 87°) y a Thanasi Kokkinakis (N 454°), la revelación del torneo, Querrey se coronó por segunda oportunidad en el 2017. Era otro impulso para disputar los eventos previos al Abierto de los Estados Unidos. En las dos primeras rondas del Masters 1000 de Montreal, se reencontró con Millot y Tsonga, y a ambos logró batirlos en tres sets. Pero en la tercer ronda cayó ante Kevin Anderson, con facilidad, por 4-6 y 1-6.

En el Masters 1000 de Cincinnati, corrió la misma suerte. Superó en el duelo inaugural a su compatriota Stefan Kozlov (N 133°) y perdió en la instancia siguiente ante el francés Adrian Mannarino (N 36°). En las dos instancias de apertura del último "major" de la temporada, doblegó a Gilles Simon (N 39°) y Dudi Sela (N 71°) en tres parciales. Luego, rebasó al rumano Radu Albot (N 138°) y al alemán Mischa Zverev, para colocarse en los cuartos de final, en donde fue nuevamente sometido por el sudafricano Anderson (N 32°) por 6-7 (5), 7-6 (9), 3-6 y 6-7 (7). Dicha instancia, fue la más decisiva que tocó en New York.

Gira asiática y posibilidad de clasificar al Masters de Londres

El calendario se cierra con una gira sobre Asia. Querrey formó parte del cuadro principal del ATP 500 de Tokyo (Japón), en donde su presencia culminó en decepción a causa de que cayó en primera ronda ante Richard Gasquet (N 30°). El Masters 1000 de Shanghái (China) era el siguiente objetivo. El japonés Yuichi Sugita (N 36°) fue a quien derrotó primero, seguido de su compatriota Frances Tiafoe (N 92°), pero cayó frente a Grigor Dimitrov (N 9°) por 3-6 y 6-7 (3). Después perdió, nuevamente, en el estreno de un torneo, esta vez en el ATP 500 de Viena (Austria), se jugaba todas sus oportunidades de sellar el último boleto al ATP World Tour Finals de Londres en el Masters 1000 de París (Francia).

Tenía que consagrarse campeón del certamen y debía esperar que diversos tenistas, como Del Potro (N 13°), John Isner (N 9°), Pablo Carreño Busta (N 8°), Lucas Pouille (N 17°), Jack Sock (N 16°) y Roberto Bautista Agut (N 14°), no lleguen lejos. Lamentablemente, el propio Querrey tiró por la borda su posibilidad de estar en el certamen que reúne a las ocho raquetas más destacadas del año, porque se despidió en su estreno ante Filip Krajinovic (N 77) y volvió a exhibir la singularidad de su desempeño. Pasar de someter al líder del ranking a perder contra jugadores a los cuales, por lógica, tendría que ganarles, algo que deberá corregir para pretender desplegar regularidad e insertarse dentro del Top-10 por primera vez en su carrera.