Y Serena Williams saltó a escena en Roland Garros. La norteamericana debutó con muchas dudas en el segundo Grand Slam del año, pero ganó, que es lo que importa. Un día después de la derrota de Angelique Kerber y con las bajas también de otras dos campeonas de Grand Slam, Caroline Wozniacki y Petra Kvitova, ésta última de forma obligada por lesión, la triple campeona en París también coqueteó con la derrota pero, al contrario que la alemana y la danesa, fue capaz de revertir la situación y además de manera contundente, derrotando a la rusa Vitalia Diatchenko, 83 del ránking WTA, por 2-6 6-1 y 6-0 en el último turno de la jornada en la pista central Philippe Chatrier. El encuentro, de menos a más por parte de Williams, dejó claro que ésta aún necesita de mucho rodaje para llegar a su 100% pero, por lo menos, su versión más 'light' sigue siendo suficiente para no despedirse a las primeras de cambio.
Williams acabó con 25 golpes ganadores, entre ellos nueve saques directos, por 24 errores no forzados, 15 de ellos en la primera manga. Además, se llevó el 75% de puntos con primero
El inicio del encuentro fue una pesadilla para la estadounidense. Visiblemente incómoda y con multitud de problemas tanto en sus desplazamientos laterales como a la hora de posicionarse para golpear de manera eficiente a la pelota, Williams dirigía constantemente miradas de soslayo hacia su box, donde su entrenador, Patrick Mouratoglou, se mantenía impasible ante el calvario que estaba viviendo su pupila en esta primera manga. Enfrente, una Diatchenko a la que también le gusta golpear duro a la bola. No en vano, sus 183 centímetros de altura la hacen asemejarse más a ese tipo de jugadora agresiva y que no duda en buscar el 'winner' a la más mínima oportunidad. La moscovita sacó partido del bloqueo mental de su rival para romper por partida doble su servicio y llevarse el primer set por 6-2 tras sólo media hora de juego.
Obviamente, algo tenía que cambiar para que la 23 veces ganadora de Grand Slam no se fuera por la puerta de atrás de París. Y ese algo pasaba por su primer servicio y también porque su rival demostrara su ránking actual. Las dos cosas sucedieron. Williams se fue entonando con su saque, la raíz de su juego, mientras que Diatchenko le abrió la puerta con un par de dobles faltas, una de ellas bastante flagrante. Otros dos restos directos más por parte de la estadounidense le dieron el 'break' de entrada con el que cambiaría el partido (2-0). Y es que, a partir de ese momento, Serena se calmó, dejó de hacer aspavientos y se concentró única y exclusivamente en desarrollar su tenis. El resultado: 6-1 y 6-0 para la norteamericana en los dos siguiente sets. El primero del tercero, de siete minutos de duración, supuso la caída definitiva de Diatchenko, que se diluyó completamente ante el respeto que todavía sigue infundiendo la considerada por muchos como la mejor tenista de todos los tiempos.
Tras esta primera victoria, Serena afrontará uno de sus mayores desafíos en la presente temporada, que no es otro que salir vencedora en dos partidos consecutivos, algo que no sucede desde el pasado Open de Australia. Se trata de algo necesario, el ir cogiendo ritmo de competición, para que la exnúmero uno del mundo pueda ser considerada máxima favorita al título. Su rival, todavía por conocer, saldrá del enfrentamiento entre la japonesa Kurumi Nara y la eslovena Dalila Jakupovic.