Dicen que todos los seres humanos tienen su límite, pero Rafa Nadal se empeña en demostrar justo lo contrario. El balear volvió a reescribir la historia conquistando su duodécima Copa de los Mosqueteros. El mejor tenista que ha habido y habrá sobre tierra batida volvió a dejar con la miel en los labios al austríaco Dominic Thiem, batiéndolo por tres sets a uno para alcanzar su decimoctavo Grand Slam. Tras atender varios compromisos relacionados con el torneo, el español compareció ante los medios de comunicación para valorar su histórico triunfo, uno más para agrandar su leyenda en París

Tras una gira de tierra que comenzó bastante por debajo de sus expectativas, Nadal reconoció que este último título sabe más especial que los anteriores, debido a esas dificultades con las que tuvo que lidiar a principios del mes de abril. "Todos los títulos son especiales, pero este creo que lo es más por los problemas que he tenido que superar. Creo que es algo único, porque vencer aquí en doce ocasiones es muy complicado. No había sido un comienzo de temporada fácil. Me he llevado bofetadas y hubo algunos momentos en los que me encontraba grogui. Me encontraba disgustado por no poder competir con continuidad a causa de las lesiones sufridas. Eso me llevó a un bajón, especialmente a nivel mental, aunque también físicamente por culpa de las lesiones", sostuvo Nadal que indicó que todo comenzó a cambiar a partir del torneo de Barcelona, especialmente gracias a sus seres queridos, su equipo y su inquebrantable fuerza de motivación. 

"Tras el primer partido, que fue muy malo, me planteé si parar y cuidar mi cuerpo o cambiar la dinámica a nivel de actitud. Poco a poco, porque yo no creo en cambios de un día para otro, logré revertir las cosas. Obviamente, en todo momento conté con la ayuda de mi equipo, de mi familia y del apoyo de la gente, pero también lo conseguí gracias a mi ilusión y mi fuerza por seguir adelante. Sin la pasión que siento por este deporte nada valdría la pena", reconoció.

Con su título número doce en Roland Garros, el 18º en total en Grand Slams, el balear se acerca más que nunca a los veinte que posee Roger Federer, el récord absoluto en la máxima categoría del tenis mundial. Pese a ello, Nadal mantiene su humildad y admitió que eso le motiva pero que no le obsesiona para nada, sosteniendo que el trata siempre de hacer su camino, sin fijarse en los demás. "Obviamente, siempre nos hemos empujado el uno al otro. Pero, siendo honesto, trato de no pensar demasiado en esas cosas. No puedes estar frustrado todo el tiempo si tu vecino tiene una casa o un jardín más grande que el tuyo. Esa no es la manera que tengo de ver la vida. Simplemente trato de hacer mi camino. Me siento muy afortunado de todo lo que he logrado a lo largo de mi carrera. Si, al final de la misma, puedo sumar algún que otro Grand Slam más y con eso, alcanzar a Federer, será increíble. Pero, de todos modos, seguirá siendo increíble aunque no lo haga. Es una motivación, por supuesto, pero no me obsesiona. No es ese el motivo por el que me levanto todos los días a entrenar y jugar. Repito, no es el modo en el que veo este deporte ni mi carrera deportiva. No creo que mi futuro valga más o no la pena si llego a ser el que más 'grandes' tenga. Creo que he llegado mucho más lejos de lo que podría haber imaginado cuando comencé mi carrera", aclaró. 

Por último, el actual número dos del mundo se refirió al menor descanso del que dispuso su rival, Dominic Thiem, de cara al final de hoy. Hay que tener en cuenta que el austríaco ha acabado jugando durante cuatro días consecutivos. Sin embargo, Nadal no ve que este hecho haya podido influir decisivamente en el resultado final del encuentro, señalando que quizá esta era una pregunta más para ser contestada por su rival que por él mismo. "Creo que esta es una pregunta para él, pero, en términos de condición física, no creo que haya estado más cansado que de costumbre. Es cierto que la rutina cambia al haber jugado el día anterior. Probablemente, lo ideal para él hubiera sido disponer de ese día más de descanso. Pero, al mismo tiempo, él tiene la ventaja de ser más joven. Es un jugador muy resistente en el plano físico, muy preparado para estos esfuerzos. A veces, es positivo llegar a una final habiendo ganado un partido tan duro como el que tuvo en semifinales, en términos de adrenalina. Hoy le vi bien, no creo que tuviera ningún problema. Corrió mucho durante todo el partido, especialmente en el primer set, pero también lo hizo muy bien en el segundo", finalizó.