La gran final del Masters 1000 de Roma entre Daniil Medvedev y Holger Rune iba a iniciar con hora y media de retraso por, una vez más, la presencia de la lluvia y el hecho de que el torneo de la capital italiana no tenga tan siquiera una pista con techo retráctil, pero a la hora de salir los tenistas a pista otro chaparrón hizo esperar otra hora más tanto a los propios tenistas como al público allí presente.

Una vez el sol quería aparecer sobre el Foro Itálico, ambos tenistas dieron inicio a la final sacando con autoridad sus respectivos juegos iniciales al servicio. Sería Holger Rune el primero en tener la opción de poder tener ventaja al afrontar un 15-40, y pudo sacarlo adelante siendo más demérito de su rival basándose en sus primeros servicios.

El ruso con sus buenas sensaciones iba custodiando mejor que su rival los turnos al servicio, mientras que su rival debía trabajarlos algo más para ganarlos, con más subidas a la red pero teniendo en cuenta que Medvedev cada vez era más peligroso conforme avanzaba el partido. Sólido desde el fondo, con paciencia cuando era necesario y al ataque cuando era imprescindible. Dos 30-30 los sacó adelante el danés pero en el 5-6, el ruso, gracias a un winner, tuvo bola de set y sucumbió a su rival para cerrar la primera manga a los 50 minutos de encuentro, momento que aprovechó Rune para cambiarse de ropa.

Rune se adelanta dos veces en el segundo set y las desperdicia ambas

Salió a por todas Rune al iniciar el segundo set y con 0-40 obligó a cometer un error a Medvedev para lograr un break a su favor. Holger jugaba a todo o nada mientras el ruso mantenía su línea constante con muy buen nivel en pista, lo que haría que igualara pronto el set.

En los momentos en los que más le constaba a Rune  viéndose sobrepasado por su rival, recuperó el rumbo sacando un juego importante para, acto seguido, aumentar las dudas de un Daniil que cometió dos claros errores y una doble falta para ceder el juego y ver al danés arriba 4 juegos a 3.

Medvedev logra centrarse y sacar adelante la final

Medvedev poco a poco fue calmándose y a la hora de sacar para forzar el tercer set, Rune volvió a encontrarse un frontón al otro lado de la red. Ese juego, pese a no ser sencillo para el moscovita ya que era un momento álgido del encuentro, tendría pros y contras para ambos. Ese juego lo salvó el ruso para irse al otro lado de la pista con 5-6. Dispuso de un nada a cuarenta Medvedev que, a la segunda, finiquitó para levantar el trofeo del Masters 1000 de Roma, el que es el vigésimo en su haber.