"Las bajitas no podéis jugar al tenis", eso le comentaban sus amigos hace unos cuantos años a la bajita tenista eslovaca cuando esta comenzaba a dar sus primeros atisbos de gran estrella mundial en el tenis femenino. Pues bien, la de Bratislava ha callado las bocas en un año que será recordado por ser la temporada en la que ha regersado a la élite del tenis WTA cerrándolo con el título de Maestra en las WTA Finals.

Un inicio de año no muy halagüeño

La eslovaca inició el año en Brisbane, para disputar el primer WTA Premier del año, torneo en donde cedería con Roberta Vinci en la segunda ronda. Una semana después, en Hobart, caería en las semifinales del certamen australiano tras ceder ante Eugenie Bouchard, en lo que fue el último torneo preparatorio de cara al primer Grand Slam del año, el Open de Australia. En Melbourne, se vería sorprendida por Kristina Mladenovic, con la cuál caería en el primer partido del torneo.

Cibulkova comienza a evolucionar

Tras el primer Grand Slam del año, Cibulkova comenzó a tomar sensaciones. Disputó el torneo de San Petersburgo, donde cedió ante Daria Kasatkina en los cuartos de final habiendo vencido previamente a Caroline Wozniacki. Después, viajó hasta Acapulco, en México, donde alcanzó la final perdiendo posteriormente ante Sloane Stephens. Se comenzaban a ver los primeros destellos de luz.

No dejó México y se marchó a Monterrey, donde volvió a sucumbir en un debut, esta vez ante Anett Kontaveit. Fue momento de irse hasta Estados Unidos para jugar los dos primeros Premier Mandatory del año. Tanto en Indian Wells como en Miami, cayó en la segunda ronda, pero poniendo contra las cuerdas a sus dos rivales, Garbiñe Muguruza y Agnieszka Radwanska.

El momento de la confirmación de esa evolución que estaba en pleno proceso, llegó a principios del mes de abril. La ciudad polaca de Katowice fue testigo del coronamiento de la tenista eslovaca en una semana grandiosa de tenis. Carina Witthoeft fue la primera en sucumbir ante el tenis portentoso y eléctrico de Cibulkova. A la alemana, la siguieron Elizaveta Kulichkova, Francesca Schiavone, Pauline Parmentier, y la última la italiana Camila Giorgi en la lucha por el título.  

Una gran gira de tierra batida

Sin duda alguna, la temporada de tierra batida se ciñe a un resultado obtenido, y es el que cosechó en la capital de España. En el Mutua Madrid Open hizo gala de un gran tenis en donde brilló con luz propia llegando hasta la final del torneo, pero en la lucha por el título, Simona Halep la impediría levantar su segundo título del año. Previamente a disputar el Mutua Madrid Open, estuvo en Praga, donde cedió en otro debut, ante la checa Barbora Krejikova. No disputó Roma y viajó directamente a Roland Garros, donde Carla Suárez la eliminaría en la tercera ronda.

El pasto también es para Cibulkova

Y es que la eslovaca no sólo mostró sus grandes dotes en la tierra batida y en la pista rápida. En la hierba también dio muestras de que puede competir a un muy buen nivel, como bien mostró en el Eastbourne y Wimbledon. En el WTA de Eastbourne, accedió hasta la final, donde logró vencer a Karolina Pliskova, además de haberse deshecho de Agnieszka Radwanska, misma rival con la que se enfrentaría en Wimbledon y a la que también batiría en un partido épico. Elena Vesnina se interpuso en el camino de Cibulkova para eliminarla en cuartos de final.

El casamiento pareció funcionar

Pocos días después de caer derrotada en los cuartos de final ante Elena Vesnina, Cibulkova pasó por el altar para contraer matrimonio. Tras ello, se marchó a Stanford para reanudar su temporada. Allí, llegó hasta los cuartos de final, donde cedería ante Johanna Konta en los cuartos de final.

De Stanford, viajó hasta Montreal y Cincinnati, en lo que fueron sus dos últimos torneos preparatorios de cara al último Grand Slamd el año. En Montreal, caería en segunda ronda ante una inspirada Eugenie Bouchard, misma ronda en la que Timea Babos la eliminaría en Cincinnati. Ya en el US Open, la ucraniana Lesia Tsurenko pondría punto y final al torneo de la Gran Manzana.

Wuhan allana el terreno hacia Singapur

Una vez finalizado el US Open, se disputó la tradicional mini-gira asiática de tres semanas de duración. No faltó a ninguna semana, y disputó tres torneos. Primero, en Tokyo, cayó en la segunda ronda ante la local Naomi Osaka de manera más que sorprendente, pues el resultado fue muy contundente. Wuhan fue su siguiente parada, y allí volvió a brillar. Alcanzó la final tras realizar una semana magnífica, pero en el partido de la lucha por el título, una revivida Petra Kvitova arrasó con la eslovaca impidiéndola sumar un nuevo título. En Pekín, derrota muy prematura ante la francesa Alizè Cornèt en la primera ronda.

Linz, el pasaporte a las WTA Finals

Los resultados de Cibulkova no estaban siendo del todo asequibles para poder llegar a Singapur, pero sus máximas rivales tampoco lo aprovechaban, lo cual provocó que llegase al torneo de Linz con opciones. La eslovaca no desaprovechó esa oportunidad y se alzó campeona del certamen austriaco sacando así su pasaporte al último torneo del año. Para ello, venció a Carla Suárez en las semifinales y a Belinda Bencic en el debut, entre otras tenistas. En la final, se deshizo de la suiza Viktorija Goluvic en dos mangas.

Cibulkova hace historia

Dominika Cibulkova cayó encuadrada en el grupo formado por Angelique Kerber, Madison Keys y Simona Halep. La de Bratislava inició la Copa de Maestras enfrentándose a la alemana, y flamante número uno del mundo. En un partido más que reñido que se decidió por detalles en el tercer set, fue la teutona quien se llevó el gato al agua.

En la segunda jornada, en el duelo que enfrentó a las perdedoras de la primera jornada, Cibulkova se quedaba prácticamente sin opciones de poder pasar a las semifinales tras ser atropellada por la estadounidense. En la última jornada, con todo muy complicado para clasificarse, la eslovaca venció a Halep y la combinación de resultados que se produjo la permitió clasificarse a las semifinales.

En las semifinales, se vio las caras con la rusa Svetlana Kuznetsova, clasificada a última hora tras haberse proclamado campeona del torneo de Moscú. El partido estuvo tremendamente apretado, pero Cibulkova sacó carácter para deshacerse de la rusa y avanzar hasta la final. En la lucha por el título, enfrente una vez más Kerber, pero en esta ocasión habría venganza, y muy dulce. En un partido sencillamente increíble en el que anuló totalmente a la alemana, Cibulkova se consagraba campeona de las WTA Finals y se convertía en la segunda jugadora en la historia de las finales femeninas en lograr ser campeona habiendo ganado un único partido en la fase de grupos.

El retorno de Cibulkova es ya un hecho. Ha querido volver, y ha vuelto. Ella se lo propuso, y ella lo consiguió. Ha terminado el año como número cinco del mundo y en este 2017 tendrá el complicado objetivo de mantenerse entre la élite del tenis femenino. Para ello tendrá que luchar, y seguro que lo hará.

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Sobre el autor
Carlos  García Pascual
Fútbol, pero principalmente tenis, deporte que practico. Más que una pasión. Fan incondicional de Ana Ivanovic, mi ídola. ¡¡GRACIAS POR LEERME!!