Regresar a un fútbol como el colombiano, el cual es tan irregular y cambia día a día, en el que se invierten cantidades impresionantes en fichajes y al semestre siguiente no se pone un solo peso sobre la mesa, hace que volver después de varios años de estar por fuera sea un verdadero logro. Aún más, sería rendir inmediatamente a un alto nivel.

Danilson Córdoba debutó con el Deportivo Independiente Medellín cuando tenía tan solo 17 años. Su portento físico, su pegada potente y su personalidad para jugar hicieron que rápidamente se fuera ganando un espacio dentro de la plantilla principal del cuadro rojo. El chocoano estuvo presente en el tan recordado 27 de junio (cuarta estrella “roja”) y de ahí se consolidó en el primer equipo. Sus buenas actuaciones durante sus primeros cuatro años le sirvieron para llamar la atención del fútbol del exterior, y en 2008 fue contratado por el Consadole Sapporo de la liga japonesa.

Danilson militó en otros dos equipos de la liga nipona: Nagoya Grampus y Avispa Fukuoka, donde sin duda dejó huella y se mantuvo siempre entre los nombres importantes de las respectivas plantillas.

2017 fue el año para regresar. Córdoba sonó varias veces como posible regreso para el DIM, cada seis meses se escuchaba que las negociaciones del chocoano al Poderoso iban por buen camino, pero al final nada de eso ocurría. Este año se dieron las cosas y Danilson pudo decir: “Volví a casa”.

Regresó de la mejor manera, ya que, en su segundo partido jugado como titular, desde su regreso, marcó gol frente a Independiente Santa Fe por los cuartos de final de Copa Colombia, juego que terminaría 1-1.

Esta actuación pone a soñar a toda la fanaticada roja con volver a ver a aquel Danilson que emocionaba con su tranco largo y su pegada que puso a gritar gol más de una vez a todo el Atanasio, y que le sirvió para estar por ocho años en el exterior.