Fabián nació en Montevideo el 6 de abril de 1978. Se formó en el equipo carbonero como marcador de punta, donde conformó el plantel que logró ganar en el segundo quinquenio de la historia del club, habiendo jugado un solo partido en el primer equipo mirasol.

También tuvo participación más que destacada, en el combinado nacional sub 20 en 1997, donde alcanzó el cuarto puesto en el Sudamericano de ese año en Chile, clasificándo así a la Copa del Mundo de Malasia. En dicho torneo, el jugador celeste, tocó el cielo con las manos en las semifinales. El 2 de julio se enfrentaban Uruguay y Ghana. El encuentro comenzó con dominio charrúa; Marcelo Zalayeta y Néstor Fabián Coelho adelantaron 2 a 0 a los dirigidos por Víctor Púa. Pero los africanos reaccionaron y empataron, Lawson y Melono en contra pusieron el 2 a 2. Así se fueron al alargue. La igualdad persistía y parecía imposible de romper, hasta que al minuto 105 cayó un centro en el área africana, y fue Perea quien se elevó más alto que todos para meter el frentazo que terminaría en la red, y junto con eso, mediante la regla del “gol de oro”, a Uruguay en la final que, días después perdería con la selección de Argentina por 2 a 1.

Fabián tenía un futuro brillante como futbolista, pero ese mismo año 1997, exactamente el 13 de octubre, el destino le jugó una mala pasada; sufríó un accidente de tránsito que terminó con su vida. Cuando el equipo aurinegro ganó el Campeonato Uruguayo de ese año, se dedico el triunfo y el quinquenio a la memoria de Perea, quien a pesar de ser muy joven dejó un grato recuerdo en los hinchas.

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