El destino siempre ha actuado de formas inexplicables, ya sea que creemos en la magia o que simplemente la vida sucede, es imposible negar que las cosas siempre parecen caer en su lugar, y las cosas que tienen que pasar siempre tienen que suceder.

Enrique Meza es un fuerte testigo de este hecho, y es que el jóven Meza, siempre soñaba con convertirse en una leyenda del futbol mexicano mientras pasaba cada quince días sentado durante 90 minutos en la banca del Estadio Azul.

La poca participación que recibió en sus años como guardamenta, permitió que el ‘Ojitos’ concentrara su tiempo y atención en estudiar el hermoso juego que amaba, preparandose lenta pero cuidadosamente para convertirse en un verdadero genio del balompié.

Fue así como el destino siguió con sus caprichosas jugarretas y debido a unas malas decisiones, Miguel Marín fue inhabilitado de dirigir a la Maquina durante un tiempo en la temporada 82/83, obligando a que el nacido en la Ciudad de México – quien entonces se desempeñaba como auxiliar del Supermán- tuviera que tener un debut prematuro y comandar a Cruz Azul en el empate que consiguió ante Toros Neza el 9 de enero de 1983.

Esta nueva experiencia emocionó al joven Meza, quien sintió la adrenalina y pasión que únicamente se puede vivir en el campo de juego, y fue así como decidió dedicarse a la formación de jóvenes en La Noria mientras conseguía los conocimientos suficientes para convertirse en campeón.

Nueve años después la oportunidad de cumplir su sueño en tiempo completo le llegó a Meza cuando tomó las riendas del equipo en el que había desempeñado toda su carrera. Esta decisión dio buenos resultados para Cruz Azul ya que el equipo demostraba las primeras probaditas del dinamismo y ataque que el ‘Profe’ anhelaba; sin embargo esto no le alcanzó a los cementaros para levantar el título de Liga, así que Meza tuvo que dejar al equipo y ser reemplazado por Luis Fernando Tena.

Esto llevó al ex portero de Cruz Azul a buscar nuevas oportunidades, las cuales encontró en Monarcas Morelia, equipo por el que nadie daba nada y que se encontraba peligrosamente cerca del descenso. Con la valentía que lo caracteriza, Meza tomó al destruido equipo y logró salvarlo de su terrible destino.

Meza pasó únicamente un año con el equipo Michoacano y decidió buscar nuevos aires; curiosamente una nueva aventura le llegó con el equipo contra el cual debutó.

En su tiempo en Neza, Enrique Meza comenzó a desenvolver todo su potencial como entrenador y armó un equipo que enamoró a propios y extraños con grandes jugadores como Antonio Mohamed, Federico Lussenhoff y Miguel Herrera que llevaban a cabo un futbol ofensivo basado en la posesión que reusltaba un deleite para las retinas de los aficionados al futbo.

Con los Toros Neza, el ‘Profe’ llegó a su primera final en el Torneo del Verano 1997, pero lastimosamente la inexperiencia le jugó mal al estratega, quien fue derrotado 7 a 2 en el marcador global por las Chivas de Guadalajara.

La decepción de esta penosa derrota provocó que Meza dejara a Neza y se pusiera en búsqueda de una nueva experiencia como entrenador. Así fue como la directiva del Club Toluca, impresionada por el buen futból del ‘Ojitos’ lo buscara para ofrecerle la oportunidad de dirigir a los choriceros, invitación que Meza sin titubeos aceptó.

Con los Diablos Rojos, Meza logró construir otro equipo letal, gracias a sus impecables técnicas, atención al detalle y al inspirado José Saturnino Cardozo que comandaba su línea ofensiva. Con este equipo, Meza consiguió sus primeros tres títulos: Verano 1998, Verano 1999 y Verano 2000.

Los buenos resultados le concedieron el honor de dirigir a la Selección Nacional de México, con la cual tuvo una amarga experiencia que hasta la fecha no le gusta recordar, dejando al ‘Tri’ cerca de quedar fuera del Mundial Corea-Japón del 2002, por lo que la federación decidió sustituirlo para darle la oportunidad a Javier Aguirre.

El mal sabor de boca que le dejó fracasar con la selección hizo un gran impacto en Meza, quién sufrió varios fracasos con los siguientes equipos que dirigió, llegando a Pachuca en el 2005 donde decidido a cumplir su destino.

Los primeros pasos no fueron fáciles y el técnico mexicano no obtuvo los resultados esperados, pero la directiva del Club Pachuca bien sabía que era cuestión de tiempo para que el ‘Profe’ Meza llenara de gloria al equipo de México.

La paciencia rindió frutos para Jesús Martínez ya que el 13 de diciembre del 2006, Enrique Meza logró imponerse al Colo-Colo de Humberto Suazo, Alexis Sánchez y Arturo Vidal para proclamarse campeón de la Copa Sudamericana 2006 y convertirse en el primer y hasta ahora único equipo mexicano que ha logrado dicha hazaña.

Los buenos tiempos para Pachuca y Meza continuaron, ambos se convirtieron en un rival que provocaba miedo a nivel local e internacional gracias a su futbol letal que dejaba sin aliento a sus contrincantes.

Esta mancuerna con los Tuzos resultó en varios títulos importantes más: un título de la primera división mexicana y tres trofeos de la CONCACAF Liga de Campeones.

Meza vivía una verdadera luna de miel en Pachuca, el equipo comprendía a la perfección su idea de juego, los jugadores lo respetaban , los resultados se conseguían y los aficionados lo amaban, pero el ‘Ojitos’ tenía una deuda pendiente con el equipo que lo vio nacer, por lo que con todo el dolor de su corazón abandono a los Tuzos y regresó a la Máquina con un solo objetivo: ser campeón.

Pese a que el equipo no jugaba para nada mal, la suerte no estuvo del lado del ‘Profe’ durante este periodo y sumó dos subcampeonatos con el equipo de la capital del país, por lo que fue destituido y regreso a uno de sus antiguos equipos que se situaba a unos cuantos kilometros de la Ciudad de México.

En su regreso al Toluca el ‘Ojitos’ volvió a provocar respeto al tener un equipo sumamente matón con Sinha y el ‘Pájaro’ Benítez como sus máximos referentes. Con sus muchachos Meza logró alcanzar una final más en el Apertura 2012, la cual desafortunadamente perdió ante la solidez de los Xolos de Tijuana, que en ese entonces eran dirigidos por su pupilo de Toros Neza, Antonio Mohamed.

Meza arrancó el siguiente torneo con resultados malos que evitaron que el equipo alcanzara puestos de Liguilla, por lo que la directiva de los diablos decidió que era hora de renovar al equipo y así fue destituido para dejar su puesto en el banquillo a otro de sus pupilos: José Saturnino Cardozo.

Con esto, el exitoso técnico decidió que era tiempo de dejar un descanso que tuvo que ser prematuramente abandonado, cuando Andrés Fassi acudió para él para salvar al equipo que llevó a la gloria, el cual se encontraba en un bache tremendo bajo el mando de Gabriel Caballero, quien con gran talento dirigia al equipo de sus amores, pero sucumbió ante la presión cuando los resultados no se dieron.

Así el ‘Eterno’ hizo las maletas para ir aprender de los mejores al Viejo Contintente mientras que su mentor, Enrique Everardo Meza Enriquez, intentaba corregir el camino de un equipo lleno de talento.

Meza no logró la calificación a la Liguilla en el Apertura 2013, pero sacrificó sus vacaciones navideñas para estudiar a fondo el equipo y traer los refuerzos necesarios para que Pachuca regrese al lugar donde pertenece en este año en el cual cumple 31 años de una impresionante carrera.