De camisa polo azul y jeans, frente a una butaca cercana al campo y al túnel que tantas veces caminó, Carlos Muñoz relata a sus acompañantes uno de los más de treinta goles que marcó con la camiseta de la Franja. Faltan diez minutos para la hora pactada, pero él ya está listo. Siempre lo ha estado. Hay tiempo para bromas y para algunas quejas. “He comido mucho en estos días, demasiado”. El tiempo apremia, aunque su voz y su sonrisa dicen lo contrario. “Con calma, yo espero…”.

Pregunta: ¿Esperabas este recibimiento?

Respuesta: La verdad, no. Y no porque el recibimiento no fuera bueno. Fue algo sorprendente la cantidad de gente que me reconoce. El club se ha volcado conmigo. Yo pensaba que esto iba a ser importante, pero no tanto.

P. Sobre todo por lo que conseguiste en tiempos muy complicados.

R. La época era difícil por el cambio de colores, la gente lo reprochó mucho. Recuerdo que el primer partido que jugamos en casa, prácticamente había doscientas o trescientas personas, y yo pensaba “Madre mía, ¿a dónde he venido?”. Luego, a base de juego, de resultados, con un equipo que atrajo a muchísima gente con buen futbol, ayudamos a que ese cambio de color pasara un poco más desapercibido y se hablara más de futbol.

"La gente reprochó mucho el cambio de colores. En el primer juego habían 300 personas. Yo pensaba 'Madre mía, ¿a dónde he venido'?

P. ¿Qué ayudo para que no necesitaras de esa famosa ‘adaptación’ de la que tanto se habla? Parecía que llevabas mucho tiempo en México y en el Puebla.

R. A la adaptación la entiendo entre comillas. El futbolista juega lo mismo en un lado que en otro. Quizás si cambias de idioma, puede ser…, pero es que eso de “en un torneo de seis meses no se ha adaptado”… no lo creo.

Mi adaptación al futbol mexicano, a la altura, a este equipo, fue muy rápida. Desde que llegué, entrenamos un mes, y enseguida nos tocó la Copa en Zacatepec, y marqué gol. Fue una adaptación buena también porque había un buen grupo; jugadores que, además, éramos buenos amigos. Eso ayudó. Con un ambiente bueno, te acoplas; en un ambiente malo, es más difícil. Y yo encontré uno buenísimo.

P. Y en el campo se notaba, formaste una dupla formidable con Daniel Guzmán… Y si te vas línea por línea, jugadores como Gerardo Rabajda, Uwe Wolf, Gilberto Jiménez…

R. (José) Soto… y en el mediocampo estaba Édgar Plascencia, (Sergio) Almaguer, ‘Leo’ Castañeda… y arriba, Daniel Guzmán, yo… Había un equipo muy muy muy bueno, y aparte de eso, éramos buenos amigos; terminando de entrenar nos íbamos a tomar algo juntos, quedábamos en casa juntos y, cuando salíamos a jugar, cada uno sabía qué iba a pasar o qué podía fallar. Eso ayudó muchísimo a que los resultados se dieran.

P. ¿Qué les decía el “Maño” Ruíz? Se tenían que ganar a la gente, tenían que convencer.

R. Él nos decía “el futbol es el futbol, sea que vistas de azul, de amarillo, de rojo”. Los colores eran importantes para la gente, pero no para nosotros, que nosotros no teníamos que estar pendientes de si (el uniforme) era naranja o azul. Era muy dicharachero, muy familiar y, más que un entrenador, intentaba ser como un padre. Si el entrenador tiene amistad con los jugadores y los jugadores eran amigos, pues pasa lo que pasó; luego el balón entraba y ya está, todo completo.

"Fueron épocas que lo pasé muy bien. Cuando un equipo disfruta, todo sale bien"

P. Aquí te hartaste de meter goles… de cabeza, de larga distancia…

R. Como el de Pumas, sí.

P. ¿Elegirías alguno?

R. Siempre lo he dicho, para mí todos son importantes: si no metes el primero, no metes el segundo. Y todos son importantes, siempre y cuando te den resultados.

Sí, dicen ‘qué gol bonito’, sí´, hubieron goles muy bonitos; como el de Pumas, el de Atlante desde la esquina aquella, el de América cuando me voy en velocidad…

P. ¡Partidos hasta de cuatro goles!

R. Sí, fueron épocas que lo pasé muy bien. Cada que salía a jugar, lo disfrutaba; y cuando un equipo disfruta, todo sale bien. Las cosas me salieron fenomenales y estaba rodeado de un grupo que me ayudó mucho.

P. Avanzamos algunos años y te encuentras con un Puebla completamente distinto a lo que tú viviste. De lejos te tocó ver algunas cosas tristes.

R. Tuve la suerte, entre comillas, de regresar a Puebla y entrenar a la Sub 20 durante cuatro meses y, la verdad, tampoco es que viví una época muy dorada.

Desde el 2000, el Puebla fue un cúmulo de circunstancias que llevaron a un equipo peleado con directivas, con el gobernador, con la gente, no había dinero, dos descensos y eso la gente lo nota. Fueron años de mucha dificultad.

Ahora, he regresado en un momento, no sé si será bueno o no, habrá que esperar, pero desde hace meses entró nueva gente que entiende de futbol, que quiere al futbol y que quieren hacer algo importante dentro del futbol en Puebla; hay que tener confianza. Por lo que he visto, lo que he oído y lo que comenta la gente que entiende qué sucede en Puebla, hay ilusión. Esperemos que sí, que este equipo vuelva a ser lo que fue.

La historia del Puebla no se puede apagar. Hay que confiar en este equipo y apoyarlo.

"Por lo que he visto y oído, entró nueva gente al equipo que entiende de futbol"

P. ¿Qué rescatarías del Puebla? ¿Con qué te quedas?

R. La gente, la ciudad, y su amor por el futbol. Es un equipo que tiene mucha historia.

Los jugadores pasamos, los presidentes pasan, pero la historia del club no va a pasar, se queda ahí.

Lo bueno se ha pasado, lo malo también, y lo que venga va a seguir dándole la historia. Hay que seguir apoyando. Si no tenemos gente y niños que sigan adorando al Puebla, esto se pierde. Y sería triste.

P. Hablemos sobre el futuro de Carlos Muñoz.

R. Soy entrenador, me gusta el futbol, me gusta estar allá adentro (del campo). Desde que me retiré, sigo vinculado al futbol, es algo difícil de soltar. Las circunstancias mandan, pero mientras pueda estar dentro del futbol, voy a seguir ahí.

P. ¿El futbol mexicano te llama la atención?

R. Por supuesto, no cabe duda. Después de Puebla jugué en Lobos, en Pachuca un poco, volví para entrenar a Sub 20, me regresé a España a entrenar… ¡claro!

Además, en un lugar donde has estado cuatro años y te han tratado como te han tratado… En Puebla he dejado muchos amigos y esta ciudad es especial.

P. Si en el futuro te dicen ‘Carlos, aquí está la dirección técnica del Puebla’, ¿aceptarías?

R. Estoy abierto, soy un profesional del futbol, como lo he demostrado. Como futbolista, jugué en muchos equipos y defendí la camiseta.

Claro que sí, estaría muy ilusionado de, en un futuro estar aquí o en cualquier sitio que me hayan llamado… ¡pero si es el Puebla, muchísimo mejor!