El capitán junto al plantel salió a dar la cara luego de un mal momento que atravesaba el equipo y al recordar que a veces la gente no comprende que un jugador también pasa por momentos difíciles, terminó llorando en un programa del club local a finales del 2016. (Foto: La Primera Edición)

Después de tres años de mantener a la mejor dupla de centrales del futbol mexicano, Santos Laguna dejó ir al mexicano Néstor Araujo y al argentino Carlos Izquierdoz, quienes terminaron yéndose no por dinero, sino para cumplir objetivos personales.

De hecho, el club albiverde ya se había tardado en concretar estas salidas por lo cotizados que estaban en el mercado. Además, el que futbolistas emblemáticos abandonen a una institución ya no es algo que extrañe a los hinchas de los equipos. Atrás han quedado los tiempos en los que un jugador juraba amor eterno por una camiseta y se retiraba de las canchas en el equipo de siempre.

Lo curioso, es que a diferencia de otros años, Santos no los haya dejado ir por dinero o necesidad económica, sino que ahora fueron los futbolistas quienes hicieron lo posible por emigrar para cumplir con sus sueños, unos que siendo objetivos denotaban que este era el momento indicado.

Por un lado, Néstor Araujo argumentó que en caso de llegar una oferta para jugar en el viejo continente la analizaría y se iría, y al llegar el ofrecimiento del Celta de Vigo, no lo dudó pues aparte el técnico Antonio Mohamed le brindó la confianza para ayudarlo en su etapa de adaptación a la Liga Española. Si bien, pudo haberse ido a otro club más reconocido, eso nunca se sabrá pues cuando se esperaba que su proyección internacional se incrementara con su actuación en el Mundial de Rusia, una lesión le impidió ir a la competencia y terminar el torneo con los de la Comarca sin jugar en la justa que ganaron su sexta estrella.

Cuando parecía que el ánimo de Araujo decaería por tan duro golpe le llegó esta oportunidad de cumplir su ilusión de jugar en Europa, acabó aceptando aún y cuando en el camino tuviera que sacrificar sus pretensiones económicas.

En el caso de Carlos Izquierdoz, al ser argentino era innegable que aparte de aspirar a la selección albiceleste tendría entre sus planes el deseo de militar en Boca Juniors, el equipo al que cualquier pampero anhelaría emigrar. Luego de negociaciones intensas, finalmente el ‘Cali’ puso de su parte y firmó el contrato para buscar el título de Copa Libertadores junto a su ex compañero del Lanús, Paolo Goltz, siendo además dirigidos por Guillermo Barros Schelotto. Posiblemente, esta sea la baja más dolorosa por el amor que el capitán expresó por el club “matándose” en la cancha y respondiendo en momentos de crisis.

Ambos se coronaron en los Clausuras 2015 y 2018, consiguiendo también el Campeón de Campeones 2014-2015 y la Copa Mx 2014. Como pareja de central estuvieron juntos por más de tres años en los que mostraron constancia en su rendimiento.

El aporte de este par de centrales era tan bueno, que eran efectivos tanto en el área defensiva como en la ofensiva. Muestra de ello, fue que en la jornada 4 del Clausura 2017 le ganaron al Puebla 2-0 con goles de cabeza de ambos jugadores en remates de tiro de esquina.

(Foto: Santos Laguna)

Seguramente si le preguntaran a la afición, ésta habría rechazado la salida conjunta de los defensores, pero se debe de entender que ellos desearon irse, no por falta de amor al equipo o región, sino para cumplir nuevas metas. Aparte, el aficionado verdiblanco para bien o para mal, ya está acostumbrado a ver como los futbolistas a los que idolatraban se vayan en desbandada. Tal vez lo que endulce estas partidas, sea que no se van a un rival odiado de nuestro país, sino que parten rumbo a Europa y Sudamérica, donde posiblemente se vean en ellos representados.

En el caso de la directiva, se entiende que se llevan buena tajada por los jugadores, y a pesar de que pudieron sacarles mayor “jugo” ofertándolos en cuentas más elevadas, se les reconoce su intención de cooperar con dos activos para que cumplan sus objetivos. El inconveniente tal vez fue dejarlos ir juntos cuando solo se contaba en esa posición con Gerardo Alcoba, pero seguramente con lo recibido de las transacciones contratarán a elementos igualmente competitivos, pues los Guerreros saben scoutear a sus futuros futbolistas.

Estas salidas pueden considerarse como un acierto porque era el momento indicado en que se podían ir por la puerta principal, con un salario bien valuado, ganando campeonatos y mostrando su mayor nivel posible.

La vida es de ciclos y consiste en entender que después de estar en lo más alto y en el mismo lugar, hay algo más. Afortunadamente la relación entre Santos y estos jugadores fue tan buena que estos pudieron elegir su destino. Se va a extrañar su liderazgo y calidad, pero comprendamos que se van por metas personales y que en el caso de Santos, ha seguido siendo campeón a pesar de constantemente dejar emigrar a sus mejores jugadores.