Los Rojinegros del Atlas están sumidos en una crisis de resultados, mismo que se acentúan con el paso de cada semana, pues en vez de notar una gradual mejoría, es notorio que se sigue hundido en el mismo bache futbolístico. Pero de cara al clásico tapatío de la siguiente jornada ante el histórico rival Chivas. Se podría ver como un puerta de salida o de cara al abismo.

Mucho dependerá del resultado ante el conjunto rojiblanco, pero la presión sobre los Zorros y el propio Rafael Puente del Río, que se le ha criticado tanto por sus declaraciones como por sus historial de derrotas consecutivas, generan más incertidumbre, aunado al mal funcionamiento y la escases de goles.

Tampoco es que Chivas sea un equipo invencible, pero en el comparativo de planteles, resultados, directores técnicos, momento anímico y estadísticas individuales, claramente hay un solo favorito. Atlas deberá remar contra corriente para ganar y poder liberar un poco de la presión que se vive en la actualidad.

Además hay que sumar los más recientes antecedentes entre ambos conjuntos jaliscienses, y es también ahí, superior el Rebaño Sagrado. Pues en los últimos 3 enfrentamientos han sido triunfos rojiblancos. Para recordar la última victoria de los Zorros, hay que ir hasta abril de 2018, donde Atlas ganó 1 a 0 con gol de Edyairth Ortega, en el marco de despedida para Rafael Márquez, previo al Mundial de Rusia 2018.

Desde entonces Atlas no sabe lo que es ganarle a su vecino, y no sólo eso, sino que tampoco le ha vuelto a marcar un gol. Se podría pensar que el único argumento a favor de los Rojinegros sería jugar como local en el Estadio Jalisco, pero tampoco es una garantía de éxito. Para muestra están los dos últimos torneos, donde los Zorros han sido de los peores locales. Además de que Chivas también se siente como en casa en el Jalisco, aunado a la afición que seguramente estará dividida por mitad, como ya es costumbre.

La verdad cuesta trabajo encontrar algo positivo a favor de Atlas, con todas las estadísticas en contra, pareciera que sólo un milagro les ayudaría a salir victoriosos en el clásico tapatío. Pero ya lo dice el viejo y conocido refrán: “Los partidos hay que jugarse” y “En los clásicos no hay favoritos”.