En medio de la montaña rusa de emociones en que se tornó la temporada regular, Monarcas Morelia vivió uno de los momentos más impensados de ese momento los dirigidos por Roberto Hernández no presupuestaban otra meta más que aquella entonces lejana de salvar la categoría.

La Copa Corona MX suele ser el campeonato más menospreciado en el contexto del balompié nacional, tachada de ‘Molera’ o de chocolate, pero significó un estímulo importante para institución y aficionados, llegando a ser la gran olla de presión que liberara todo el estrés que ya se tenía con los resultados del torneo local.

Vamos a recapitular: El inicio en el certamen copero fue un reflejo de las primeras fechas en la pelea por no descender, un arranque poco prometedor, pues la primera victoria llegó hasta el segundo compromiso, que, en un juego de poco espectáculo, Morelia derrotó por la mínima diferencia al Zacatepec. Esto después de sufrir una goleada de 3 a 0 a manos del León.

La hombrada se sacó con un cuadro alterno, al que le costó trabajo acoplarse, pues de las dos llaves disputadas solo salieron abantes frente a los ‘Cañeros’, a quienes posteriormente vencieron 3 a 1 en el ‘Coruco’ Díaz, mientras que cerraron la fase regular con un nuevo descalabro propiciado por León con un 3 a 2 en casa, sin embargo, las virtudes de la justa permitieron que los ‘Rojiamarillos’ clasificaran en el puesto 13 de la competencia con 7 puntos, apareciendo sin mucho brillo ni esperanzas en la capacidad del “Equipo B”, de un grupo que se paseaba entre los últimos lugares de la porcentual.

Lo que en principio se sentía una participación de transición por parte del cuadro que formaban Sosa, Lezcano, Penilla, Cabrera y Vilchis, entre muchos otros, fue tomando otra forma cuando se dio el duelo ante Toluca para los Octavos de Final, que luego de igualaran a 2 tantos con Toluca con goles de Penilla y Osuna, para encontrar en la tanda de penales a un héroe en la figura del sudamericano Sebastián Sosa, quien pasaría a ser vital en el resto del trayecto.

‘El Equipo de la Fuerza’ venía superando de a poco las adversidades de la lucha por sostener la categoría cuando se dio el siguiente gran paso: avanzar a Semifinales. Esto se logró irónicamente ante quien los dejo fuera de la Liguilla, Xolos de Tijuana, en una tarde brillante para Miguel Sansores y Cristian Penilla, de nueva cuenta en territorio ajeno; nada de qué sorprenderse si consideramos que Monarcas fue de los mejores visitantes este semestre.

Ya para abril la situación del no descenso se mantenía en una carrera emparejada entre resultados buenos y malos de los involucrados, pero con la gente ilusionada era tiempo de probar que lo sucedido hasta el momento ya era algo más que suerte y sucedió de la manera más poética que pudo; ante un rival con memorias pasadas aún en el recuerdo, ambos deseosos por una Final que mejorara el ánimo vivido por lo hechos hasta ese entonces suscitados y el boleto lo facturó uno de los hombres que más sudaron por el cuadro michoacano, Rodolfo Vilchis, quien después de un partido caótico logró poner un balón al segundo poste en un tiro libre para hacer que la gente rememorara aquella Copa levantada en la cancha del Estadio Morelos.

Aquellos que solo buscaban no hacer al Ascenso MX, sin que se buscara algo de ellos, quienes formaran ese once titular consiguieron colarse hasta la pelea directa contra un histórico para dar un agradecimiento a su afición, que en cierto punto ya lo había tenido al alentar a sus ‘canarios’ en una nueva Final. Llegando desde abajo y con humildad, pusieron cara como pudieron a unas Chivas que venían decididas por el campeonato copero y pese a que no fue el juego más brillante para los morelianos, después de que Sosa, Morales y compañía aguantaran los embates tapatíos, el juego se alargó hasta los penales, donde no hubo mayor suerte, cayendo 3 a 1.

Aun cuando perder un campeonato representa ilusiones derramadas y un duro golpe, el sentir respecto al club fue favorable, pues en medio de un largo camino por la salvación, se atravesó un balsámico momento en que soñaron con verse levantar un título de nuevo, a instancias donde lo que sucediera con esta franquicia era un enigma y en donde las posibilidades de fracasar eran una realidad preocupante.

En cuanto a las estadísticas, se habla de un equipo que solo sumó 7 unidades, pero que también finalizó con 11 goles a favor y 9 en contra, que habla de un trabajo correcto para cerrar con una diferencia favorable, pero eso sí, con el recurso de los tiros desde el manchón, pues solo ganaron durante el tiempo reglamentario en 4 cotejos, la mitad de los que disputaron en este certamen.