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Superlópez no está solo: Álvaro Martín, bronce universal en la marcha de Roma

El extremeño baja de la hora y 20 minutos, asegura su plaza olímpica y pisa su primer podio a nivel mundial en la Copa del Mundo. Diego García también bate su marca y se acerca a Río. Miguel Ángel López termina 33º: "No me he podido preparar bien, el objetivo es Río".

Superlópez no está solo: Álvaro Martín, bronce universal en la marcha de Roma
Álvaro Martín dedica su bronce al público español que lo jaleó en Roma. Foto: Ismael Pérez.
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Por Ismael Pérez

ROMA. La marcha española no solo tiene futuro, como demostró esta mañana Manuel Bermúdez, también fondo de armario. Si Miguel Ángel López, campeón mundial y europeo, la estrella de la expedición no llega al máximo pero viaja hasta Roma para probarse y ayudar al equipo a terminar 6º; emergen los secundarios, hasta ahora a la sombra de la luz que emite el murciano. Entre ellos, el pacense Álvaro Martín, ya olímpico en Londres, que construyó su camino a sus segundos Juegos con un vibrante recorrido de 20 kilómetros en el que se dejó ver entre los primeros desde el principio, reguló cuando por delante se embalaban y acabó pasando a casi todos hasta colgarse un bronce que por poco no fue plata. “He estado esperando, sabía que entre los primeros estarían los de siempre, chinos, japoneses...y algunos no darían la cara al final. A falta de 250 metros ya no podía más”, explicó después a Vavel.

Con un ojo siempre pendiente del cronómetro que le enfriase la cabeza para no correr un kilómetro más rápido de sus cálculos y llegar fresco al final, la medalla terminó sorprendiendole cuando del grupo que cerraba empezaron a caerse atletas tan notables como el actual campeón, el ucraniano Ruslan Dmytrenko, o el japonés Eiki Takahashi. Martín se encontró en persecución con el canadiense Benjamin Thorne, bronce en el Mundial de Pekín y con el sorprendente australiano Dani Bird-Smith. Acabó dejándolos atrás y dando caza a Zelin Cai, que tuvo otro cambio pese a haberse jugado su órdago a los 10 kilómetros. Por delante, ya inalcanzable desde el kilómetro 15, marchaba hacia la victoria Zhen Wang (1.19.22).

La medalla le sube un nuevo escalón en la élite mundial, porque el joven (21 años) marchador de Llenera no solo pisó un podio absoluto de categoría universal, sino que rebajó por fin la barrera de la hora y los 20 minutos, la muralla que separa a los notables de los excelsos en la marcha mundial (1:19:38), y certificó su pase a Río, donde no se quiere elevar el listón. “El objetivo sigue siendo ser finalista (8 primeros) porque todavía soy sub23. Para Tokio ya pensaremos algo más”, reflexionó con cautela.Y lo mismo dijo cuando en la rueda de prensa se le preguntó si podría estar en el mismo nivel que Miguel Ángel López: “Soy muy joven, no sé a qué nivel estaré en unos años, pero lo intentaré”. Hasta Brasil le esperan descanso y entrenamientos, medio mes en altitud y otro medio a nivel del mar.

Más convencido de Martín que él mismo estaba Diego García (19º y también marca personal, 1.21.36), el otro secundario en auge. “Lo veía venir porque está entrenando como un animal. Yo, que aquí he hecho marca personal, no tenía nada que hacer con él en la pista cuando entrenábamos”, contó sobre su compañero. García, 20 años, era un hombre feliz. Hace pocos meses estaba con muletas, así que su actuación ha sido un pequeño milagro. Para conseguirlo aplicó la calculadora de manera aún más concienzuda que su compañero. “El entrenador y los que saben de estas cosas saben que si vas más rápido de lo que puedes en los primeros 10 kilómetros, en los segundos te vas a dejar el doble de lo que has ganado”, explicó, mentalizado. Quizá por eso en la primera referencia, a los 5 kilómetros, se dejaba 11 segundos con el grupo de favoritos, un ahorro que le pudo privar de asegurar al 100% la plaza olímpica, un objetivo del que se quedó a 21 segundos y que le impulsó en su cansancio. “A partir del kilómetro 11 ya no veía con claridad, pero me he exprimido al 100%, la opción de asegurar los Juegos ha tirado más que el cansancio y el hecho de que hubiera muchos corredores te permitía nunca quedarte solo”.

Será difícil que le arrebaten la plaza, aunque irá a asegurarla a final de mes a La Coruña. Se repitiría así el trío que acudió al Mundial de Pekín, el del oro de Miguel Ángel López, el peor de los tres en la tarde romana (33º, 1,22,46). No hay que preocuparse. Lo dice Álvaro Martín (“que no vaya bien hoy no quiere decir que en Río no pueda luchar por el oro”) y lo confirma él. “Por la forma que tenía he venido a verlas venir, porque no me pude preparar bien”. Se refería a una preparación que se cortó en enero con una lesión en el poplíteo, la parte posterior de la rodilla. “No estoy satisfecho y estoy descontento porque no he tenido buenas sensaciones desde el principio”, admitió, aunque el objetivo de Roma era ínfimo en comparación con el reto olímpico.

No hicieron méritos para estar allí ni Alberto Amezcua (51º, 1,24,28) ni Benjamín Sánchez (56ª, 1,24,50). España no pudo así entrar en el podio por equipos, el sentido originario de esta competición y al que no sube desde 2008. China arrasó, seguida de Canadá y Ecuador.