"Esta es una prueba de fuego", mencionaba Jaume Ponsarnau en rueda de prensa antes del primer encuentro de la temporada ante el Herbalife Gran Canaria. Y así era. Era el primer paso del nuevo proyecto, de los nuevos retos, de las nuevas ilusiones... y el RETAbet.es GBC no estuvo a la altura. Cayó de manera estrepitosa (97-64) en un partido que, desde la primera jugada, fue por detrás y sólo supo mantener el tipo durante los diez primeros minutos. Nada que hacer ante un equipo que aprovechó todos los problemas donostiarras y tuvo un gran acierto de cara al tiro (63% de dos y 40% de tres).
Los donostiarras, a pesar de no tener a varios jugadores en su mejor estado físico, no fueron capaces de demostrar el carácter necesario para luchar por un duelo que se decidió en el segundo cuarto. Al descanso los visitantes se marchaban a casi veinte puntos (50-31) y con la sensación de no poder hacer nada para remediar lo que estaba ocurriendo. No era el día de nadie, y menos de los jugadores interiores, que es cuando más se les necesitaba. Milbourne hizo un -7 de valoración y ni Doblas ni Olaizola (4 y 2 puntos) fueron capaces de frenar a un Alen Omic que hizo lo que quiso para conseguir 24 puntos de valoración en total.
La diferencia que se veía sobre la pista entre los dos equipos era abismal. El resultado era más que merecido y el primer encuentro de la temporada de la Liga Endesa estaba más que decidido en los veinte primeros minutos. Los donostiarras, como dijo su propio técnico tras la derrotas, no tenían la calidad y energía suficiente para contrarrestar a lo que se estaban enfrentando en el Gran Canaria Arena. La defensa, uno de los puntos fuertes en los últimos años, hizo agua por todos lados y recibieron nada menos que 97 puntos en el primer encuentro.
A la vuelta de los vestuarios se disputaron los diez minutos más parejos de todo el partido, aunque ya no servía para nada. El RETAbet.es GBC se llevó el primer mazazo de la nueva campaña y volvió a la realidad en las islas, donde demostró no estar todavía capacitado para este arranque. A la espera de la llegada de Travis Wear y las mejores condiciones físicas de sus mejores jugadores, Jaume Ponsarnau tiene mucho trabajo por delante en las próximas semanas. El domingo llega el Real Madrid, campeón de todo el año pasado. Una nueva prueba para la que hay que mejorar muchísimo.