La situación del RETAbet Gipuzkoa Basket es dramática. Tan sólo cinco victorias en 29 partidos han abocado al equipo al descenso deportivo, que se hará matemático, si todo va en su cauce, en las próximas semanas. Incluso este domingo los guipuzcoanos podrían ser, a todos los efectos, equipo de LEB. Restan cinco jornadas para los de Porfi Fisac, que, como señala Noticias de Gipuzkoa, debería ganar cuatro partidos más que el Obradoiro y tres más que el Estudiantes para superarlos en la tabla y así seguir en la Liga ACB por méritos deportivos.
Sin embargo, la próxima visita, este mismo domingo, al Laboral Kutxa no levanta optimismo en los donostiarras. Además, el 8 de mayo visitarán al FIATC Joventut, donde, en caso de derrota, sellarán su descenso de manera definitiva. Sólo un milagro, consiguiendo prácticamente el mismo número de triunfos que los conseguidos hasta ahora, evitaría que los aficionados vieran a su equipo descender por tercera vez en las últimas cuatro temporadas.
Por lo tanto, el Gipuzkoa Basket afrontará su futuro en los despachos, al igual que ha sucedido en los últimos veranos. A pesar de ello, en esta ocasión la reflexión por parte de la directiva debe ir más allá. ¿Merece la pena seguir en la Liga ACB a toda costa? El proyecto, que esta campaña contaba con patrocinador principal, ha ido perdiendo fuerza año tras año en todos los ámbitos: deportivo, económico y social. Apenas 2.000 aficionados se acercan cada dos semanas al Donostia Arena 2016, cifra mínima para un equipo de la Liga Endesa, y el equipo no transmite en ningún momento ni consigue resultados.
Todo ello unido a la situación económica que vive a día de hoy el club donostiarra. A la deuda contraída los últimos años hay que sumar los cambios que ha sufrido el equipo, con numerosos fichajes y cambio de técnico, a lo largo de la campaña. La supresión del canon de ascenso a la Liga ACB tampoco es una buena noticia para la entidad, que afrontará el periodo estival con un futuro muy incierto y con muchos frentes abiertos.