Seattle Sounders consiguió llevarse un partido en el que el marcador no refleja para nada lo que se vio sobre el terreno de juego. El peso del partido corrió a cargo de Colorado Rapids que tuvo muchas ocasiones de gol, pero sus delanteros no estuvieron muy acertados. Por el contrario, Seattle Sounders consciente de ser superior solo aumentó el ritmo de juego en los momentos que necesitó para llevarse el partido a su terreno. Este cambio en la dinámica del encuentro coincidía con los instantes en los que los visitantes lograron marcar.

Colorado perdona

En los primeros minutos del encuentro, Colorado Rapids salió con las ideas muy claras de conseguir un gol lo antes posible, que le dejara el partido de cara. Así en el minuto 4 una jugada individual de Powers le dejó solo delante de Frei, pero su disparo golpeó en el palo. A continuación de esa jugada Seattle salió al contraataque con Martins, Dempsey y Neagle. Mientras que progresaban en velocidad, ningún defensa de Colorado trató de presionar, lo que hizo que finalmente Neagle recibiera el balón en la esquina del área grande. Tras encarar a su defensor, Neagle realizó un grandísimo disparo que ajustó al palo más alejado, haciendo imposible la estirada de Irwin.

Colorado no le perdía la cara al encuentro, y seguía buscando con ahínco la portería contraria, pero sus jugadas la mayoría de las veces finalizaban con un mal pase cerca del área, lo que hacía que la defensa de Seattle no se tuviera que emplear con demasiada importancia. Pero en el minuto 14 una buena acción a balón parado terminó con un remate de cabeza de Powers, que si no fuera por una buena parada llena de reflejos de Frei, el empate hubiera aparecido en el marcador.

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Por el contrario Seattle no estaba imprimiendo demasiada intensidad al partido, la defensa estaba comenzando a tener fallos, y los delanteros no apretaban ya que se veían sobrados ante la blanda defensa de Colorado. Esta situación hizo que en el minuto 22 Powers colocara un balón a la espalda de la defensa, para un buen desmarque de Torres que batió a Frei de disparo cruzado, colocando el empate en el ‘luminoso’.

Pero Seattle demostró que a poco que aumentara la intensidad volvía a meterse en el partido. Instantes después del gol, un centro de Pappa cuando la defensa de Colorado salía, dejó a Nealge solo frente a Irwin que con mucha suerte después de varios rebotes, marcó el segundo de su equipo.

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Esto no hizo a Colorado venirse abajo, seguía buscando la portería de Frei llegando a tener varias ocasiones claras. Una de ellas fue un disparo lejano de Sarvas que realizó un efecto extraño y por unos centímetros no se introdujo en la portería de Frei. A Seattle le costaba sacar el balón debido a la presión de Colorado, y sólo conseguía hacerlo con desplazamientos en largo a Martins.

Desde ese momento hasta el final de la primera parte estuvo llena de idas y venidas de un área a la otra, teniendo los dos equipos las mismas ocasiones para marcar, pero el marcador ya no se movió.

Seattle y su ley del mínimo esfuerzo

El inicio de la segunda parte fue totalmente diferente al de la primera, ya que el juego no era tan vertiginoso, y ambos conjuntos buscaban la posesión del balón, y llegar a la portería rival con el control de este. Seattle eran los que mayor control sobre el juego tenían, pero no lograban acercarse a la portería de Irwin. Pero cuando más peligro lograban los locales, era cuando conseguían sorprender y salir al contraataque.

La defensa de Colorado comenzaba a parecerse a la débil defensa de los primeros minutos, dejando muchos balones cerca de la frontal del área para que Seattle pudiera aprovecharse de ellos. Dempsey tuvo dos ocasiones de conseguir el tercer gol gracias a estas pérdidas, pero estuvo muy lento en el momento de la definición.

Mediada la segunda parte, Colorado viendo que Seattle comenzaba a flojear, volvió apretar, teniendo dos ocasiones claras que Frei consiguió desviar. Schmid realizó varios cambios para darle mayor consistencia al centro del campo con más jugadores para dificultar las ofensivas de Colorado. En el 72, una recuperación de Rose en campo propio, continuaría con un balón en largo para Martins que realizó un gran control con el que superó a los dos centrales, y encarando a Irwin logró el tercer gol para su equipo.

Este gol anestesió el partido durante unos minutos en los que Colorado no lograba volver hacerse con el control del balón, y Seattle que se veía muy cómodo con el resultado a favor, dejaba que pasaran los minutos.

Con el encuentro llegando a los minutos finales, Colorado trató de lograr un gol que les acercara en el marcador, y así tratar de igualar un partido que en el campo se vio completamente diferente a lo que señala el marcador.