El blockbuster de la fecha 34 de la Major League Soccer tenía como protagonistas a los colosos de la Conferencia Oeste. Por un lado, el FC Dallas llegaba a este duelo siendo el tercero de la conferencia con 38 puntos, mientras que en el otro lado del cuadrilátero, el Galaxy de Los Ángeles acechaba el liderato; dos puntos alejado del puntero.

Con un Toyota Stadium a su máxima capacidad, inició el encuentro que tanta tinta y papel gastó durante esta semana. El equipo californiano, haciendo gala de una marcada línea de cuatro defensores, se encargó de jugar verticalmente en el primer lapso del partido buscando una desatención de los dirigidos por Óscar Pareja.

No obstante, ni el talento de Giovani dos Santos o el físico portento de Robbie Keane eran suficientes para dejar con ventaja a algún compañero. Como resultado, las indicaciones desde el banquillo tejano resultaron claras: aguantar los embates y buscar latigazos al frente con la velocidad sudamericana. 

Con el pasar de los minutos, el flujo del juego se inclinó hacia el flanco izquierdo. Por conducto del lateral Ryan Hollinshead empezaron a llegar los embates del conjunto local siendo un cabezazo del panameño Blas Pérez, derivado de una jugada por ese mismo lado, señal inequívoca de por donde caería.

La velocidad colombiana de Michel Barrios, en la previa, fue uno de los temas recurrentes. Al minuto '33, quedaría claro el por qué. Un pelotazo de veinte metros dejó mano a mano a Barrios con Gargan, quien apretó el acelerador, sacó al portero y con la valla desguardada, tocó a placer. 

Una voltereta eléctrica

Si la plática de vestidor enchufó a alguno de los contendientes, sin duda, fue al Galaxy. Los roles cambiaron radicalmente y la meta que había sido asedida en la primera parte, solamente era pisada por su arquero de manera relajada. Los acercamientos de la escuadra de California se volvieron más frecuentes hasta que el hombre gol, Robbie Keane, se encontró con un balón a merced. Los cartones se igualaban al minuto '51.

La defensa astada todavía no terminaba de sacudirse la celebración del camiseta #7 cuando, de nueva cuenta, Keane doblaba las redes a pase de Dos Santos. Con el 2-1 en contra, la reacción del banquillo del FC Dallas era de incredulidad. Una voltereta en menos de diez minutos dictaminaría el desenlace del partido.

El entrenador Óscar Pareja dio ingreso a Zendejas y Akindele, pero ninguno resolvió los acertijos llamados orden y táctica de su homólogo. El tiempo se agotó y el Galaxy, con una eléctrica reacción, derrumbó el fortín que representaba el Toyota Stadium.