El Sevilla de Quique llegaba a Almería con un único objetivo; salir del Juegos del Mediterráneo con la permanencia atada. Pues bien, el cuadro de Nervión no cumplió con ninguno de sus propósitos, en un partido ciclotímico que se resolvió en el tiempo extra.
Buen ataque, pésima defensa
El Sevilla arrancó con las hostilidades, llegando con facilidad al área defendida por Maximiano en los primeros instantes del juego; sin embargo esa voracidad se desvanecería como el humo ante la buena presión ejercida por el conjunto almeriense, que el hizo hacerse con la manija del choque y probar a Nyland en alguna ocasión.
El equipo indálico jugó mejor durante casi todo el primer tiempo, no obstante no conseguía materializar ninguna de las oportunidades de las que dispuso; todas ellas facilitadas por una línea defensiva que estuvo durante todo el partido desconectada con un Badé errático que regaló las más claras a favor de los anfitriones.
A pesar de la deficiencias defensivas, la producción ofensiva, protagonizada por el omnipresente Isaac Romero, permitieron a los muchachos liderados por Quique disponer de grandes oportunidades para abrir la lata, aprovechando los huecos abiertos por los futbolistas indálicos; entre ellas destacan un cabezazo al larguero de Kike Salas, y dos remates seguidos del ariete lebrijano en boca de gol.
El Almería golpea primero
Precisamente, cuando mejor estaba el Sevilla, amenazando el área contraria, llegó el tanto de los almerienses. Lo hizo tras una contra, mal defendida por los sevillistas que se olvidaron de un Embarba que finalizaba con un tiro raso al palo largo del portero desde la derecha haciendo uso de su pierna zurda, culminando una gran conducción de Jonathan Viera, autor de la asistencia al catalán.
De esta manera, y con una pifia de Badé, en campo propio, que casi cuesta el segundo del Almería, el primer tiempo tocó su final, con un resultado y juego sonrrojantes para desgracia de los visitantes.
Un último paseo en montaña rusa para despedir la jornada
Tras un necesario descanso, los once muchachos que Quique alineó de inicio salieron al verde en fila india con una única misión: derribar el muro indálico en busca del ansiado empate.
El encuentro reanudó la marcha con un Sevilla algo más intenso pero aún sin el ritmo competitivo que requería el partido. Sin embargo, el elemento sorpresa que cambiaría el transcurso del duelo estaba al caer.
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Los cambios, la clave del partido
Tras quince minutos de "quiero y no puedo" por parte de los hispalenses y de amenazas esporádicas por parte de los almerienses; se abrió la ventana que refrescó el juego sevillista, la de los cambios. La entrada de Suso y Acuña, por los desaparecidos Óliver y Sow, movimientos extraños desde el punto de vista que en un principio no parecían no tener encaje en el esquema del madrileño, no obstante sería el gaditano el encargado de hacer volar los papeles y poner a bailar de nuevo al equipo al son de su melodía. Si a esto le sumamos el giro defensivo propuesto por Garitano, justo después, para preservar el resultado, la oportunidad de lograr la igualada parecía más cerca que nunca para los rojiblancos.
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De 0 a 100 en cinco minutos
Tras las entradas de los recién recuperados Gudelj y Lukebakio, todas las cartas de los visitantes estaban sobre la mesa, sólo tocaba jugarlas. Y poco tardó el Sevilla en golpear hasta en dos ocasiones al colista de la categoría, primero con un tanto de Lukebakio muy similar al de Embarba en el primer tiempo, tras una perdida en mediocampo que recogía Isaac para iniciar una carrera que culminaría con la apertura hacia la izquierda para el extremo y la posterior resolución por parte del mismo.
Sin tiempo que perder, los ataques seguían cayendo sobre el área almeriense hasta que a cuatro minutos del 90; un centro de Suso desde la derecha era introducido por Ocampos en una embarullada jugada dentro del área. Gracias a este tanto el Sevilla conseguía algo inédito hasta la fecha, remontar un partido que parecía ya perdido para aumentar su renta con respecto a la zona caliente de la clasificación.
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Dos ases en la manga de Garitano para el gran final del Almería
Cuando ya parecía que no podían pasar más cosas en este loco partido de lunes noche, al Almería se le abrieron una vez más las puertas del gol gracias a los defensas sevillistas, con la única diferencia de que esta vez los hijos del desierto no fallarían y, a falta de tres minutos para el final, un centro desde la izquierda del recién incorporado Arribas era cabeceado sin mucho esfuerzo por otro hombre salido del banquillo, el delantero serbio Marezi, quien dejaría el luminoso reflejando las tablas en el marcador; culminando así un gran espectáculo que ha endulzado el comienzo de semana a todos menos a indálicos e hispalenses.
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Conclusión: Tocará seguir sufriendo ante el Celta
El Sevilla no consiguió cerrar el trabajo en Almería, a pesar de no merecer los tres puntos en el global del partido. La siguiente semana, tocará recibir a un Celta que sumando una victoria podría colocarse a uno de los andaluces y apretar más la pelea por la salvación. Ni la intensidad ni el juego, ni la solidez defensiva estuvieron con los de Quique, que por otro lado sí que puede presumir de acierto de cara a la portería contraria; algo que no sabemos si será suficiente el próximo domingo ante el Celta.