El derbi de la Comunitat se queda en La Cerámica y el Villarreal pone la mira en luchar por Europa. Tras un partido que podía haber caído para cualquiera de los dos equipos, los locales se llevan el partido por la mínima y alargan la racha hasta los 9 partidos sin conocer la derrota en LaLiga.
El duelo fue frenético, con llegadas por parte de los dos equipos y con actuaciones encomiables de ambos guardametas. Solo un cabezazo pudo poner el único gol de la tarde en Vila-real.
Los de Marcelino han sabido rehacerse tras la eliminación en Europa y han demostrado que la dolorosa derrota de Marsella solo fue un día malo. Una jornada más, dejan claro que hay una plantilla con potencial para disputar la zona alta y, porque no, para pelear por entrar en competición europea.
Jugar como un equipo
La entidad castellonense arrancó la temporada dejando muchas dudas y llevándose por delante a dos técnicos que no supieron encontrar la forma de hacer piña.
Desde la llegada de Marcelino, todo parece haber cambiado. El equipo juega como un bloque y ya no brilla solo una línea del juego, se complementan todas como una sola.
Las mejoras en defensa son notables y la pegada arriba sigue estando intacta. Si se añade también la vuelta de un centro del campo competitivo, con Dani Parejo a su mejor nivel, y jugadores como Capoue, Coquelin demostrando que pueden entrar perfectamente en el pivote, y Comesaña que hoy se dejó todo, literalmente, por el equipo, el club puede comenzar a plantearse cotas más altas.
Aprovechar el momento
El partido estaba abierto y con numerosas ocasiones para ambos. Solo una jugada aislada a los 10 minutos de segunda parte rompía el empate y decantaría el derbi valenciano con el 1-0 final.
El inicio de la segunda parte comenzaba con ocasiones para el Valencia, que con varias paradas de mérito de Filip Jorgensen no encontraba la forma de perforar la portería.
Jorge Cuenca aprovechó, tras una serie de remates dentro del área, para cabecear al fondo de la red un balón que parecía no querer entrar en la tarde de este domingo, mérito en gran medida a Jorgensen y Mamardashvili.
Segundo acto decisivo
La más clara de todo el partido iba a llegar en forma de penalti favorable al Villarreal, pero una buena estirada del meta 'Ché' dejaba a Álex Baena sin gol y posponía la resolución del partido para el segundo acto.
Esta jugada podía ser el punto de inflexión en la primera parte, y el destino quiso que el partido siguiera en empate, con un segunda mitad de mucho nivel entre dos equipos que ocupan el octavo y noveno puesto de la liga.
Reponerse junto a la afición
Si algo saben en La Cerámica, es que la afición debe ser el jugador número doce, como demostraron este mismo jueves en la eliminación de Europa o como han vuelto a demostrar hoy abarrotando el estadio.
La hinchada grogueta rozó el milagro en Europa League contra el Marsella y hoy a devuelto el esfuerzo de sus jugadores con un llenazo. El equipo ha sabido reponerse y demuestra una vez más que son capaces de sacar resultados que al inicio de la temporada serían prácticamente inimaginables.
Parón y a seguir soñando
El Villarreal llega al parón de selecciones siendo uno de los equipos más en forma de la liga española. Esta pausa debe tomarse como un descanso moral para afrontar las últimas 9 jornadas soñando con Europa.
Tras el parón, los amarillos tendrán la oportunidad de seguir recortando distancias con los equipos de cabeza, primero con el partido contra el Atlético de Madrid en casa y en la siguiente jornada, ante el Athletic Club en San Mamés, dos enfrentamientos que marcaran la posibilidad de seguir soñando o despertarse para centrarse en el próximo curso.