El Espanyol llegaba al Santiago Bernabéu para disputar la decimoctava jornada de la Liga BBVA con la confianza de poder dar la sorpresa y traerse de vuelta a Barcelona algún punto. De la misma manera, los de Sergio González buscaban la primera victoria en este 2015 que parece no haber empezado tan bien como acabó el pasado año. El Real Madrid por su parte, también buscaban esa primera victoria y acabar con la racha negativa que tantos problemas podría traer para sus intereses.
La calidad marca la diferencia
El balón empezó a rodar sobre el verde y los primeros compases del partido no tenian un dominador claro. Los dos primeros acercamientos a portería fueron del Espanyol, Caicedo después de una gran jugada individual pero que culmina con un disparo muy flojo y seguidamente Sergio García que de la misma manera que su compañero tampoco conseguiría enganchar bien el balón.
Sin embargo, esas dos aproximaciones tan solo fueron un espejismo. El Espanyol empezó a ponerse muy nervioso hasta el punto de errar pases sencillos que se convertirian en caramelos para las tan gustosas contras del Real Madrid. De unas de ellas llegaría el primer gol. Balón que le llega a Gareth Bale en banda y que consigue un cambio de sentido espléndido al pie de Cristiano Ronaldo y este con un simple toque dejaría solo a James para que rematara en el min 11 prácticamente a placer delante del guardameta Kiko Casilla. Una jugada que posiblemente, solo este al alcance de jugadores de la calidad de los nombrados.
No muy grande fue la reacción de los jugadores blanquiazules que pese a no estar desarrollando un mal juego se veían por debajo en el marcador. Sin muchas más ocasiones, el Real Madrid marcaría el segundo en el min 27 después de que Montañés provocara una falta innecesaria cerca del área la cual Gareth Bale se encargaría de ponerla en el fondo de la red. Imparable para el portero blanquiazul que hizo la estatua.
Así se llego al final de la primera parte, con un resultado que reflejaba la pegada del equipo blanco contra las dudas y la precipitación del conjunto blanquiazul. Sergio González debía de motivar a los jugadores para intentar intimidar al Madrid en la segunda mitad.
Confusos
La escuadra perica saltó al campo en la segunda mitad con la idea de hacer daño al conjunto blanco. Durante los primeros minutos parecía que la charla de Sergio González daba sus frutos y el Espanyol estaba algo más cómodo en el terreno del juego. Tres jugadas de peligro con firma blanquiazul se vinieron y seguidamente en el min 49, Fernández Borbalán decidiría expulsar a Fabio Coentrao después de una dura entrada con la plancha por delante sobre J.A.Cañas.
En este momento, el Espanyol con mucho tiempo por delante y viéndose con superioridad númerica, podía conseguir hacer daño al rival y el míster periquito quería aprovecharlo. El primer cambio que llevo a cabo fue Luque, jugador del filial que debutaba en Liga y después el ya tan aclamado uruguayo, Stuani de tal manera que el esquema cambiaría a un 4-3-3. El Madrid por su parte, hizo saltar al campo a Nacho Fernández y Illarramendi.
Cuando parecía que los espanyolistas podían conseguir algo positivo, volvieron a las andadas de la primera fase del encuentro. Confusos con los cambios de sistema, un Caicedo apagado y un Sergio García anulado, el Espanyol se vio una vez más con un gol en contra. El tercero del Madrid llegaría de un centro de Arbeloa con su pierna izquierda que llegaría a pies del otro lateral en este momento Nacho, que remataría también con su pierna mala consiguiendo sentenciar el partido en el min 76.
Así termininaría el encuentro entre ambos conjuntos. El Real Madrid consigue frenar su racha negativa y el Espanyol se vuelve para Barcelona con las manos vacías, alargando la mala racha y soñando con remontar el martes al Valencia para conseguir la clasificación a cuartos de final de la Copa del Rey.