Después de una semana pésima y denigrante para los blanquiazules, se presentaba la oportunidad de volver a la senda de la victoria o al menos a una dinámica más positiva delante de un rival como es el Atlético de Madrid. El Espanyol necesitaba volver a recuperar la confianza perdida mientras que los colchoneros buscaban volver a ganar fuera de casa y seguir acechando a los líderes de la clasificación. Ambos equipos lucharon y mostraron una gran intensidad, sin embargo, faltó pegada y efectividad para hacer que el marcador se moviera.

Predominó la intensidad 

No es nada nuevo que los partidos que disputa el Atlético de Madrid vayan cargados de intensidad. Es más, es la seña de identidad a la que se aferran desde que Simeone llegó al banquillo rojiblanco. El Espanyol, que llevaba los últimos encuentros careciendo de ello, necesitaba poner en práctica la misma o más para que no se le fuera el partido de las manos. 

Los blanquiazules saltarón al terreno de juego concentrados y neutralizando totalmente las jugadas a balón parado y balones aéreos que intentaban los colchoneros. Buena colocación en defensa y seguridad bajo los palos con un Kiko Casilla totalmente entonadoSin embargo, exceptuando algunos chutes lejanos que se fueron altos, el Espanyol no conseguía crear ocasiones de claro peligro entre los tres palos. El Atlético por su parte, si puso a prueba al guardameta perico en diferentes ocasiones  pero sin éxito.

El final de la primera parte tuvo un claro protagonista, Miranda, que después de una durísima y escalofriante entrada sobre Abraham - salta tarde y con el codo por delante- fue expulsado al ver la roja directa. El futbolista catalán no pudo continuar en el terreno de juego y fue trasladado a hospital de inmediato con un traumatismo craneoencefálico para que le fueran practicadas las correspondientes pruebas. 

La segunda mitad arrancaría de la misma forma que transcurrió la primera. El Espanyol dominaba en la posesión del esférico y movía bien el balón pero al llegar algo más allá de tres cuartos de campo se atascaba. Esto lo demuestra que Moyá, no tuvo prácticamente ninguna parada de mérito

También destacar la nefasta actuación del colegiado Iñaki Vicandi Garrido, que se vio superado por la propia intensidad del encuentro. Paró mucho el partido, un total de 51 faltas fueron señaladas además de mostrar demasiadas amarillas.

Finalmente, el encuentro terminó con tablas en el marcador, un resultado que favorece más al Espanyol, sobre todo para recuperar confianza y seguir avanzando hasta el objetivo principal que es la salvación, que no tanto al Atlético que pierde la tercera plaza temporalmente después de la victoria del Valencia del viernes, además de seguir sumando minutos fuera de casa sin conseguir marcar.

Kiko Casilla una vez más el protagonista

Le volvió a tocar ser el protagonista por segunda jornada consecutiva pero a diferencia de la semana pasada en Anoeta, esta vez el guardameta presentó sus mejores paradas salvando a su equipo del tanto rojiblanco.

Tal y como comentó Cholo Simeone en la rueda de prensa posterior al encuentro, Kiko Casilla fue la "figura" y consiguió que los tres puntos no volaran de Cornellá después de dos paradas providenciales. La primera a un cabezazo de Torres durante la primera mitad y durante la segunda llegaría el mano a mano con Griezmann que conseguiría desvíar lejos de su portería.