El resultado reflejó muy bien lo que fue el partido: un choque de fuerzas entre dos equipos iguales. Ninguno fue mejor porque ninguno controló el partido, que fue una sucesión de ataques y contraataques, de uno u otro, que se replegaban cuando el otro atacaba y atacaban cuando el otro se replegaba. Como cualquier otro partido entre dos equipos de la zona media-baja. Es lo que son Elche y Espanyol.
El aficionado medio perico se enfrenta a otra temporada en el medio de la tabla, lejos de Europa: otros equipos con más dinero coparán las plazas de la élite continental el año que viene. Pero también lejos del descenso. Ese colchón de puntos acumulado durante una buena racha de partidos, de costumbre en la primera vuelta, que auparán al equipo por encima de la miseria. Pero no es suficiente. Esta temporada parecía diferente: el fichaje de Caicedo y un entrenador de la casa ilusionaba más a la afición que Aguirre alineando a Stuani en banda. El empate contra el Elche en casa ha sido un baño de realidad: esta temporada será igual de mediocre que la anterior. Quizás también igual que la que viene.
Pocas alternativas en ataque
El partido contra el Elche ha sido el mejor ejemplo de cómo ha funcionado el ataque del Espanyol esta temporada: un balón filtrado entre líneas que busca a los delanteros para que abran hueco y rematen. Con suerte irá a gol. El gol del Espanyol fue así: los mediocampistas le pasaron la pelota a Sergio García, que regateó y tiró un zurdazo que no pudo parar Tyton. También ejemplificó el valor de equipo “aspirina”, balsámico contra rivales en una peor situación. Esta jornada el Espanyol sanó al Elche, hundido en la tabla y que ahora respira un poco más.
Sergio quitó a Stuani con el resultado a favor para meter a Víctor Sánchez. Después quitó a Salva Sevilla para meter a José Alberto Cañas, que partía desde el banquillo. Estos cambios significaron un paso atrás para el Espanyol, que intentaría defender su resultado durante lo que quedaba de partido. En el 77 marcaron los visitantes y vinieron las prisas: Felipe Caicedo entró por Javi López, que jugaba en el centro del campo. El Espanyol se tiró al ataque y Sergio la tuvo pero falló. Sergio González acusaba en rueda de prensa, la confianza del Espanyol tras el descanso. Por confianza quería decir parsimonia: el equipo se relajó tras un 1-0 durante 25 minutos. Después el Elche sacó a un segundo punta y empató el partido."Hemos salido a verlas venir", apuntó Sergio.
El gol del Elche lo marcó Cristian Herrera, que hacía 1860 minutos que no marcaba en Liga. Decía Fran Escribá, entrenador del Elche, que lo mejor de tener una plantilla amplia es que no tienes “once jugadores y ocho de relleno”. Eso lo demostró la revolución que planteó en el once: entró Albacar, Corominas y José Ángel. Todos rindieron muy bien y el gol del Elche lo marcó un suplente. También destacó el mediocampista Mosquera, que dejó detalles de calidad y se sumó al ataque. Su pareja en el medio, Adrián, rindió algo peor.
Un exceso de confianza
La segunda parte del Espanyol empezó con el equipo adormecido y confiado, lo que provocó que el partido se empatase. “Hemos salido con la sensación de que ya era suficiente”. Igual que contra el Athletic Club. Este es el talón de Aquiles del Espanyol de esta temporada: no mantener las ventajas durante todo el partido.
“No me pasa por la cabeza que el Espanyol vaya a sufrir”, decía Sergio en rueda de prensa cuando le preguntaron por el final de temporada. Los cálculos dicen que equipos de abajo no sumarán más de 40 puntos, el descenso más barato en varias temporadas. El Espanyol suma 35 y quedan 9 jornadas de campeonato: la permanencia aún no está garantizada. El objetivo a principios de temporada se fijó en la permanencia. “El equipo en primera”. La segunda parte del campeonato liguero sigue siendo la asignatura pendiente del Espanyol. El público del Power8 pitó al equipo al terminar el partido. Sergio quiere trabajar para “convertir los silbidos en aplausos”. La próxima jornada el Espanyol se enfrenta al Villarreal, que está por encima de la clasificación. Será el primer paso para recuperar el favor de la afición blanquiazul.