El partido contra el Badalona de la temporada pasada es difícil de olvidar. Llovió barro, el filial no dio una y el Badalona acabó llevándose los 3 puntos de forma totalmente merecida. El miedo a que eso volviera a pasar estaba en el aire pero el Espanyol B ha sabido torear a los escapulados, que de nuevo han acabado ganando.

El sistema ha sido el mismo que contra el Barça B, pues lo que funciona no se toca. Pero el Badalona tiene a Amantini, y eso es un seguro de vida. El central se ha peleado con todo el que pasaba por allí; incluso con Fran Grima.

Dalmau y Rufo lo han tenido muy difícil contra el central escapulado. Ninguno de los dos ha sido capaz, por más que lo han intentado, de sobrepasar a Amantini: el balón podía pasar pero ellos no.

El Espanyol B tenía controlado el partido aunque no causara peligro en la portería de Morales. Simón, que provocó dos amarillas en la primera parte, y Entrena desbordaban por la banda; Aarón se incorporaba al ataque y Borja Martínez lanzó una falta que se marchó rozando el palo antes de que el centrocampista desapareciera del partido.

Un Toni Lao sin coleta intentaba juntas líneas. Nadie le hacía caso. El filial continuaba con su monólogo cósmico mientras los escapulados se abonaban al recurrido balón largo. Lluís López, que falló a dos metros de la portería con Morales vendido, y Galas solamente tenían que estar atentos a los balones altos. Todo controlado.

La segunda parte el Badalona tuvo más identidad. Eugeni se puso a los mandos del conjunto escapulado e hizo lo que Serrano había hecho en la primera parte: dirigir y controlar el encuentro. El Badalona comenzó a llegar con asiduidad por el centro a la portería de Andrés, que tuvo mucho menos trabajo que en otras ocasiones. El guardameta alicantino dejó un balón suelto que el Badalona aprovechó, pero el colegiado anuló por fuera de juego.

Marc Roca salió el terreno de juego a devolver la calma al partido y el control, como no podía ser de otra manera, al Espanyol B. El canterano no lo consiguió. Una pérdida entre Roca y Serrano provocó un contragolpe al primer toque entre Eugeni y Javi Rodríguez, que fusiló a Andrés desde dentro del área. Un fallo garrafal que nadie supo arreglar.

Planagumà no quiso dar el partido por perdido. Sacó a Ripoll y puso tres centrales. El Badalona se encerró atrás ante las embestidas - sin demasiado criterio - de los espanyolistas. Dalmau tuvo el empate a balón parado pero Morales sacó una mano providencial al testarazo del mallorquín que, junto a los tirones en las piernas de Eugeni, sirvió para cosecha una victoria por la mínima.