El Sánchez Pizjuán siempre es un campo complicado. Para el Espanyol y para todos los equipos de primera. El Sevilla siempre se hace fuerte en casa y más aún cuando lleva una racha como la que acumula: desde el 26 de septiembre no pierda en liga como local. La grada empequeñece al rival y el ritmo que imprimen los hombres de Emery es altísimo. Nada más lejos de la realidad, el partido entre catalanes y andaluces empezó como se preveía.

Comienzo de altas revoluciones

La intensidad fue la nota dominante en los primeros compases de partido. La presión arriba de los locales era asfixiante, pero el Espanyol supo lidiar con ello. Galca, fiel a su estilo, apostó por una rápida circulación del balón y una salida con el balón jugado desde atrás. La posesión era favorable a los pericos, pero las ocasiones no. Los sevillistas salían como flechas tras cada recuperación, algo que el Espanyol solo pudo contener durante quince minutos.

Primer y segundo regalo

Immobile ya había avisado por partida doble con tiros centrados que Pau supo blocar. A la tercera no perdonó. Un grave error de Cañas en la entrega permitió la recuperación de Vitolo, quien remató escorado. El rechace lo aprovechó el delantero italiano ante la pasividad de Álvaro y Cañas, incapaces de despejar el balón. Primer regalo de la defensa perica que no sería el último.

Poco antes de la media parte, Duarte buscó filtrar un pase interior que Mariano interceptó con mucha facilidad. El brasileño puso la directa y sirvió un pase de gol a Banega que batió al meta catalán por debajo las piernas. Segundo error de la zaga perica en la entrega y enésima vez que los errores defensivos condenan a los pericos en un partido donde se estaba dando la talla.

Nombres clave

Asensio es la brújula del Espanyol y cuando él no funciona, el equipo lo nota. Hoy no estuvo a la altura y la culpa la tuvo la defensa sevillista. Cuando el joven mediapunta recibía era incapaz de encontrar huecos en medio de una defensa muy bien posicionada. Cristóforo fue una auténtica pesadilla en todo el campo, recuperando y haciéndose fuerte en cada disputa. Caicedo tampoco tuvo su día debido a la gran labor de Rami y Kolodziejczak. Fruto de los dos goles y el buen trabajo defensivo de los locales, el partido bajó de ritmo una vez el Sevilla empezó a encontrarse cómodo con el resultado.

Reacción inmediata de Galca

El técnico perico no quiso perder la cara al partido y justo después de la media parte reaccionó. El entrenador rumano dio entrada a Jordán para una mejor distribución del juego y poco más tarde hizo saltar a Burgui al terreno de juego. Jordán estuvo muy acertado cambiando la orientación del juego y Burgui fue una auténtica pesadilla para su marcador. Los dos supieron aprovechar los minutos de los que gozaron para reivindicarse. Ambos dieron un aire distinto al Espanyol, quien no perdió la cara al partido en ningún momento.

Toda la carne en el asador en la recta final

Tanto fue el coraje de los pericos en los últimos minutos que salieron con todo. El último cambio fue el de Salva Sevilla por Gerard Moreno, quien ensayó el disparo a puerta en más de una ocasión, algo que en la primera parte no llegó en ningún momento. Burgui seguía a lo suyo en la banda y Hernán Pérez pareció despertar tras unos primeros 45 minutos donde pasó desapercibido. Los pericos llegaron a encerrar a los sevillistas cerca del pitido final, pero el marcador ya no se movería. Ya en los últimos compases y con los dos equipos rotos, tanto Pau y Sergio Rico intervinieron varias veces para que el resultado no quedara alterado por los dos errores que el Espanyol cometió  en la primera parte.

A pesar de las últimas buenas actuaciones que los pericos venían mostrando, hoy los errores defensivos han vuelto a pasar factura. Esta es la primera derrota de la era Galca, aunque esta vez parece que el Espanyol tiene claro lo que busca. En tres días se presenta una gran oportunidad para redimirse. El derbi ante el FC Barcelona aguarda.